La mirada de Violeth, se fue entres dos mujeres que se encontraban en el lugar completamente hermosas, cada una ofreciéndole una sonrisa llena de amabilidad y respeto, quien no sabía por razón lograba sentirse tan intimidada con aquello, aunque la verdad era que no necesitaba ayuda para estar lista, simplemente necesitaba un vestido, lo demás ella podía hacerlo, pero al parecer aquel hombre ostentoso que aún no sabía el nombre no deseaba que ella se preocupara por ningún detalle, o tal vez no deseaba que lo avergonzara, no había duda que era alguien que le importaba mucho cada detalle y mucho el qué dirán
--buenas tardes señorita, por favor ayúdennos a que sea rápida su preparación para la gala de arte del museo de Atenas... como el nuestro señor lo ha indicado--antes tales palabras, Violeth no podía decir nada en objeción, pues el solo hecho de saber iría a aquel lugar, que además del museo de Roma era su sueño conocer, pero debido a que era demasiado costoso esta no había podido siquiera conocer más que el museo de New York, al vivir en california era más que una hazaña, por lo que se sentía muy orgullosa de haber ahorrado por meses e incluso haber trabajo medios tiempos durante la universidad, para lograr conseguir ir a aquella ciudad a la que tanto soñaba ir desde que había descubierto el arte como su vocación
Ahora se encontraba casi lista para ir a aquella fiesta que no le importaba tanto, como el hecho de pisar aquel lugar en el que tantos increíbles y legendarios artistas habían expuestos sus obras, a lo que dio un suspiro al observarse en el gran espejo y se preparaba mentalmente para lo que vendría más adelante. Violeth, salió del lugar, dirigiéndose por lo que según una de las damas hacia la parte baja de la villa, ya que el señor se encontraba esperándola en la parte principal de la villa, en lo que efectivamente allí se encontraba aquel hombre
estaba vestido completamente de negro sin ningún tipo de corbata y hacia que sus preciosos rizos negros se vieran deslumbrantes en él, a lo que Violeth, dio un pequeño suspiro, la ver aquel exquisito porte atlético y sus precioso ojos verdes observándola con mucha determinación, a lo que no pudo evitar que sus mejillas se tornaran de rojo, además de regañarse una y otra vez a si misma por dejarse Manipular con una cara bonita, cuando ella más que nadie sabía cómo era aquel hombre, quien le había demostrado que no era muy amable que digamos y que aunque fuese un príncipe en el exterior, por dentro no era más que una bestia a la espera de devorar su alma y si ella no era suficientemente inteligente también conseguiría devorar su corazón
para Bastian no había duda que ella era hermosa, a una chica que tenía un cuerpo hermoso, además de aquella cara de niña llena de miles de bondades que haría cualquier hombre haría lo que deseara, y no podía olvidar su esquistoso cuerpo cubierto en aquel vestido de lentejuelas que la cubría por completo, haciéndola parecer una bella y cautivante sirena, ella era hermosa, pero él debía seguir tal y como lo había planeado, él debía seguir con los mismos pensamientos sin ningún tipo de cambio en su parecer por lo que aunque estaba deslumbrado con la belleza de Violeth, el simplemente decidió dejarlo de lado y acercarse a ella con galantería y besar su mano, causando aún más rubor en su mejilla
Ella era demasiado tierna, demasiado sincera, no podía evitar que aunque sus ojos intentaban ocultar miles de secretos, sus mejillas y sus expresiones corporales la delataban fácilmente, ella era tan transparente que incluso podía adivinar que estaba pensando justamente ahora
--mi señor... señorita...--la voz de Damián se escuchó sacándolos de la burbuja en la que encontraban, en lo que Bastian con un leve carraspeo de garganta, se posiciono como siempre solía hacerlo y le hizo una pequeña seña para que ella fuese dirigida hacia el auto que los llevaría, en lo que Violeth noto como había otro auto esperándolo además del que se ella creía que irían, a lo que vio a máximo allí sentado junto a tres hombre más, que había estado la noche anterior cuando ella había escapado
