Charles le pidió a Marta un desayuno para dos con una gran sonrisa. —Hoy ha amanecido muy alegre señor. — él la miró aún sonriendo. —Así es, es como si fuera otra persona, una que después de muchos años está siendo algo de felicidad en su interior, es como sí un rayo de luz atravesara la oscuridad en la que he estado por muchos años. — dijo sincero, sabía que podía confiar en ella, esa pobre mujer había sido una víctima al igual que su madre, y si no huía o hablaba era porque simplemente Ella ya no tenía esperanza de nada bueno en la vida. —La señorita Avery es especial y me alegro mucho que se sienta así mi niño, se merece ser feliz, usted ha pasado por mucho en esta vida. — Charles abrazó a la anciana y besó la cabeza. — Al igual que tú, solo espero que algún día puedas ser libre de todo esto — la mujer suspiró resignada. —Y yo solo espero que usted no se involucre en esa porquería de mundo, y que además no haga sufrir a esa jovencita. Ella se ve tan pura, buena e inocente, que
Charles miró fijamente a Avery, quería abrirse un poco con ella, porqué sabía que mientras Sander y Fiona anduvieran cerca las cosas podrían complicarse, aún más si él tenía que tratarla a ella, como algo que no era. —Sander tiene la costumbre de obsesionarse con las mujeres hermosas y que además no quieren nada con él, porque así puede someterlas y hacer lo que les venga en gana con él, mi madre, ella era humilde y su padre un desgraciado que la vendió por unos cuantos billetes que Sander estuvo más que dispuesto a pagar. Ella tenía que hacer lo que él dijera, sufría al ver que Sander entraba con mujeres diferentes y tenía sexo en sus narices, ella sentía asco y repulsión. Siempre estaba con temor, porque cuando él la llevaba a la habitación de abajo, siempre sufría más de la cuenta, él la dejaba sangrando, era y es un sádico de lo peor — Avery abrió los ojos como platos y a su mente llegó el recuerdo de la mujer que habían castigado. — Mi madre era una niña cuando llegó aquí, y po
—Él fue mi primer amor, yo de verdad estuve muy enamorada de él, mi tía no me quería cerca de él, siempre se las arreglaba para que no estuviéramos mucho tiempo juntos. Siempre me decía que él me iba a ser sufrir, yo no quería creerle, hasta que un día simplemente no regresó, me dejó sin darme la cara y sin decirme nada, pensé que Maggie tenía razón. Así que aunque me dolió y lloré, pronto lo superé, me dediqué a estudiar y sacar mi carrera, de verdad me gustan mucho los niños, y quería poder enseñarles, compartir con esos pequeños, me gradué en la mejor universidad, que los mejores promedios — Avery sonrió con nostalgia, mientras Charles la miraba muy atento a ella y a cada palabra que decía — Un año antes de graduarme, mi gran tía empezó a llevar a Harry a casa, sabía que era algo mayor para mí, pero, su forma en tratarme, como según yo me escuchaba, pasaba muy pendiente de mí y poco a poco me empezó a gustar y lo empecé a querer, seis meses después de estar cortejandome me pidió se
Charles observaba a Avery mientras dormía, su cabello rojizo estaba esparcido por toda la almohada, aún no podía comprender cómo en tan poco tiempo tuviera sentimientos tan fuertes por ella. Nunca había pensado que encontraría el amor mientras preparaba su venganza, que pequeño y raro era el mundo, ese ángel que estaba ahora en su cama tenía que hacerse cargo de algo tan ruin y asqueroso, pero él no lo iba a permitir. Avery le había dicho muchas cosas que podían servirle, ya había mandando un mensaje diciendo lo que ella le había dicho, al día siguiente tendría que ir a trabajar, ¿Y cómo iba hacerlo si ella tenía que quedarse sola en la boca del lobo? Saber que podía pasarle lo mismo que a su madre no le gustaba para nada, pero no podía llevársela siempre porque Sander podía sospechar y ese maldito podía devolverla, y jamás iba a permitir eso, en realidad no podía permitir que algo malo le pasara o le hicieran a ella. Ella era su talismán, su rayo de luz en la oscuridad y no iba a
