capitulo 6

Las luz del nuevo día se filtraba por las ventanas, en lo que Violeth estaba completamente  segura que ya era hora de iniciar su nuevo día, aquel del que no estaba segura que no sabría cómo iniciarlo, pues debido a que desde el momento que abrió sus hermosos ojos, no podía llegar a decirse que ella había olvidado lo sucedido, todo lo contrario, ella había logrado encontrar la manera de que su mente recordara al instante cada destello de su memoria de lo que había sucedido, todo como si su cerebro le repitiera una y otra vez que no podía bajar la guardia, que ahora no era más que una persona completamente alejada de su madre y privada de su libertada, que aunque fuese monótona, era una vida en la que le gustaba vivir, por lo menos es pensaba 

--qué bueno que ha despertado señorita...--las voz de una mujer logro alertar a Violeth, quien aun con temor levanto la mirada hacia aquella, que tenía una despampanante sonrisa y parecía estar complacida con solo verla, en lo que sostenía una enorme charola llena de comida 

--lo lamento... pero... ¿Quién es usted?—la mujer se acercó a ella dejando la charola que tenía en sus manos en la mesa de noche que se encontraba al costado de la cama de la chica y sin decir ningún tipo de palabras se sentó al borde de su cama y le dio una mirada llena de ternura y cariño, algo que muy dentro de ella la regocijo lo suficiente, pero aun no comprendía por que aquella desprendía tanto cariño cuando se suponía que no se conocían

--mucho gusto me llamo Morun Poppuli, anoche lograste asustarnos a todos, juro por los dioses que estaba desesperada mientras te buscaba, pero entonces cuando Serguei me indico que te habían hallado, yo logre tranquilizarme demasiado—Violeth no sabía que contestar hacia sus palabras, pues aunque jamás se habían logrado ver en persona, ella sentía una gran empatía hacia la bella dama de hermosas mejillas y ojos hermosos, sin entender la razón del porque tanto sentir tanto cariño hacia un apersona que a penas y conocías—fue una fortuna que nuestro señor te hubiese rescatado de las menos de esa odiosa Elsa, mi hijo me contó sus planes y te juro que nada bueno hubiese venido de esa arpía y de aquel mal chico de Athan...

Cada palabra para Violeth era una completa extrañeza, pues ella no tenía idea de la personas de la que hablaba la curiosa dama de mediana edad que se encontraba allí con ella, hablándole como si se conocieran de toda la vida, en lo que decidió sentarse de mejor manera en la cama en la que aún seguía y espero a que aquella divertida mujer siguiera con aquellas palabras sin fin,  pues al parecer aún no había terminado de contar la terrible osadía que había vivido en el momento que había escapado y la habían despertado alertando que ella había huido

--la verdad me sorprendió mucho cuando el señor salió como loco de la casa gritando por todo el lugar que podías estar herida, que debíamos llamar al médico, algo que he hecho por cierto y el vendrá más tarde a revisarla, sin contar que he llamado a Silvana para que te traiga ropa cuando venga en camino para arreglar ese horrible jardín que dejan destrozados esos asqueroso perros de los turistas que se adentraron en la playa hace unos días...--la mujer hablaba y habla y ella no tenía la menor idea de que decir o cómo reaccionar ante las palabras, pues la verdad era que no entendía nada, pero entonces de un momento a otro—ahora el señor va camino a la oficina, pero tú y yo pasaremos un día excelente...

Aquello fue una alerta en su cabeza, pues si ella no tenía más opción que quedarse en ese lugar por órdenes de aquella hermosa bestia que la había aprisionado, tenía que hacer lo que consideraba era la única opción, por lo que sin pensarlo, aun con la camisa de Bastian bajo corriendo hacia la parte baja ignorando los gritos de Morun, quien se veía bastantes impresionada por su acto tan repentino, pero a ella eso no le interesaba solo le importaba una cosa y era llegar a él, por lo que camino hacia el lugar en él podía escuchar la voz que desde anoche de alguna manera se le había hecho tan familiar

--busquen una manera de que las inversiones en la bolsa no bajen, no quiero excusas...--las palabras de aquel se escuchar como siempre dominante, en lo que noto como Bastian ahora se encontraba hablando por teléfono y aun no retiraba aquella mirada y aquel rostro inexpresivo que había mostrado en el momento en el que daba cada orden dirigida hacia ella, al parecer aquel hombre era con todos tal cual como lo era con ella—ya hable... no quiero excusas...

