Epílogo

Estoy muy cerca de su casa, tiene… familia. No es que me importe, lo único que quiero es volar esa casa en pedazos justo frente a sus ojos. Coloco los últimos explosivos y me coloco tras la puerta del jardín. A diario a las 6 pm sale con su mujer a tomar un café… él primero, y a los 6 minutos ella con las dos tazas en la mano. 

Tomo un respiro y escucho sus pasos acercarse. Abre la puerta y cuando se vuelve a cerrarla inyecto en su cuello una jeringa de sedante. Tengo que apresurarme, en 5 minutos estará despierto. 

Ato sus manos y pies a una silla muy parecida a la que me ataron hace 6 meses, al fin lo tengo frente a mí…

—¡Karim!, he traído los… —su mujer se queda mirándome con los ojos bien abiert

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