El gran día había llegado, Avery se miraba al espejo y aunque se veía realmente hermosa no podía evitar sentirse nerviosa, además sentía que estaba cometiendo un error. Sacudió su cabeza para quitar esa idea, hoy sería su boda con un hombre ideal para ella, a su mente llegó el recuerdo de aquel hombre de ojos grises y cabello oscuro, suspiró como tanto.
Hoy por fin podría ser libre de Maggie, aunque nunca la había maltratado, tampoco fue dada a darle amor, pero si fue de dar órdenes y prohibirle salir de casa a menos que fuera para ir a estudiar, le había extrañado tanto cuando le presentó a Harry y es que prácticamente se lo metió por los ojos, pero en realidad tenía que agradecérselo, porque Harry era una de las mejores cosas que le había pasado, él había sido muy bueno con ella y la llevaría a esa libertad que tanto deseaba.
Avery se decía estar enamorada, se decía que amaba a Harry, aunque en realidad no sabía si lo que realmente sentía era amor, ya que ella nunca se había enamorado.
Unos golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos.
—Adelante — dijo aún mirándose en el espejo, Susy entró a la habitación y la miró con el cariño que siempre le había tenido a la pequeña. —Susy, ¿Qué tal me veo?.
—Hermosa mi niña — en sus ojos había lágrimas.
—¿Qué pasa? — le preguntó Avery preocupada.
—¿Estás segura que estás enamorada? ¿Qué quieres casarte? — Avery frunció el ceño.
—¿Por supuesto? — dijo tratando de sonar muy convencida. — ¿Qué pasa Susy?
—Nada cariño, solo que quiero lo mejor para ti, quiero que seas inmensamente feliz.
—Y lo seré te lo aseguro, podré trabajar, podré tener una familia, voy hacer la mujer más feliz del mundo.
—Ay mi niña — Susy la abrazó tan fuerte, quería poder llevarse a su niña Avery de ese lugar, ella sentía que algo no estaba bien, no confiaba ni en la señora Maggie, ni en el señor Harry, aunque nunca se habían comportado mal con los empleados del lugar, algo en sus miradas le gritaba que eran peligrosos. La puerta se abrió asustando a ambas, Maggie entró y se quedó sorprendida al ver a la cocinera en la habitación.
—¿Qué haces aquí?
—Solo vine a ver a la niña y desearle que sea muy feliz. — Maggie las miró a ambas y asintió.
—Bien, puedes irte.
—Sí señora — Susy se giró a Avery — que seas muy feliz cariño.
—Gracias Susy. — Avery volvió abrazarla y le dio un beso en la mejilla a la señora. Susy salió de la habitación dejándolas solas.
—Ya es hora Avery. — ella asintió más que nerviosa — Harry está abajo esperándote con su amigo.
—Estoy muy nerviosa.
—Es lógico, hoy empiezas una nueva vida, una donde no podrás salir nunca. — dijo con una sonrisa que para nada le gustó.
—Pues solo espero que sea feliz y pueda ser quién realmente soy — le dijo realmente convencida.
—Bien ya veremos, ahora vamos que ya nos esperan. — Avery asintió y fue por su pequeño arreglo.
Mientras iba bajando las escaleras para salir al jardín, algo le decía que corriera y saliera de ahí antes de que fuera demasiado tarde, pero sabía que eran los nervios, y que su futuro esposo ya la esperaba.
En cuanto llegó al pequeño camino de rosas en el suelo, su cuerpo empezó a temblar, pronto sería una mujer casada, con 22 años, realmente deseaba ser muy feliz, Harry se encontraba muy guapo con su traje, al lado de él había un señor de alrededor de unos cuarenta y cinco años, que la miraba de una forma que la hacía sentir realmente incómoda. Cuando llegó junto a Harry este le sonrió.
—Estás hermosa cariño. — le dijo besando su mano. Ella solo pudo sonreírle, con mucha emoción, pero sabía que debía contestarle.
—Gracias, tú también te ves muy guapo. — Harry asintió y se giró al juez que llevaría a cabo la boda civil.
Avery estaba muy extrañada de que la ceremonia hubiera sido muy corta y no dijeran sus votos, tal vez Harry había hablado con el juez antes, ya que él fue de lo único que se encargó. En cuanto firmaron, Harry la besó con una pasión desmedida, como nunca antes la había besado y a ella realmente le gustó.
—Bueno tortolitos, ya después tendrán tiempo para ustedes — dijo Maggie interrumpiendo el beso de los novios, haciendo que se separaran — felicidades cariño, ya eres una mujer casada. — abrazó a su sobrina y le dio un beso en su mejilla, luego Maggie hizo lo mismo con Harry.
