Charles tomó la mano de Avery y no la soltó hasta que llegaron a la habitación, podía sentirla temblar, pero aún así ella no lo soltó tampoco. Cuando entraron él la soltó.
—¿Quieres ir a la terraza? — ella solo asintió.
Una vez en ese lugar, ambos respiraron el aroma de las flores.
—Ese jardín lo mandé hacer en honor de mi mamá, le gustaban mucho las flores — Avery lo miró por un momento y pudo ver melancolía en los ojos del hombre, pero igualmente siguió callada y eso estaba exasperando a Charles. —Puedes hablar Avery, estoy tratando de ser amable, odio hablarle a las personas y que no contesten.
—No sé qué decirte — dijo suavemente.
—Si sabes, pero simplemente te da mied
Charles y Avery habían pasado una semana muy movida y juntos, él había decidido llevarla a su oficina, una dónde Avery podía ser ella. Él no era estúpido, sabía que Sander la deseaba, pero estaba muy equivocado si creía que él la dejaría sola, Avery era suya y de nadie más.En la empresa ya varios le habían habían visto con deseo a Avery, eso lo molestaba y lo ponía muy celoso, tanto que en cuanto llegaban a la oficina la besaba con arrebato, odiaba sentirse así, no quería hacerle daño, ya había concretado la primera cita con un psicólogo. Sería el lunes a primera hora, necesitaba cambiar por ella.Ese día no había llevado a Avery a su oficina, había quedado en casa ya que su padre ni Fiona estarían en ella, además de que debía ponerse hermosa
Charles quería agarrar a golpes a su padre, su cordura estaba ya dependiendo de un hilo, sabía que no era culpa de Avery, Sander quería a como diera lugar meterse entre las piernas de ese bello ángel y no iba a permitirlo.—¿Qué haces Sander? — su tono de voz era duro.—Sólo le decía a Avery que está hermosa esta noche — Charles la miró de pies a cabeza y algo en él se incendió, estaba más que hermosa, perfecta, divina, su mirada se deleitó en su pierna y la abertura del vestido en sus senos, su boca se hizo agua y su mirada se hizo aún más oscura. Luego miró otra vez a su padre y la rabia se hacía mayor al ver dónde tenía la mirada él.–Te ves más que perfecta Avery, es hora de irnos — su voz y su mirada fueron dura
Cuando Avery salió del baño observaba el lugar maravillada, en realidad todo era muy lindo, esa noche estaba siendo muy especial para ella, Charles se había estado comportando cómo un caballero, además de muy cariñoso, ella sabía que no podía confiar, debía proteger a su corazón, porque cada vez que el la besaba, miraba o la trataba como lo llevaba haciendo toda la noche, algo crecía en ella, podía sentir como eso era cada vez más fuerte de lo que alguna vez sintió por Harry, suspiró al recordarlo, aún no tenía claro que sentía por él, porque ella de verdad lo había querido.Avery estaba tan sumida en sus pensamientos que no vio al hombre con el que chocó hasta que casi estuvo apunto de caer.—Te tengo — dijo una voz gruesa, que ella conocía muy bien.&n
Charles la tomó en sus brazos y empezó a besarla, sus besos eran apasionados y le estaban dejando sin respiración, las manos de él no sé quedaban quietas, lentamente bajó el pequeño cierre que se encontraba en medio de las nalgas de Avery, luego quitó el pequeño botón detrás de su cuello, sus movimientos eran cuidadosos, delicados, Avery se sentía excitada, pero así no era la forma, cuando Charles empezó a bajar el vestido, ella usó toda su fuerza de voluntad para alejarse.—No lo hagas por favor, así no, Chaeles dijiste que no me harías daño. — debía hacerlo reaccionar, que sus ojos volvieran a mirarla como hacía siempre.—Él te tocó y no lo has rechazado, ¿Porqué a mí sí?—No te estoy rechazando, no