--la seguridad nunca es una molestia...--la voz de Bastian la saco de sus pensamientos, en lo que ella sin decir nada, simplemente asintió y decidió concentrase en lo todo lograba observar en el camino hacia el museo, no puedo evitar notar que aquel hombre vivía demasiado lejos de la ciudad, pues ellos habían estado en camino cerca de más de una hora, además de que la ciudad era realmente hermosa, sus luces, sus escoltaras y sin fin de dio diversidad lo que mostraba ante sus ojos era realmente fascinante
El museo arqueológico de Grecia se mostraba ante ella y sus ojos en aquel instante se habían llenado de una luz que nunca había logrado ver Bastian en ningún tipo de mujer, en lo que noto como aquella estaba tan ansiosa por salí del auto y adentrase en el lugar, que no había siquiera pensado en Damián para que este le abriera la puerta del auto, pues aquella ya se encontraba abriendo la puerta del auto y bajaba sin menor espera de caballerosidad, que sin más Bastian tuvo que hacerlo todo de manera apresurada para lograr alcanzarla, pues al parecer a ella no le importaba mucho la normas, cuando había un lugar como aquel para lograr conocer
Bastian la tomo de brazo y enredo el suyo con el de ella, en lo que Violeth, llego a sentirse realmente mal, por el hecho de que se había dejado llevar por la emoción, ya que estaba dispuesta en irse directo a la entrada del museo sin tener la más mínima muestra de querer esperarlo o siquiera de recordarlo, tal vez con ello lo pueda poner en ridículo, a lo que levanto la mirada ya bastante apenada y observo la sonrisa divertida de Bastian, quien no aba dejado su medio sonrisa llena de algo de sorpresa, pero ante todo diversión
--para lograr entrar en este momento, necesitas de mi invitación... --si anteriormente ella se encontraba con sus mejillas de color carmesí, en ese instante, ellas encontraba tan roja como un tomate, algo que hizo que Bastian no pudiera evitar reír ante la expresión de la chica, sin duda ella era realmente divertida
--conde Katalakis... es un honor que nos acompañe...--las palabras del hombre que recibía a los invitados se mostraba realmente feliz de tener a Bastian en el lugar, por lo que sin poder evitarlo Bastian observo a Violeth, quien parecía aprendida por el recibimiento que le habían recién dado a Bastian, quien con tranquilidad simplemente asintió con la cabeza sin hacer ningún tipo de expresión en su estoico rostro, algo muy distinto que había sucedido solo hacía unos segundos
--¿eres un conde?—Bastian escucho la pregunta de Violeth, quien parecía realmente sorprendida con aquello, pues ella no sabía si las palabra de su madre aquel día que había indicado que su esposo había asesinado a una mujer importante de la realeza de Grecia eran ciertas, pues creía que no era más que exageración, ya que se suponía que los reyes ya no existan en aquel país
--solo es un título de nombre, se le hereda al líder la familia en cada generación, mi padre me lo dio a mí, y pues se supone que lo heredaría a mi hija...--la voz de Bastian había sido más bien un susurro al mencionar a su hija, algo que hizo que la chica se sintiera relente mal, pues no podía evitar que cada que aquel hombre era lo que se podía decir amable con ella, sentía que no lo merecía por los errores de su padre—¿ a qué parte del museo deseas ir...?
Violeth dejo de lado aquel sentimiento y mostró hacia la sección de pinturas abstractas, algo que sin decir una palabra, simplemente la guió y dejo de sostener su mano, para que ella pudiese sentirse completamente libre, para que pudiese lograr observar cada rincón del museo, mientras que Bastian saludaba a todos allí como debía hacer al ser él quien patrocinaba la nueva exposición del lugar, en lo que de un momento a otro Violeth había escapado de su vista y había logrado ponerlo demasiado tenso y ansioso
--no me imagine que una mujer tan hermosa estaría en un lugar como este...--el rostro de Violeth se fue hacia el hermoso hombre de ojos verdes muy claro y cabello negro, que solo se encontraba allí con sus manos en los bolsillos de su aparentemente costoso pantalón, este tenía facciones que ella podía decir que se le hacían bastante familiares, pero decidió echar a un lado sus pensamientos tontos y simplemente dio un medio sonrisa y se dedicó a observar cada una de aquellas figuras egipcias hechas en bronce— ¿conoces de historia egipcia?