—Ven cariño, quiero presentarte a alguien — tomados de la mano, Harry le presentó al que ahora era el testigo de su boda. — Él es Sander Ferrer, mi socio y amigo.
Avery le tendió la mano, ni loca se iba a acercar más de la cuenta ese hombre la quería desnudar con la mirada, tenía una mirada oscura y peligrosa, algo que realmente no le gustaba.
—Pues déjame felicitarte Harry, tu esposa es realmente hermosa. Has hecho una muy buena elección — dijo mirándola de pies a cabeza, se sentía muy incómoda.
—Bueno es hora de pasar a la mesa a cenar, los papeles del matrimonio ya están firmados y eso era lo que realmente importaba — dijo Maggie mirando a los dos hombres. Ambos asintieron en silencio, ellos sabían lo que significaba eso y realmente era lo principal.
Compartieron un pequeño banquete, uno donde Avery no dejó de sentirse incómoda, uno donde una vez más era ignorada por la conversación que tenían los demás menos ella.
—Bien, es hora de irnos a nuestro hogar cariño — dijo Harry ansioso. — ella asintió y fue por una maleta, no había empacado todo, se llevaría lo necesario y esperaba ir por lo de más en estos días.
—Muchas gracias por todo tía Maggie. Espero algún día poder pagarte todo lo que has hecho por mí.
—Ya lo harás Avery, ya lo harás. — cuando salieron de la que había sido su casa por muchos años se sintió triste, pero la nueva vida que empezaba sería mil veces mejor, estaría con alguien que la quería y con el que formaría una familia. Al llegar a una enorme casa la recibió, era como una mansión, nunca había estado ahí.
—Bienvenida a tu nuevo hogar. — ella estaba muy sorprendida que aún no lo asimilaba, tanto así que no había notado que otro hombre había llegado detrás de ellos.
Harry la giró a dentro de la casa y la guió hasta la sala donde muchos hombres esperaban, ella no pudo evitar que los nerviosos se le dispararan.
—¿Qué es todo esto? — dijo asustada.
—Esto es tu nueva vida Avery, una de la cual no podrás huir nunca.
—¿Qué has dicho? —Mira Avery, te presento a mis grandes socios — Avery vio a los seis hombres aterrada. — Tranquila cariño, ellos aún no te harán nada. — ella lo miró con lágrimas en los ojos sin poder creer lo que oía, sencillamente no entendía qué pasaba. — Ven cariño, se una niña buena y siéntate aquí — Harry la llevó a un sillón y la sentó a la fuerza. —No sé para qué vamos hacer esto Harry, yo ya te di una buena cantidad de dinero a ti y a Maggie por ella. — dijo Sander enojado. —Sé que así es, pero ya que todos la vieron personalmente quiero saber que piensan, si no valía la cantidad que pedimos por ella. — Los hombres presentes miraban a Avery como si fuera una coca cola en el desierto. —La verdad es que me gusta Harry, te pago el doble de lo que pagó Ferrer y a él le devuelvo lo que invirtió — Sander empezó a negar con la cabeza, él no la iba a dar por nada en el mundo. —No, no la voy a negociar, es mía y se acabó. — dijo Ferrer decidido. —¿Qué pasa amigo? Es más te doy
Avery había ordenado a su cabeza a levantarse de la cama e ir a darse cuenta de un baño, así poder quitarse el bendito vestido, quería que el agua se llevara todos los recuerdos que había vivido en las últimas, todo tenía que ser una horrible pesadilla, no podía dejar de llorar, de recordar todo lo que le habían hecho a esa mujer. Habían abusado de ella, mientras uno se lo hacía por un lado, otro desgraciado se lo hacía por atrás y un último se la hacía por la boca, ¿cómo eran capaces de hacer esas cosas? ¿Eso era lo que le esperaba a ella?.Busco entre las cosas que habían en su maleta una pijama, miró la que ella pensaba usar para su noche de bodas y lloró más fuerte, nada era lo que ella pensaba. Luego de vestirse se acostó en la cama, estaba en posición fetal, sus lágrimas no dejaban de salir, además tenía un dolor de cabeza horrible, sin saber en qué momento sus ojos se cerraron y quedó sumergida en un profundo sueño. —Despierta Avery, hoy es tu gran día — Avery se removió y si
Avery iba sumida en sus pensamientos, tenía miedo, quería tirarse del auto y huir, pero no sabía que tan poderosos podían ser Maggie y Harry, no sabía hasta dónde podían llegar, en especial porque no los conocía, nunca los conoció, todo fue un maldito espejismo de lo que ella quiso que fueran, al menos Harry.¿Cómo había sido tan estúpida y no darse cuenta que esos dos eran amantes?Había tenido tantas señales, tantas cosas cuando esos dos estaban juntos. En ese momento una duda se sembró en ella ¿Estaba casada con Harry? ¿O todo había sido una farsa? Salió abruptamente de sus pensamientos cuando sintió que una mano le recorría sus piernas, brincó del susto e instintivamente se quitó.—¿Qué hace? — dijo asustada.
