Capítulo 36

La visita de Aquiles me ha dado un respiro, me ha encantado verlo y saber que está bien y sobre todo que le he ayudado de alguna manera. Me pongo de pie y camino hasta la ventana para mirar la noche, hay algunas antorchas encendidas y el viento cálido siempre presente hace que me llene de energía. Abajo veo una silla y en la silla está Aquiles, duerme abajo de mi ventana desde hace días, en realidad desde que me ha dicho que no viviría en nuestra anterior casa y eso me hace alborotar el corazón de nuevo. 

—Todo está casi listo para la ceremonia —dice Aileen mientras se deja caer en su cama, es tarde ya y mañana es su ceremonia.

—Me siento muy feliz por ti —digo y ella me dedica una sonrisa, ojalá que pudiera ser esto mejor para ti. 

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