El tiempo pasa mucho más rápido de lo que pensamos, en realidad puedes estar viviendo tu último día y no tienes consciencia de ello. Puedes vivir un solo día que te haga sentir que tu vida es la mejor, que estas por primera vez completo. Y de un momento a otro, todo se va.
Afortunadamente las cosas con Aquiles van bastante bien, además Yora es un niño sano y fuerte, nuestra hija ha nacido, su nombre es Violeta. Miro a Aquiles con mi hermosa hija en sus brazos y ella no para de reír, su labor como padre es realmente bueno.
También Yora y su labor como hermano, en realidad ambos me han dado una sorpresa, y de las buenas. Sabina es la mejor abuela que Violeta pudiera tener, vivimos en su casa y todo va de maravilla.
Aquiles y yo nos unimos
ÉlEl mundo no tiene ni idea de nuestra existencia ya que somos algo nada común, somos una comunidad de humanos con genes de lobo en su cuerpo. Recientemente he tenido una sensación extraña que me hace sentir un tanto desestabilizado, estos días he tardado un poco en entender a mi cuerpo, a mi lobo y a sus necesidades, pero nada ha resultado. Sigo sintiendo esa extraña sensación en el pecho.—He hermano, ¿estás bien? —pregunta Ajax y yo asiento sin querer decir realmente lo que me tiene de esta manera. Soy el líder de este grupo, debería de tener mi mente centrada y por lo menos mostrar algo de concentración, pero estos días han sido... difíciles—. Sabes, padre ha estado preguntando sobre tu bienestar y...
Escucho el golpeteo de las olas en la balsa. Ni siquiera puedo moverme, creo que estoy entumida o el dolor ha sido demasiado. Lo primero que veo es a uno de los hombres que viajaba en el avión, está abrazado a una mujer que estoy segura, ha muerto.Cierro los ojos y vuelvo a abrirlos para enfocar más la mirada pero no puedo. Miro hacia abajo y mi vestido corto está cubierto de sangre y la flecha sigue encajada en mí.Es cuando pienso que tal vez debí de haber muerto, debí de haber hecho lo mismo que ese hombre en el avión, ¿para qué sigo aquí?, solo pedí no sufrir.—Avisa que estamos por llegar y traemos botín —escucho como es que un hombre habla, pero mi mirada tarda un poco en enfocarse. Tienen
ÉlSu llegada ha provocado un desastre en la aldea, no es como si jamás la hubiera esperado en realidad sabía que llegaría, desde hace años. Mi mate ha llegado. Apenas la he tomado como prisionera mi padre ha convocado a una reunión con los principales jefes de familia. Esta comunidad es muy unida y me parece obvio que querrán saber si sus vidas corren peligro ahora que mi alma ha llegado.Tomo asiento en la mesa principal y miro a mi padre ir y venir hablando con algunos de su gente. Mis hermanos están sentados a mi lado igual que el resto de jefes.—Si no te molesta quisiera comenzar con esto ya —le digo y mi padre me mira desafiante, luego toma asiento del otro lado—. Ahora dilo, ¿para qué has convoc
Mi cuerpo se estremece, de miedo, de dolor, de desesperación e impotencia por ser una débil prisionera y ni siquiera tener la capacidad de salvarme a mí misma, es una locura, estoy en la casa de ese hombre y solo pienso en la razón del porqué él me quiere aquí.Camino por un pasillo bastante oscuro hasta encontrar una antorcha encendida. La tomo y subo las escaleras hasta llegar a una habitación sin puerta, la alumbro y localizo lo que parece ser una cama. Debe de ser su habitación así que corro lejos hasta la otra punta de la casa.Otra habitación sin puerta y sin salida, me adentro lentamente, recorro el espacio al instante buscando a otro salvaje pero… no hay nadie, solo una cama cubierta por un par de pieles y muebles adornando el espacio.
ÉlHe seguido con las pesadillas pero ahora son mucho más constantes. En ellas aparece Margot, sufriendo, triste, llorando. Después despierto y en verdad es su llanto, no está feliz de estar aquí pero en este momento no entiende que ella es sumamente importante para mi y para mi lobo. Ella es como nuestra fuente de vida y si ella no está simplemente… no puedo estar, viviría en un constante dolor y muy probablemente mi lobo terminaría muriendo.Salgo de casa, es medianoche y sigo sin poder conciliar el sueño, la he escuchado sollozar de nuevo, tengo que salir de aquí y dejar salir un poco a mi lobo, relajarlo y… no lo sé, algo bueno debe de surgir, tal vez tenga una idea de como acercarme a ella sin que me grite o llore. Han pasado lo que creo yo, fueron 4 días. Una mujer, que no es la chica que me trajo aquí, va y viene con charolas llenas de comida que no he probado. Morir de hambre no es una manera muy rápida pero es mi única posibilidad por ahora. He escuchado gritar a ese hombre cada noche mientras duerme. No sé en qué consisten sus pesadillas, se nota que le abruman y le duelen, pero no he vuelto ayudarlo a despertar. Tampoco lo he visto. Agradezco que no se presente aquí. Solo espero cada día que se enfade y que me deje ir. No sé para qué, tampoco tengo a donde ir, pero solo sé que no estaré viviendo con un salvaje. —Hoy tampoco comió —dice la mujer en mi dirección pero no le contesto, solo escucho un suspiro y da media vuelta para irse del lugar. Cierro los ojos y mi cuerpo está tan debilitado por la palCapítulo 5
Siento mi cuerpo descansado. Me remuevo en la cama y luego vuelvo a removerme hacia el otro lado. Siento algo extraño, froto mis ojos y al abrirlos vislumbro una enorme masa iluminada por la luna. Es él, su rostro es atemorizante y pareciera que estuviese molesto, recuerdo que tengo que tomar las cosas con calma y tratar de estabilizarme lo más que puedo para poder así conseguir una manera de liberarme de él y de este lugar.—¿Qué haces aquí? —pregunto tratando de recomponerme, pero mi voz suena adormilada.—Necesito estar aquí —su voz ronca comienza a pesarme, es inevitable poder solo ignorarle.—¿Por qué?, ¿no tienes sueño?, ¿has tenido pesadillas de nuevo? —pregunto mie
Estaba bastante tranquila, en realidad mi cuerpo se ha relajado bastante, hasta que su ronca voz me despierta.—¡Que ya voy, carajo! —siento su pesada mano en mi cabeza—. No quería despertarte, es que…—Está bien —digo adormilada y tratando de levantarme de su regazo pero me detiene.—No, no te vayas —dice pegando mi cuerpo al suyo de nuevo.—Te llaman y yo…—Solo un momento —dice casi en tono de súplica.—Está bien… —digo sin más remedio, sus manos aprietan mi cintura a su torso, luego sus dedos viajan por mi espalda hasta casi ll