Un leve carraspeo se escuchó de parte de Violeth, quien se veía terriblemente nerviosa, además de que lo logro sacar de sus pensamientos y discusión a Bastian, quien al verla no puedo evitar que miles de deseos impuros y sucios volvieran de nuevo, pues aquella de verdad que se veía hermosa con aquella camisa, además de que ahora tenía su cabello totalmente alborotado y la camisa que una vez se encontraba completamente planchada ahora estaba totalmente arrugada, después de aquella noche que había pasado la chica, por lo que Bastian se preguntó qué era lo pasaba por la cabeza de sus empleados en ese momento, ¿deseaban que otros vieran su exquisito cuerpo? era que algo que de verdad le molesto

--señor... yo... yo... quiero hablar con mi madre...--Bastian observo sus ojos suplicantes y aunque lo deseara no confiaba mucho en ello, además de que después de la noche que lo había hecho pasar consideraba que no merecía tal regalo de su parte, a lo que tomo asiento en la silla cómoda de su escritorio y la observo como si de un padre estricto le negara un permiso a su hijo

--me temo que no te lo has ganado, te dije que si me hacías enojar no te agradaría, ahora te mostrarte que no debes hacerme enojar...--en ese instante Violeth era un revoltijo por completo de sentimientos, a lo que no sabía si la albergaba la tristeza o la ira. Pero ahora ella estaba completamente frustrada

--no es justo, primero me encierras aquí a tu gusto y también me exiges que no pueda tener la más mínima nuestra de cariño hacia mi madre, quien debe estar desesperada por saber que ocurrió conmigo... eres un monstruos...--las palabras de Violeth llegaron hacerle un inmenso daño a Bastian, quien dio un inerte resoplido y la observo lleno de enojo, mientras daba un golpe en el escritorio causando un leve respigo en la chica que a pesar del miedo que la invadió por un momento, pero aun así ella se mostró implacable y su enojo no disminuyo, todo lo contrario la alentó a hacerle frente a aquel hombre que ella hora consideraba una completa bestia

--no me importa lo que sea justo, tu misma has ganado tu premio o tu castigo como bien lo he dicho no te recompensare, cuando por tu culpa mi villa estuvo patas arriba y estuvieron a punto de asesinarte...--era una completa locura las palabras de aquel hombre, ella no tenía la culpa que este hombre actuara de aquella manera, ella no tenía la culpa de que por el no haber especificado lo que estaba ocurriendo en verdad

--no es mi culpa, si me hubieses hablado desde el principio, si me hubieses explicado desde un principio la verdad yo no hubiese escapado... pero usted... pero usted...

--¿ahora es mi culpa que seas una testaruda? ¿Y que no te importe tu vida en lo más mínimo?

--tampoco es mi culpa que ustedes maniáticos me culpen por un asesinato que causo aquel hombre que me abandono a mí y mi madre cuando solo era una niña... no es mi culpa que yo sea prisionera de ustedes cuando solo parece estar jugando con mi libertad y mi vida, por lo que parece ser sus secretos...--hubo un silencio de parte de los dos, en  la que Bastian sentía que cada palabra llegaba como si de flechas directas a su corazón se trataran

--entonces... solo debo decirte que te acostumbres tal vez una eternidad aquí... pues si somos unos maniáticos pareces que te quedaras aquí para siempre...--aquel se levantó de su asiento y tomo su portafolio, mientras salió por un lado pero ella lo detuvo con una frase que Bastian solo jamás creyó volver a escuchar

--que irónico, pero si dices que es mi condena, por culpa de ser la hija de mi padre y que será para siempre, "¿para siempre no puede esperar un minuto?"—Bastian observo a la chica frete a él y aquella imagen se volvió difusa ante sus ojos, en el que no imagino a aquella que tenía frente a él, en ese instante observa a su peli negra leyendo aquel libro que tanto amaba

--la bella y la bestia...--Violeth se sorprendió demasiado en escuchar tales palabras, en lo que noto como aquel, tomaba su teléfono y se lo ofrecía a la chica quien lo tomo con algo de duda—despídete de ella, pero no le digas lo que en realidad está ocurriendo no lo olvides si haces algo mal, tu castigo será peor que no poder llamar a tu madre...

Sin más se marchó dejando el corazón destrozado corazón de Violeth y con su teléfono en sus manos, a lo que ella se preguntó si no temía en que ella en vez de llamar a su madre llamara a la policía, pero después recordó la amenaza que acababa de hacer y tal vez era verdad, si le prohibía siquiera tranquilizar a su madre que seguramente debía estar llena de miedo, posiblemente este hombre podía llegar a hacer cosas un peores, por lo que ella no debía retarlo, simplemente adaptarse a aquel para siempre que la parecer tal y como aquella historia que le había dado el campo para poder comunicarse con su madre ella pagaba la condena de su padre

La única diferencia, era que no era una rosa, eran dos, una que a prensa estaba empezando a vivir, una que no pudo conocer la vida, tal vez. Solo tal vez él tenía razón, ella merecía una vida como prisionera de aquel, a quien su padre le había impedido vivir, ojo por ojo   

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