Cuando terminaron de desayunar, Avery levantó la mirada y se encontró una muy enojada de Charles. —Señor Ferrer, ¿Puedo retirarme? Quiero lavar mis dientes y retocar mi maquillaje. — Charles se enojó tanto que golpeó la mesa. —Es a mí que debes pedir permiso, eres mi mascota, te han comprado para mí — Charles inmediatamente se arrepintió de lo que dijo en cuánto sus palabras salieron de su boca y en especial al ver el dolor en los ojos de ella. —Lo siento señor, pero mi dueño legítimo es el señor Sander Ferrer, y cómo usted lo dice soy solo su mascota, la que lo complace en la cama, nada más y nada menos — a Charles ese comentario le dolió y molestó en partes iguales, mientras que Sander sonreía complacido. —Definitivamente eres un diamante en bruto, con razón Maggie está tan entusiasmada contigo, por lo que veo aprendes muy rápido preciosa, puedes levantarte de la mesa — Avery solamente se levantó y se inclinó hacía al hombre. —Gracias, señor. — ella se levantó y se fue directam
Charles salió de la habitación furioso consigo mismo, ¿Cómo había podido ser tan estúpido? Él no podía volver actuar como lo había hecho, tenía que aprender a controlarse o realmente estaría en graves problemas. No quería ir a trabajar, realmente lo que había hecho lo tenía frustrado, pero tampoco podía quedarse en casa, porque Sander sospecharia y eso no le convenía, el viejo era muy astuto, por eso también tenía que actuar con Fiona, si su padre lo veía interesado en ella, podía darle el contrato de Avery y no solo eso, sabía que con unas cuantas palabritas podía sacarle información a esa mujer tan despreciable. Decidió darse un baño, en el cuál duró un largo rato bajo el agua dejando que todo se fuera por el drenaje, luego quiso cambiarse la ropa que había usado antes e irse a trabajar, no sin antes enviar un mensaje para que enviaran a alguien a cuidar a Avery, si salían de la casa él no iba a perderla de vista, no podía dejar que nada malo le pasara. Mientras tanto Avery se hab
Charles estaba distraído, por más que quería no podía concentrarse, tenía miedo de perder a la mujer que le había despertado sentimientos muy fuertes, una mujer hermosa que lo hacía ser mejor persona. El hombre que había puesto a seguir y vigilar, le dijo que habían llegado a la gran mansión y de ahí no habían salido, quería ir a buscarla y sacarla de ese maldito lugar. —¡Dios! — dijo frustrado, en ese momento tocaron la puerta de su oficina. — Adelante — su tono salió más duro de lo que pretendía. Cuando la puerta se abrió entró Eduard, Charles frunció el ceño al verlo. —¿Qué haces aquí? —Necesito informes Charles, además quiero saber con lujo de detalles ¿por qué quieres apresurar las cosas? — Charles le puso seguro a la puerta. —Sabes muy bien que hay que tener mucho cuidado. — dijo algo molesto. —Eso ya lo sé, pero eres tú el que está apresurado las cosas y no nos dices el porqué, además has llamado desde tu casa esta mañana, ¿Y así quieres tener cuidado? Sabes bien que las
—Creo que eso será todo por hoy, debo ir a una reunión y voy llevarme a Fiona, te invitaría, pero se que no quieres compartir a Avery — Charles veía a su padre y asintió feliz, tendría la casa para él y Avery. —Tienes razón, pero puedes invitarme un día de estos y yo puedo ir solo, de igual forma es Avery la que no puede estar con otros hombres — Sander sonrió complacido con la respuesta de su hijo. —Me parece perfecto, iré a alistarme yo, ya que Fiona debe estar lista — su hijo asintió y ambos salieron del despacho, Charles aprovechó para darse un baño y ponerse algo para la ocasión. Cuando salió del baño, buscó un pantalón negro de vestir y una camisa blanca, la cual enrollo hasta los hombros, se peinó y perfumo, cuando bajó Sander y Fiona iban saliendo. —Nos vemos después — dijo Sander a su hijo, Fiona lo miró con ganas de desnudarlo ahí mismo. Él no les respondió, solamente asintió, y se dirigió a la cocina, dónde al parecer ya estaba lista la cena. —¿Qué tal está todo? — pre