Avery se encontraba tan feliz, faltaban muy pocos días para su boda, sería algo sencillo, ya que ella no tenía amistades, sería solo su tía, Harry y un amigo de él, quién iría como testigo por lo que dieron plazo de quince días para organizar la boda, una de la cual se encargaría Maggie.
—Puedo ver que estás muy feliz — le dijo su tía en cuanto entró a la cocina, donde se encontraba Avery muy alegre charlando con Susy, quien era una señora mayor y la encargada de la cocina.
—Sí, muy feliz, en dos días será mi boda, y estoy tan feliz tía. El vestido llegó hoy y está más que perfecto, gracias.
—No hay de qué, niña. Avery no creas que por irte de la casa vas a trabajar como maestra de preescolar. — el tono duro que usó Maggie hizo que la sonrisa de Avery se borrara
—¿De qué hablas? — preguntó muy confundida, ¿porque tenía que seguir metiéndose en su vida?
—Estuve hablando con Harry y él está de acuerdo conmigo, en que debes estar en casa para tu esposo. — Avery sintió mucho coraje, no era justo lo que estaba oyendo.
— Yo seré maestra — dijo decidida a cumplir su sueño, Maggie la miró y sonrió, pero esa sonrisa fue tan espeluznante que hizo que todo el cuerpo de Avery se erizara.
—Eso lo veremos querida — Maggie dio media vuelta y salió de la cocina, Avery tenía lágrimas al filo de sus ojos, pero no lloraría, no le daría el gusto, pero si agarro su celular y salió al jardín, ahí decidió llamar a Harry, quien al segundo tono respondió, eso era algo que siempre le había gustado de él, que aunque no era mucho lo que ella lo llamaba cuando lo hacía Harry contestaba de inmediato.
—Hola cariño, ¿Qué sucede?
—Harry, necesito hablar contigo es urgente.
—¿Pasa algo malo? — preguntó preocupado. — Iré a tu casa en este momento.
—No, a mi casa no, ¿podemos vernos en un café?
—Sí claro, pero, ¿está todo bien?
—No, y no vayas a decirle nada a mi tía.
—De acuerdo, nos vemos en el café que queda cerca de tu casa en veinte minutos.
— Ahí estaré. — Avery cortó y decidió ir por su bolso y un abrigo, el día estaba muy oscuro y podía llover en cualquier momento. En cuanto salió de casa sintió que alguien la observaba, al levantar su vista hacia la gran casa donde vivía, vio a su tía que la miraba fijamente, decidió ignorarla y seguir su camino, su tía siempre había sido muy rara.
Al llegar al café, se sentó en una mesa del fondo a esperar a su prometido, pocos minutos después lo vio entrar con su característico porte, realmente era un hombre muy atractivo.
—Hola cariño — le dio un pequeño beso en los labios y luego se sentó frente a Avery, Harry no era muy dado a dar muestras en público. —¿Has pedido algo? — Avery negó con la cabeza.
—He llegado hace unos pocos minutos — él asintió y llamó al camarero — Tráigame un café por favor — miró a Avery para saber que iba a pedir.
—Yo solo quiero un vaso con agua, gracias — el joven apuntó el pedido y se fue.
—¿Qué es lo que ocurre Avery? — preguntó porque no tenía intención de seguir con el misterio.
—¿Porque Maggie dice que yo no podré trabajar? Dice que ustedes se pusieron de acuerdo a mis espaldas para que yo me quede en casa como un adorno más.
—¿Te molesta quedarte en casa? — preguntó suavemente.
—Sí, me molesta quedarme en la casa sin hacer nada, me molesta que elijan por mí y me molesta que hablan de mí a mis espaldas — contestó realmente enojada, en ese instante el camarero llegó con el pedido, lo dejó en la mesa y se fue.
—Tienes razón, pero fue que Maggie me dijo que tú no querías trabajar, y yo acepto lo que tu quieres, pero de algo puedes estar segura, vas a trabajar — le dijo mirándola a los ojos, un brillo extraño apareció en los ojos de Harry que a Avery le dio miedo, pero sacudió la cabeza ignorando esa estúpida sensación.
—¿De verdad? — dijo feliz de que Harry accediera a que ella trabajara, de que pudiera hacer lo que en verdad quería.
—De verdad cariño, yo solo deseo hacerte feliz. — Avery sonreía muy feliz.
—Gracias, eres el hombre más maravilloso que he conocido. — Harry le sonrió.
—Solo soy el hombre que mereces. — Ella le sonrió.
—Iré al baño, ya regreso — Avery se levantó de su silla y se dirigió al baño, en cuanto la perdió de vista Harry sacó su celular e hizo una llamada…
Avery no podía ocultar su felicidad, Harry definitivamente era el hombre ideal para ella, era bueno, atento, cariñoso, trabajador, y tomaba mucho en cuenta lo que ella le decía, así su tía se enojara ella iba a trabajar con niños, ese era su sueño, y esperaba ser muy pronto madre.
