No podía ser verdad que haya presenciado tal locura, toda la vida de Bastian había sido una completa simetría, las mujeres no refutaban, no discutían y muchos menos hacían locuras para estar lejos de él, de hecho era todo lo contrario, aquellas hacían un sin fin de locuras para estar a su lado, pero ahora esta chica había escapado de su lado de aquella manera tan temeraria y tan sorpresa, vaya que esa mujer era completamente distinta a los que estaba totalmente acostumbrado, además de que no podía creer que la chica fuese capaz de arriesgar su ida simplemente con la intensión de escapar, aquello había sido un golpe bastante duro para su ego, sin contar que no entendía por qué razón se sentía tan dolido, además de preocupado por aquella revoltosa fierecilla
--señor... no hemos logrado ver por ningún lugar a la señorita, que según el mayordomo Serguei nos informó...--la mirada llena de irritación de parte de Bastian se fue dirigida hacia uno de sus guardia de seguridad, pues la pequeña mujercita simplemente no podía desaparecer de la nada, ella no era una fantasma, ni mucho menos, por lo que debían encontrarla a como diera lugar ya que ella seguramente estaba cerca de eso estaba más que seguro
--no quiero excusas, quiero que la encuentren... deben encontrarla antes que Athan lo haga... juro que si le ocurre algo... yo los acabare a cada uno de ustedes... llamen a Máximo, no lo he visto y quiero saber su ubicación exacta --los hombre no pudieron evitar que un miedo los recorriera por completo, por lo que asintieron llenos de miedo y salieron aun en busca de aquella mujer que solo sabían su descripción, además de llamar a su jefe de seguridad, quien era el único capaz de controlar los enojos de su jefe.
A unos cuantos metros, Violeth, se encontraba tiritando del frió viento de la playa, debido a que la brisa del mar era bastante helada, sin contar que solo llevaba la camisa del hombre que según ella la había secuestrado, por lo que cuando este parecía un loco hablado en griego junto con aquellos enormes hombre, ella se había llenado aún más de temor, debido a que si sus secuaces le temían, ella no tenía excusas para temerle aún más, ella tenía todo el consentimiento de estar completamente llena de pánico, ese hombre era peligroso y ella no tenía por qué no temer hacia el hermoso y perfecto hombre de cuerpo perfecto
Era una total pena que no podía lograr escapar sin ser notada, si aquel seguía buscándola con tanta insistencia, ella se quedaría en aquel lugar por mucho más tiempo, incluso hasta podría pasar la noche allí si ese fuese el caso, debido a que aunque le costara la vida, ella no pagaría por lo que había hecho aquel hombre, no pararía por sus pecados, porque este no era más que un borracho y había venido a este país solo para asesinar a la esposa de un hombre adinerado o de la familia real, según le había contado su madre llorando al enterarse, algo que a ella no le afecto en los mi mínimo, después de todo aquel hombre para ella no era más que un desconocido, algo que la irritaba grandemente, pues a ella no le había interesado lo que había ocurrido con él, pero a su enemigo si le interesaba ella, para según él, cobrar lo que había hecho su famoso padre, un padre que la baila abandonado cuando aún era un niña, sin importarle lo más mínimo el sufrimiento que les llegara a rodearlas tanto a ella, como a su madre
Aun recordaba aquellas noches en las que solo era un pequeña niña, pero entonces aquel hombre no hacía más que golpear a su madre, quien solo rogaba por amor hacia aquel, no olvidaba que un día simplemente se había ido de casa porque había encontrado un nuevo hogar y su madre en aquel instante ya no era lo suficientemente buena para él, su madre había llorado tanto que Violeth, creía que aquella no lo resistiría, era una verdadera fortuna que su madre siempre había sido una persona fuerte y con ello había demostrado que aunque estaba llena de tristeza, ella seguiría luchando por su hija y por ella misma, siendo así el mejor ejemplo para Violeth, al demostrar tanta belleza y fuerza en su ser