A Sander no le gustó la decisión de Charles, pues él ya se estaba haciendo a la idea de someter a esa hermosa mujer, pero con tal de que su hijo trabajara con él así cuando él muriera Charles quedaría a cargo de todo lo que había construido.—Bien, ¿la quieres en tu habitación o en otra? — Charles miró a Avery, su hermosa pelirroja, veía miedo y terror en los ojos de ella, él se iba a encargar de cuidarla y de hacerle pagar a Harry el venderla como si fuera un objeto.—La quiero en otra habitación, pero a la par de la mía.—Bien, así será hijo. Voy a decirle a Marta que prepare tu habitación de al lado — Charles asintió. Sander se fue en busca de su empleada con más años trabajando para él, y dejó a la nueva pareja
En cuanto llegaron al comedor Charles se tensó de inmediato, mientras que Avery solo se sorprendió de ver una mujer sentada al lado de Sander, pensó que seguro era otra pobre mujer sin derecho a la su propia libertad.—Avery te ves exquisita — dijo Sander mirándola con deseo, Charles miró a su padre de manera fría y muy enojado. — Quiero presentarte a Fiona, ella será mi nueva mascota, ¿verdad cariño? — La mujer veía a Charles con ganas de desnudarlo y hacerlo suyo como tantas veces lo había hecho.—Sí cielo, yo estoy super encantada. — Sander sonrió, sabía que a esa mujer le gustaba todo ese tipo de cosas, hasta el sado.—Cuando quieras volver a estar con ella puedes hacerlo, sé que ustedes tuvieron un romance. — dijo Sander, fue turno de Avery para te
Charles tomó la mano de Avery y no la soltó hasta que llegaron a la habitación, podía sentirla temblar, pero aún así ella no lo soltó tampoco. Cuando entraron él la soltó.—¿Quieres ir a la terraza? — ella solo asintió.Una vez en ese lugar, ambos respiraron el aroma de las flores.—Ese jardín lo mandé hacer en honor de mi mamá, le gustaban mucho las flores — Avery lo miró por un momento y pudo ver melancolía en los ojos del hombre, pero igualmente siguió callada y eso estaba exasperando a Charles. —Puedes hablar Avery, estoy tratando de ser amable, odio hablarle a las personas y que no contesten.—No sé qué decirte — dijo suavemente.—Si sabes, pero simplemente te da mied
Charles y Avery habían pasado una semana muy movida y juntos, él había decidido llevarla a su oficina, una dónde Avery podía ser ella. Él no era estúpido, sabía que Sander la deseaba, pero estaba muy equivocado si creía que él la dejaría sola, Avery era suya y de nadie más.En la empresa ya varios le habían habían visto con deseo a Avery, eso lo molestaba y lo ponía muy celoso, tanto que en cuanto llegaban a la oficina la besaba con arrebato, odiaba sentirse así, no quería hacerle daño, ya había concretado la primera cita con un psicólogo. Sería el lunes a primera hora, necesitaba cambiar por ella.Ese día no había llevado a Avery a su oficina, había quedado en casa ya que su padre ni Fiona estarían en ella, además de que debía ponerse hermosa
Charles quería agarrar a golpes a su padre, su cordura estaba ya dependiendo de un hilo, sabía que no era culpa de Avery, Sander quería a como diera lugar meterse entre las piernas de ese bello ángel y no iba a permitirlo.—¿Qué haces Sander? — su tono de voz era duro.—Sólo le decía a Avery que está hermosa esta noche — Charles la miró de pies a cabeza y algo en él se incendió, estaba más que hermosa, perfecta, divina, su mirada se deleitó en su pierna y la abertura del vestido en sus senos, su boca se hizo agua y su mirada se hizo aún más oscura. Luego miró otra vez a su padre y la rabia se hacía mayor al ver dónde tenía la mirada él.–Te ves más que perfecta Avery, es hora de irnos — su voz y su mirada fueron dura