En cuanto salió del baño su cuerpo chocó con otro duro y firme, cayendo de culo al piso.
—¡Mierda! — dijo con dolor en sus nalgas.
—Lo siento, fue mi culpa, no te vi por estar con el celular — Avery alzó su mirada y por un momento se quedó sin respiración, era el hombre más increíblemente guapo que había visto es su vida, y eso que ella pensaba que Harry era guapo, pero este que tenía enfrente era algo nunca visto. —¿Estás bien…? — dijo esperando en que ella le dijera el nombre, aunque él ya lo sabía.
—Avery, Avery O'Ryan, y sí, solo fue un golpe — el hombre le tendió la mano para ayudarla a levantarse.
—Una vez más te pido disculpas Avery — una corriente recorrió el cuerpo de ella cuando su mano tocó la de ese hombre extraño. Avery notó como él le miraba el anillo de compromiso en su mano y se sintió incómoda.
—Lindo anillo— dijo mirándola a los ojos — ¿Va a casarse? — Avery se sintió incómoda y no sabía el porqué.
—Sí, en dos días será mi boda — a pesar de sentirse incómoda, su felicidad no pudo evitarla, el extraño solamente asintió — de hecho debo irme, mi prometido me espera. — quería salir de la vista de ese hombre.
—Claro, que tengas un hermoso matrimonio, tu prometido tiene una suerte increíble, lo envidio — el rostro de Avery se puso roja como un tomate. — Nos veremos después Avery — el hombre dio media vuelta y salió de ese pasillo que los ocultaba de todo el restaurante, ella simplemente se quedó algo sorprendida, luego se dirigió a la mesa donde se encontraba Harry, al llegar junto con su prometido no pudo evitar recorrer el lugar con la mirada, y encontró en una mesa al guapo extraño mirándola fijamente.
—Te has tardado un poco — le dijo Harry sonriendo.
—Si, estaban ocupados — le sonrió y se sentó a su lado.
—¿Ya tienes todo listo? — preguntó Harry, Avery asintió con una sonrisa que podía iluminar todo el lugar.
—Sí, el vestido está hermoso, en realidad todo está perfecto. — contestó olvidando por completo al guapo hombre que la miraba intensamente.
—Me alegro, estoy deseando que llegue el día — Avery vio cómo la mirada de Harry se oscureció. — Vamos, te llevo a casa. — Avery asintió levantándose de su silla, antes de salir del lugar agarrada de la mano de Harry miró una vez al extraño, quién levantó la copa de vino que tenía en la mano e hizo un brindis al aire sin quitar su mirada de ella. Realmente era un hombre extraño.
El gran día había llegado, Avery se miraba al espejo y aunque se veía realmente hermosa no podía evitar sentirse nerviosa, además sentía que estaba cometiendo un error. Sacudió su cabeza para quitar esa idea, hoy sería su boda con un hombre ideal para ella, a su mente llegó el recuerdo de aquel hombre de ojos grises y cabello oscuro, suspiró como tanto.Hoy por fin podría ser libre de Maggie, aunque nunca la había maltratado, tampoco fue dada a darle amor, pero si fue de dar órdenes y prohibirle salir de casa a menos que fuera para ir a estudiar, le había extrañado tanto cuando le presentó a Harry y es que prácticamente se lo metió por los ojos, pero en realidad tenía que agradecérselo, porque Harry era una de las mejores cosas que le había pasado, él había sido muy bueno con ella y la llevar&iacut
—¿Qué has dicho? —Mira Avery, te presento a mis grandes socios — Avery vio a los seis hombres aterrada. — Tranquila cariño, ellos aún no te harán nada. — ella lo miró con lágrimas en los ojos sin poder creer lo que oía, sencillamente no entendía qué pasaba. — Ven cariño, se una niña buena y siéntate aquí — Harry la llevó a un sillón y la sentó a la fuerza. —No sé para qué vamos hacer esto Harry, yo ya te di una buena cantidad de dinero a ti y a Maggie por ella. — dijo Sander enojado. —Sé que así es, pero ya que todos la vieron personalmente quiero saber que piensan, si no valía la cantidad que pedimos por ella. — Los hombres presentes miraban a Avery como si fuera una coca cola en el desierto. —La verdad es que me gusta Harry, te pago el doble de lo que pagó Ferrer y a él le devuelvo lo que invirtió — Sander empezó a negar con la cabeza, él no la iba a dar por nada en el mundo. —No, no la voy a negociar, es mía y se acabó. — dijo Ferrer decidido. —¿Qué pasa amigo? Es más te doy