Charles no se había conformado con hacerle el amor a Avery una vez, por el contrario, se hacía adicto a ella cada vez que entraba y salía de ese lugar que lo hacía ver la gloria. Nunca había sido tan posesivo con alguna mujer como lo era ahora con Avery, ella lo había hechizado con su dulzura y pureza, era tan inocente, que quería sacarla de ese lugar lo más pronto posible, pero debía esperar, porque sencillamente debía seguir con su plan a como diera lugar. Tenía más de diez minutos de haber despertado y aún seguía suspirando con la imagen frente de sus ojos, Avery estaba con el cabello esparcido por la almohada y alguno mechones de cabello lo tenía en su rostro, estaba boca abajo, por lo que tenía toda su espalda desnuda y parte de las sábanas tapan sus hermosas nalgas y piernas, ella definitivamente era un hermoso ángel, uno que se había adueñado de él con solo mirarlo. Haber hecho el amor con ella había sido a otro nivel, nunca se había sentido tanto placer y satisfacción de es
A Sander le agradó ver que la chica ya no era virgen, que Charles se la estaba cogiendo, esa era la idea en un principio, al igual que él debería hacerlo, pensó que Charles tal vez en algún momento iba a compartirla, pero no quiso, igual eso no era lo que le molestaba, era el lazo que veía que crecía en ellos, era algo que no podía permitir, tenía que hacer que Charles fuera diferente y tenía un plan, su hijo que tenía que ser exactamente como él, no iba a permitir que tuviera esas ideas estúpidas del amor, y si Charles no aceptaba de una vez por todas lo que era, debía desaparecerlo, ¿Qué caso tenía tener un hijo si no hacía lo que él quería? ¿Si al final no iba a hacerse cargo de su negocio? Después de diez minutos Charles entraba más que enojado. —Nunca más en tu puta vida vuelvas a entrar así a mi habitación, es más nunca vuelvas a entrar. —¿Sabes que soy el dueño de Avery? Y la verdad ya no quiero que esté contigo — Charles estaba más que sorprendido y furioso, necesitaba mant
Charles le pidió a Marta un desayuno para dos con una gran sonrisa. —Hoy ha amanecido muy alegre señor. — él la miró aún sonriendo. —Así es, es como si fuera otra persona, una que después de muchos años está siendo algo de felicidad en su interior, es como sí un rayo de luz atravesara la oscuridad en la que he estado por muchos años. — dijo sincero, sabía que podía confiar en ella, esa pobre mujer había sido una víctima al igual que su madre, y si no huía o hablaba era porque simplemente Ella ya no tenía esperanza de nada bueno en la vida. —La señorita Avery es especial y me alegro mucho que se sienta así mi niño, se merece ser feliz, usted ha pasado por mucho en esta vida. — Charles abrazó a la anciana y besó la cabeza. — Al igual que tú, solo espero que algún día puedas ser libre de todo esto — la mujer suspiró resignada. —Y yo solo espero que usted no se involucre en esa porquería de mundo, y que además no haga sufrir a esa jovencita. Ella se ve tan pura, buena e inocente, que
Charles miró fijamente a Avery, quería abrirse un poco con ella, porqué sabía que mientras Sander y Fiona anduvieran cerca las cosas podrían complicarse, aún más si él tenía que tratarla a ella, como algo que no era. —Sander tiene la costumbre de obsesionarse con las mujeres hermosas y que además no quieren nada con él, porque así puede someterlas y hacer lo que les venga en gana con él, mi madre, ella era humilde y su padre un desgraciado que la vendió por unos cuantos billetes que Sander estuvo más que dispuesto a pagar. Ella tenía que hacer lo que él dijera, sufría al ver que Sander entraba con mujeres diferentes y tenía sexo en sus narices, ella sentía asco y repulsión. Siempre estaba con temor, porque cuando él la llevaba a la habitación de abajo, siempre sufría más de la cuenta, él la dejaba sangrando, era y es un sádico de lo peor — Avery abrió los ojos como platos y a su mente llegó el recuerdo de la mujer que habían castigado. — Mi madre era una niña cuando llegó aquí, y po