A los minutos la castaña logró observar como el increíblemente hermoso hombre, se había marchado junto a su enormes aliados y ella había dado un par de suspiros llenos de tranquilidad, mientras aun prevenida camino en cuclillas hasta llegar a lo que parecía el fin de la playa privada, pues allí logró notar como habían varios bañistas que la observaban como si fuese una completa extraña. no, más bien la observaban como si estuviese completamente loca, pero no era de menos, ella solo se encontraba con la camisa de aquel hombre, que a pesar de estar un poco seca, aún seguía viéndose translucida y sus cuerpo lograba verse a la perfección, por lo que se apeno demasiado, pues ahora ella estaba mostrándose prácticamente desnuda ante todos, era una verdadera dicha que se encontraba demasiado tarde, pero aun había una que otra persona, que posiblemente no sería nada bueno si dejase que ellos se acercaran, por lo que camino rápidamente hacia la carreta y rogó por encontrase a un buen samaritano que pudiese ayudarle
--cariño... ¿Qué te ocurrió? ¿Y esa ropa? —una mujer muy bien vestida la observa de arriba abajo llena de lo que parecía ser tristeza, por lo que la chica dio un gran suspiro y se acercó a esta rogando por ayuda en su mirada, algo que aquella pudo detectar de inmediato además de que todo iba según ella estaba segura debía suceder, al llegar a casa su jefe la felicitaría con mucha elocuencia como solía hacerlo cuando estaba completamente satisfecho con su trabajo
--gracias al cielo... algo horrible, me secuestraron y logre escapar, por favor, te ruego que me ayudes y me lleves con la embajada americana...--Violeth se encontraba llena temor, mientras hablaba muy rápido, pero esta parecía entenderla perfectamente, pues asintió realmente comprensiva, mientras parecía estar llena de tristeza por ella
--claro que te ayudare... déjame llevarte a mi auto y te llevare a la embajada...--Violeth, sin tener la menor de las dudas la siguió de cerca y se dejó guiar en completo silencio, a lo que la mujer justamente cuando estaba dispuesta a ayudar a subir al auto, hablo, logrando hacer que Violeth se colocara en alerta—no te preocupes Violeth, no permitiré que nadie te haga daño...
--¿cómo sabe mi nombre? jamás lo mencione—la peli negra de hermosos ojos miel, se detuvo y observo a Violeth llena de dudas, mostrando una sonrisa compresiva, algo que puso en alerta a la castaña, ya que ella no era para nada tonta y a pesar de lo ocurrido ella sabía perfectamente que debía estar alerta y más en lugar que no tenía la menor idea de que la rodeaba
--tú lo dijiste cariño... ¿no lo recuerdas?—ella no recordaba siquiera mencionar su nombre, solo había mencionado la embajada, jamás había dicho algo como decir su nombre o siquiera algo referente ella, además de haber sido secuestrada, por lo que cuando estaba dispuesta a escapar, fue rodeada por algunos hombre y de nuevo el miedo la invadió, pues temía grandemente en volver con aquel hombre, pero antes de siquiera reaccionar una voz externa se escuchó, haciendo que ella observara al hermosos hombre de cabellos cortos y musculoso que caminaba con toda la tranquilidad hacia ellos
--la loba caza sin importar la hora o que la presa no sea suya...--aquellas palabras no había solo logrado que la mujer se tensionara, también se pudo ver una notable muestra en su rostro que no se encontraba para nada bien observando a aquel que la veía con diversión, en lo que la mujer detonaba miedo ante la presencia de este, pues si allí se encontraba Máximo Poppuli, era más que obvio que cerca se encontraba Bastian Katalakis, aquel par siempre se encontraban juntos, pues no por nada aquel no solo era su manos derecha, también era su guarda espaldas, además de los otros gorilas que lo seguían de cerca todo momento
--esto no te incube Máximo, vuelve con tu amo mascota...-máximo dio una sonrisa al escuchar las palabras de Elsa Morout y negó divertido, ante el odio que mostraba en cada silaba, pues ella era igual o peor que él cuándo se trataba de Athan Katalakis, en lo que señalo a Violeth, quien ahora era sujetada por uno de aquello hombres
--ese fue el regalo que le enviaron a mi señor, de hecho fue tu señor quien lo envió, no puedes simplemente arrebatarlo así nada más... sabes que nosotros no podemos meternos en sus juegos....
--él lo devolvió... yo estuve durante la llamada...