Avery había ordenado a su cabeza a levantarse de la cama e ir a darse cuenta de un baño, así poder quitarse el bendito vestido, quería que el agua se llevara todos los recuerdos que había vivido en las últimas, todo tenía que ser una horrible pesadilla, no podía dejar de llorar, de recordar todo lo que le habían hecho a esa mujer. Habían abusado de ella, mientras uno se lo hacía por un lado, otro desgraciado se lo hacía por atrás y un último se la hacía por la boca, ¿cómo eran capaces de hacer esas cosas? ¿Eso era lo que le esperaba a ella?.Busco entre las cosas que habían en su maleta una pijama, miró la que ella pensaba usar para su noche de bodas y lloró más fuerte, nada era lo que ella pensaba. Luego de vestirse se acostó en la cama, estaba en posición fetal, sus lágrimas no dejaban de salir, además tenía un dolor de cabeza horrible, sin saber en qué momento sus ojos se cerraron y quedó sumergida en un profundo sueño. —Despierta Avery, hoy es tu gran día — Avery se removió y si
Avery iba sumida en sus pensamientos, tenía miedo, quería tirarse del auto y huir, pero no sabía que tan poderosos podían ser Maggie y Harry, no sabía hasta dónde podían llegar, en especial porque no los conocía, nunca los conoció, todo fue un maldito espejismo de lo que ella quiso que fueran, al menos Harry.¿Cómo había sido tan estúpida y no darse cuenta que esos dos eran amantes?Había tenido tantas señales, tantas cosas cuando esos dos estaban juntos. En ese momento una duda se sembró en ella ¿Estaba casada con Harry? ¿O todo había sido una farsa? Salió abruptamente de sus pensamientos cuando sintió que una mano le recorría sus piernas, brincó del susto e instintivamente se quitó.—¿Qué hace? — dijo asustada.
A Sander no le gustó la decisión de Charles, pues él ya se estaba haciendo a la idea de someter a esa hermosa mujer, pero con tal de que su hijo trabajara con él así cuando él muriera Charles quedaría a cargo de todo lo que había construido.—Bien, ¿la quieres en tu habitación o en otra? — Charles miró a Avery, su hermosa pelirroja, veía miedo y terror en los ojos de ella, él se iba a encargar de cuidarla y de hacerle pagar a Harry el venderla como si fuera un objeto.—La quiero en otra habitación, pero a la par de la mía.—Bien, así será hijo. Voy a decirle a Marta que prepare tu habitación de al lado — Charles asintió. Sander se fue en busca de su empleada con más años trabajando para él, y dejó a la nueva pareja
En cuanto llegaron al comedor Charles se tensó de inmediato, mientras que Avery solo se sorprendió de ver una mujer sentada al lado de Sander, pensó que seguro era otra pobre mujer sin derecho a la su propia libertad.—Avery te ves exquisita — dijo Sander mirándola con deseo, Charles miró a su padre de manera fría y muy enojado. — Quiero presentarte a Fiona, ella será mi nueva mascota, ¿verdad cariño? — La mujer veía a Charles con ganas de desnudarlo y hacerlo suyo como tantas veces lo había hecho.—Sí cielo, yo estoy super encantada. — Sander sonrió, sabía que a esa mujer le gustaba todo ese tipo de cosas, hasta el sado.—Cuando quieras volver a estar con ella puedes hacerlo, sé que ustedes tuvieron un romance. — dijo Sander, fue turno de Avery para te
Charles tomó la mano de Avery y no la soltó hasta que llegaron a la habitación, podía sentirla temblar, pero aún así ella no lo soltó tampoco. Cuando entraron él la soltó.—¿Quieres ir a la terraza? — ella solo asintió.Una vez en ese lugar, ambos respiraron el aroma de las flores.—Ese jardín lo mandé hacer en honor de mi mamá, le gustaban mucho las flores — Avery lo miró por un momento y pudo ver melancolía en los ojos del hombre, pero igualmente siguió callada y eso estaba exasperando a Charles. —Puedes hablar Avery, estoy tratando de ser amable, odio hablarle a las personas y que no contesten.—No sé qué decirte — dijo suavemente.—Si sabes, pero simplemente te da mied
Charles y Avery habían pasado una semana muy movida y juntos, él había decidido llevarla a su oficina, una dónde Avery podía ser ella. Él no era estúpido, sabía que Sander la deseaba, pero estaba muy equivocado si creía que él la dejaría sola, Avery era suya y de nadie más.En la empresa ya varios le habían habían visto con deseo a Avery, eso lo molestaba y lo ponía muy celoso, tanto que en cuanto llegaban a la oficina la besaba con arrebato, odiaba sentirse así, no quería hacerle daño, ya había concretado la primera cita con un psicólogo. Sería el lunes a primera hora, necesitaba cambiar por ella.Ese día no había llevado a Avery a su oficina, había quedado en casa ya que su padre ni Fiona estarían en ella, además de que debía ponerse hermosa