Violeth sin poder evitarlo, dejo resurgir su talento de maestra, el cual siempre había sido su sueño, ser una de la mejores licenciadas en arte y con ellos lograr trabajar en New York en una buena universidad o porque no incluso le hubiese encantado estar impartiendo clases en Roma, pero debido a su economía no puedo lograrlo, aunque no negaba que ahora con sus veinticinco años ser la profesora de una pequeña escuela de arte en california era un comienzo más que maravilloso para alguien que solo había ido de la universidad hacia tan poco, por lo que siempre solía animarse más y más así misma cada día que pasaba
--soy maestra en un pequeño estado de california... así que se un poco de esta exposición en general...--cuando indico la palabra ser maestra una tristeza increíble la invadió, pues posiblemente ya había perdido su empleo, debido a que no había asistido en días—esta exposición se remonta a una época bastante alejada de este siglo, de hecho son de la edad de bronce, es uno de los regalos más importantes que nos dejaron en aquella época, puedo decir que es mi época de avance favorita, pues gracias a ella, logramos evolucionar esta manera gran magnifica en las manos del arte y la gracia de lo estético...
--vaya no tenía idea... debes saber mucho... dime ¿eres la clase de profesoras de las que tus alumnos se enamoran?--las mejillas de Violeth se habían tornado de un color carmesí, mientras negó algo apenada y mostró una tenue sonrisa llena de vergüenza
--no de hecho...
--Violeth...--su nombre había salido de la boca de Bastian, quien al ver el hombre que se encontraba junto con la castaña había mostrado una verdadera postura de enojo, además de mostrarse bastante tenso y sobreprotector
--primo... sabía que vendrías... es bueno ver que seguirás con todo...--las palabras del hombre lograron sorprender a Violeth, quien sin dudarlo se acercó a Bastian como si de su única salvación se tratara, en lo que Bastian simplemente la recibió posicionando su mano en su cintura, mostrando autoridad hacia Athan
--Athan... creía que todo era un mal chiste como siempre sueles hacerlos...
--oh... no mi primo, sabes que con ese tipo de cosas no bromeo, pero ahora lo más importante es que debo presentarme ante la señorita como es debido...--aquel se acercó a Violeth, quien logro parecer tranquila, a pesar de que su corazón estaba a punto de salir de su pecho y mostró su mejor rostro de fragilidad—mucho gusto... me llamo Athan Katalakis... primo de Bastian Katalakis... el grandote que está a tu lado protegiéndote como un león...
Violeth, observo a su derecha y noto la expresión dura de Bastian, en lo que no pudo negar que a pesar de conocer al hombre que estaba tan interesado en asesinarla, también había salido algo bueno de todo ello y ese era que al fin sabía el nombre del hermoso hombre de rizos negros y ojos verdes que estaba más que empecinado en cubrirla de aquel al que ella temía en ese momento, por un momento podía jurar que había olvidado que lo veía como una bestia y logro ver más que un glorioso caballero de fina armadura que la cuidaría ante el dragón más temible de todos
Temor, ese era el único sentimiento que invadía a Violeth, aunque sintiera una pequeña esperanza al saber el nombre del hombre que lograba ponerla tan nerviosa, o incluso que llegaba a hacerla dudar de muchas de sus prioridades, pero ahora no era momento para algo como eso, era momento de pesar que tenía que centrarse en aquel lindo e intimidante hombre que ahora se encontraba frente a ella ofreciéndole la mano, como si todas aquellas palabras que habían indicado de él no fuesen más que viles mentiras--oh... vamos... en américa no son tan groseros... solo quiero hacer una amistad duradera y los griegos somos files creyentes que se crea un lazo un el contacto... ¿o es que acaso me temes?—Violeth no tenía planeado que aquel hombre llegarse a creer que tenía fuerza sobre ella, eso era algo que no tenía permitido, a pesar de todo se consideraba alguien lo suficientemente fuerte
El sol iluminaba el mar, el amanecer ya había desaparecido con su bella imagen, en la que Violeth contemplaba completamente sumida en sus pensamientos, miles de ideas y miles de sucesos que no dejaban de agobiarla, no dejaban de mostrarle lo culpable que lograba sentirse cuando ella en realidad no había hecho nada malo, no entendía por qué lograba sentirse herida cuando el debería ser el estuviese de esa manera, ella debió dormir tranquila. Pero el único problema era que su corazón y mente estaban completamente hechos un desastre, no lograba comprender por qué sucedía, pero lo único que tenía más que claro era que su cabeza era un caos completoVioleth no quería más que hundirse en la arena en la que se encontraba en la que por cierto había pasado toda noche con una pequeña manta, mientras observa el mar limpio que arrastraba cada ola en la que ella so&