--cállate... y dame a la chica, no quiero tener que matarte Elsa, porque de hacerlo mi vida sería muy aburrida, ahora entrégame a la chica que mi jefe está realmente preocupado por ella—Violeth no tenía la menor idea de lo que ocurría, pero la verdad era que estaba además de estar llena de temor, muy enojada, pues la trataban como si de un botín de guerra se tratara cuando para ella no solo era más que una tontería como ellos lo hacían ver, se tratara de su vida de la que hablaban en aquel instante, no el juguete perdido de sus dichosos jefes
Justamente cuando estaba dispuesta a discutir, una figura que ella conocía muy bien llego al lugar y noto como todos allí lograron tensionarse por completo, pues aquel hombre que la sostenía, la apretó aun poco más fuerte y se puso en alerta, aún más de lo que se encontraba la mujer con el azabache musculoso, que se encontraba frente a ella
La verdad era que ella también se había tensionado, pues algo le decía que este era el verdadero peligroso de todos los que se encontraban peleando por ella, ahora temía que fuese otro más en la disputa, pues la verdad era que al que más tenía en aquellos momentos era precisamente a él, Violeth dio un gran suspiro y espero que aquel llegara junto a ellos
--Violeth...--su nombre había salido con toda la confianza del mundo, como si la conociera de toda la vida, además de sentir una gran corriente por todo su cuerpo, que hizo que se estremeciera por completo, como si de una descarga eléctrica la hubiese invadido sin previo aviso—ven aquí...
Sus palabras había salido tan autoritarias, que incluso ella dudo en hacerle caso de inmediato e ir hacia él, en lo que observo como el hombre que la sostenía del brazo, dudaba de seguir ejerciendo presión en su agarre, a lo que aquella noto como todos se encontraban completamente tensos y al parecer dispuestos a hacer lo que aquel hombre dominante indicaba, sin decir queja alguna
--ella ahora pertenece a mi señor Athan... usted puede comunicarse con ella, cuando el señor la asesine y haga lo que debe hacer...--antes de que pudiese reaccionar cualquiera de ellos, ya Máximo se encontraba presionando el cuello de la mujer contra el auto, haciendo que Violeth diera un grito de sorpresa, pues todos ellos habían hablado en ingles con la clara intención que ella entendiera todo de principio a fin, por lo que al escuchar que alguien más la deseaba asesinar su miedo llego a invadirla aún mas
--Máximo... no delante de Violeth...
--como diga mi señor...--máximo soltó de inmediato a Elsa y aquella le dio una mirada cargada de odio, en lo que muchos de los hombre sacaron sus armas, pero era más que obvio que nadie podría hacer nada como disparar, a lo que simplemente ya cansado de la situación y de que Violeth siquiera observando algo como aquello, Bastian se acercó al hombre que sujetaba a la castaña y sin decir una sola palabras la arrebato de sus manos y más cargo tipo princesa, mientras la chica daba un jadeo de sorpresa y observaba como todos solo observaba que aquel hombre autoritario simplemente se llevaba de nuevo a lo que parecía era su cárcel, y tanto ella como todos no decían palabra alguna
--suéltame... ya bájame... no es justo... solo quiero ir a mi casa... no lo entiendes... tengo una maldita vida a la que debo volver, mi madre me espera... no es justo que tanto mi madre y yo paguemos por cosas que no son nuestras culpa...--Bastian ya agotado de sus gritos, soltó a la rebelde castaña y la observo con una mirada severa que hizo que la chica simplemente se encogiera en su lugar y pareciera un cervatillo lastimado, algo que hizo que de nuevo esos intentos de protección lograran invadirlo y simplemente diera un suspiro cargado de paciencia, que al parecer nunca había logrado ser uno de sus talentos y hablo lleno de lo que parecía tranquilidad Las luz del nuevo día se filtraba por las ventanas, en lo que Violeth estaba completamente segura que ya era hora de iniciar su nuevo día, aquel del que no estaba segura que no sabría cómo iniciarlo, pues debido a que desde el momento que abrió sus hermosos ojos, no podía llegar a decirse que ella había olvidado lo sucedido, todo lo contrario, ella había logrado encontrar la manera de que su mente recordara al instante cada destello de su memoria de lo que había sucedido, todo como si su cerebro le repitiera una y otra vez que no podía bajar la guardia, que ahora no era más que una persona completamente alejada de su madre y privada de su libertada, que aunque fuese monótona, era una vida en la que le gustaba vivir, por lo menos es pensaba--qué bueno que ha despertado señorita...--las voz de una mujer logro alertar a Violeth, quien aun con temor levanto la mirada haccapitulo 6
Justo cuando Violeth estaba completamente convencida que se quedaría sola, aquel hombre de cabello corto que según ella o tal vez según él, le había ayudado, se adentrado a lo que parecía ser la oficina de aquel hombre, del que ella hasta hora no tenía a menor idea de cuál era su nombre, además de que siempre que se referían a él, hablaban de aquel como si de un noble se tratar, pues solían decir mi señor, para poder mencionarlo, algo que de verdad inquietaba a Violeth, pues se preguntaba no solamente por el nombre de captor, también deseaba saber que era aquello que este hacia o de lo que vivía para tener una casa como la tenía, en toda su vida Violeth había logrado ver a personas del servicio desvivirse tanto por un jefe, jamás había visto a una persona con tanto dinero, pero aquello no la deslumbraba, pues que había de los lujos cuando eres v
--No puedo seguir más con esto... te mentí... te he mentido desde el principio... solo quería hacerte una broma, era solo un juego que habíamos iniciados cuando éramos solo unos niños... luego tu llegaste y me dijiste que te habías enamorado de mí, sin contar que habías llegado con ese enorme anillo y yo solo tenía dieciocho años me deslumbre ante un diamante de tantos años y cuando me elegiste por encima de tu familia yo... simplemente tuve pesar de ti... no puedes culparme por eso... no puedes verme de esa manera cuando yo no he hecho nada malo, solo te he hecho un favor, pero ya estoy agotada, ya estoy cansada...--los ojos de Bastian se habían llenado de lágrimas y sus jóvenes ojos no habían logrado soportar sus lágrimas y simplemente salieron como si de un rió en sus masculinas mejillas se trataran, mientras Kendra había hecho un gesto
--Señorita... le pido por favor que use algo mas ¿no sé...? ¿Tapado...? me preocupa un como que esta algo descubierta mi señorita, los tabloides...--Violeth. Ahora se encontrar con un pequeño bikini, mientras se encontraba tomando el sol en la playa privada de la villa de Bastian, que por alguna razón los empleados de la villa del líder de la familia Katalakis no entendían por qué había tantas personas en el lugar, cuando estaba más que prohibido, sin saber que Violeth en un momento logro escabullirse y tumbar el letrero que indicaba que aquella era una playa privada, solo para molestar aún más a los gorilas que la custodiaban justamente en el momento en el que observo como había un pequeño bikini que había sido llevado por la pelirroja quien había llevado un sin fin de ropas para ella--¿Por qué lo haría? Solo estoy tomando
La mirada de Violeth, se fue entres dos mujeres que se encontraban en el lugar completamente hermosas, cada una ofreciéndole una sonrisa llena de amabilidad y respeto, quien no sabía por razón lograba sentirse tan intimidada con aquello, aunque la verdad era que no necesitaba ayuda para estar lista, simplemente necesitaba un vestido, lo demás ella podía hacerlo, pero al parecer aquel hombre ostentoso que aún no sabía el nombre no deseaba que ella se preocupara por ningún detalle, o tal vez no deseaba que lo avergonzara, no había duda que era alguien que le importaba mucho cada detalle y mucho el qué dirán--buenas tardes señorita, por favor ayúdennos a que sea rápida su preparación para la gala de arte del museo de Atenas... como el nuestro señor lo ha indicado--antes tales palabras, Violeth no podía decir nada en objeción, pues el solo hecho de
Temor, ese era el único sentimiento que invadía a Violeth, aunque sintiera una pequeña esperanza al saber el nombre del hombre que lograba ponerla tan nerviosa, o incluso que llegaba a hacerla dudar de muchas de sus prioridades, pero ahora no era momento para algo como eso, era momento de pesar que tenía que centrarse en aquel lindo e intimidante hombre que ahora se encontraba frente a ella ofreciéndole la mano, como si todas aquellas palabras que habían indicado de él no fuesen más que viles mentiras--oh... vamos... en américa no son tan groseros... solo quiero hacer una amistad duradera y los griegos somos files creyentes que se crea un lazo un el contacto... ¿o es que acaso me temes?—Violeth no tenía planeado que aquel hombre llegarse a creer que tenía fuerza sobre ella, eso era algo que no tenía permitido, a pesar de todo se consideraba alguien lo suficientemente fuerte
El sol iluminaba el mar, el amanecer ya había desaparecido con su bella imagen, en la que Violeth contemplaba completamente sumida en sus pensamientos, miles de ideas y miles de sucesos que no dejaban de agobiarla, no dejaban de mostrarle lo culpable que lograba sentirse cuando ella en realidad no había hecho nada malo, no entendía por qué lograba sentirse herida cuando el debería ser el estuviese de esa manera, ella debió dormir tranquila. Pero el único problema era que su corazón y mente estaban completamente hechos un desastre, no lograba comprender por qué sucedía, pero lo único que tenía más que claro era que su cabeza era un caos completoVioleth no quería más que hundirse en la arena en la que se encontraba en la que por cierto había pasado toda noche con una pequeña manta, mientras observa el mar limpio que arrastraba cada ola en la que ella so&