--no puedes enamorarte... si lo haces arruinas todo por completo y yo tendré que lidiar contigo enamorado, algo que me da mucho fastidio... ¿o tal vez no? ¿Qué dices? ¿Crees que sea buena idea esa regla en nuestro juego?—Bastian dio un gran suspiro cargado de impaciencia, mientras masajeaba sus cienes buscando algún tipo de solución para el gran enojo que poseía en aquel instante, en lo que luego de darle una mirada cargada de enojo a su primo hablo lleno de fastidio--¿tengo opción en toda esta estupidez tuya? Porque si es de esa manera considera que tú no puedes mandar en mis sentimiento, si me enamoro o no es mi problema...--el problema primo es que si tú te enamoras no harás tu parte del juego y no me voy a divertir... es bastante frustrante que sí creo un juego para algo en específico es para lograr que todo se dé acorde a mis deseos... y uno de e
--entonces si haces una combinación de esencias con la comida, a las diosas le molesta...--uno de los miles de concejos eran explicados por Morun, mientras que Violeth asentía completamente concentrada en cada uno de las palabras de la mujer, pues parecía una completa experta en aquellas situaciones--entonces dice que debo separarlos y que no puedo combinarlos ¿correcto?—Morun asintió llena de felicidad al ser escuchada por Violeth, pues con los hombre del hogar no podía conversar y las mujeres que iban a limpia la villa solo lo hacían por corto tiempo y se retiraban de inmediato, debido a que Bastian no le gustaba mucho la intromisión de personas en las que no confiara en su hogar, por lo que ahora tener una mujer junto a ella era tan gratificante que se sentía completa al tener a alguien más después de la compañía de Kendra--así es... eres muy lista... ahora creo
--Violeth... te busca, Morun quiere...--las palabras de Bastian fueron detenidas de inmediato al notar aquello que poseía en las manos Violeth, por lo que su rostro dejo de mostrase completamente relajado, a mostrarse con sus facciones notablemente marcadas, mientras su mandíbula se apretaba al notar que ella había tenido el atrevido de revisar sus cosas--¿Qué haces en mi habitación? ¿Y qué haces con la foto de Kendra en tus manos?-- ¿ella cómo explicaría algo como ello? No tenía la menor idea, pero aún seguía ese sentimiento de tristeza de dolor, por lo que di un leve suspiro y le ofreció el retrato en sus manos y algo apenado lo observo buscando un poco de compresión en él--lo lamento no deseaba hacerlo, solo que...--no debe tocar nada que pertenezca a ella, a ella y mi hija... una vez logre perdonarlo cuando entraste en la habitación de Ait
¿Cómo se podía decir que una persona estaba a punto de explotar? Era más que sencillo para decirlo con palabras, pero si con acciones en lo que cuando menos lo esperaron los sirvientes del lugar lograron escuchar un gran estruendo en la oficina de Bastian, quien había acabado con todo lo que tenía a su paso, en lo que al entrar máximo, no podía creer al ver algo tan caótico en el que desde su escritorio boletado, hasta las ventanas rotas se podía decir que había pasado un huracán en el lugar y había acabado con cada hermoso detalle que se habían encargado la decoradora de formar en aquellas cuatro paredes --¿Qué dijiste Violeth...? Ya te lo advierto no quiero tener que enojarme más de lo que encuentro ahora...--aquel dio pasos hacia ella, pero Violeth se alejó de inmediato con temor a que este llegase a conquistarla con su cercanía, muy distinto a los pensamientos de Bastian quien solo veía de su parte rechazo y hasta odio en sus ojos llenos de determinación--Te dije que no me iré...--antes de siquiera pudiese terminar, ya Bastian la tenía cargada en sus hombros mientras su cabeza colgaba y ella gritaba como loca en busca de ayuda, pero las reglas eran claras y aunque Athan hiciera tracapitulo 17
La pintura estaba quedando perfecta, cada rasgo y cada pequeña muestra de su belleza estaba mostrando el detalle perfecto de Aitana, la pequeña hija de Bastian, pero el problema en todo aquello, era que seguramente él no lo tomaría como algo amable de su parte, tal vez lo tome como un insulto o como una manera en la que ella parecía estar retándolo, con Bastian no se sabía exactamente que podría llegar a invadirlo de un momento a otro, pero lo cierto era que de su parte nada bueno vendríaNo había que llegar a pensarlo mucho tal vez el que escuchar sus pensamientos, posiblemente creyera que solo está siendo algo deprimente, pero la verdad era que no era tal manera, no podía olvidar como se había ido por días después de lo que había ocurrido, según Morun indicaba que tenía un problema grande en la empresa y que no podía simplemente volver a la vi