El día por fin había llegado. Mi mujer se arreglaba en una de las habitaciones que entregaba el lugar alquilado y a mí me entregaron otra, para no ver a la novia arreglarse, por ser de mala suerte. Con Amira cambiamos la fecha nada más. Sin embargo, el resto sí fue modificado, optamos por un resino más pequeños de esta inmensa hacienda. Los dos somos del pensar que en nuestra boda debían estar la familia de ambos y amigos allegados, las personas que por alguna razón nos había ayudado o nos ayudarán sin importar nada en determinado momento.Salí del cuarto y me fui al bohío donde el sacerdote efectuará la ceremonia. Mis padres y familiares ya estaban tomando sus puestos. Mis amigos llegaron a mi lado. Jabir con su hijo de seis meses, Gamal con su preciosa hija de dos meses y medio, Yasar lo hizo solo, pero no demora en estar cargando a su primogénito. Las damas muy seguro se encontraban en la habitación de mi mujer.El estar en paz con tu pasado ayudaba tanto a sentirte pleno en el pre
Estaba en la oficina. Ante la ausencia de Yaro los tres estábamos trabajando demasiado, a partir de una semana ya no venía más por licencia de paternidad, y por eso andábamos con horas extras en la oficina. Amira sale de cuentas y mi hijo por fin estará en nuestros brazos. Mi mujer estaba más loca de lo que era con su llegada, la habitación de nuestro hijo se encontraba lista. En la decoración su hermano le ayudó mucho.—Yasar, ya no podemos recibir más trabajo. —Jabir ingresó a la ofician con varias carpetas.—Concuerdo contigo. Gamal ahora se encuentra mirando otras instalaciones para agrandar la agencia. Peor aun así… con lo que tenemos, más las operaciones del general Acosta no damos abasto.—Aun así, como dijo Yaro, nosotros nos caracterizamos por la calidad de nuestro trabajo tantos es perder calidad. Prefiero pocos que muchos.—En eso los cuatro estamos de acuerdo. Pero las demandas buscando nuestro trabajo aumenta. Podemos hacer lo que dice Gamal de manera paulatina ir aumenta
Cuatro años después. Era el cumpleaños de mi preciosa hija María Elena Lozano Carvajal. La fiesta era de ositos, Yaro terminaba de instalar las arandelas que le pedí, y luego se encargaría del asado en un lugar seguro porque mis sobrinos eran terribles. Y no puedo decir mucho, José Manuel, apenas con sus dos años, iba a ser terrible. Sin embargo, los gemelos de Onely eran a otro nivel, y ni que decir de Octavio. La fiesta sería en el amplio jardín de nuestra remodelada casa, por un año hicimos varios cambios y ahora parecía una casa nueva, quedó mucho más amplia, y con dos hijos queríamos más espacio para poder jugar con ellos. Nuestro trabajo se fusionó de manera perfecta. Nuestros esposos se habían posicionado en el número uno no solo de Colombia que ya lo eran, sino de manera internacional. Nosotras trabajamos en línea desde nuestras casas. Y así estamos al pendiente de la crianza de nuestros hijos, del hogar y sin descuidar nuestra misión de tener a Colombia bajo la mira de Oper
Las manos seguían temblando. Pasé tres horas en el baño, me miré al espejo.—Señora Salomé, la cena está lista.—Gracias, Tabata.Canela, mi bella perra ingresó a la habitación. Una vez sola a la imagen de esa mujer vulnerable la envié al baúl del olvido. Él ya está preso y no volverá a maltratarte, no volverás a visitarlo. Dejarás que la ley caiga sobre él, nunca más volverás a la cárcel a verlo. Sigue en tu papel.—Eres fuerte.No tenía hambre, sin embargo, me obligué a comer. Canela parecía sentir mi vulnerabilidad. Nunca más vuelvas a pensar en Orlando, es tu esposo y en unos días te divorciarás. Mi portátil empezó a sonar, eran mensajes de ellos. Pero no estaba para contestar. No hoy, aún no estaba lista para demostrarle al mundo lo que acababa de decirme frente al espejo.Debía asimilarlo. Los intentos de recuerdos los borré automáticamente, no pienses, no lo hagas. —sonó mi celular. Eran mis amigas, una videollamada al WhatsApp.—Hola.—¿Estás muy ocupada? Nos están llamando, e
Acudí a la audiencia de interrogación con mi abogado. Rigoberto era un viejo zorro y no podía venir con un novato. De hecho, él fue quien logró meter al asesino de mi madre y hermano a la cárcel. Ese hombre que arruinó nuestras vidas por ir borracho. Y no solo la nuestra. Aún tenía grabada la imagen de ese hombre, lleno de dolor. Aunque si lo veo en la calle no lo reconocería. Solo lo vi que era alto, vestido de militar, con su gorro y gafas oscuras, sufriendo por la pérdida de su esposa e hijos, quienes también fueron arrollados por el borracho ese.Un tercer auto también fue enviado al precipicio y eran una pareja de la tercera edad. Fue un amargo momento.—Salomé. Todo salió bien.—¿Eso crees? —acababa de testificar.—Señora Salomé Carvajal de Agudelo —Al menos me dejarán de decir Agudelo. Como lo detesto—. No puede salir del país, debe estar presta a las siguientes indagatorias para esclarecer la muerte de su esposo.—¿La dejará ir, señor agente? —Lo que faltaba, mi flamante suegr
La familia de mi difunto esposo desde ayer cuando la noticia se hizo pública y luego nos vimos en la fiscalía han sido una tortura. Hoy era el sepelio. Menos mal se quedaron en su casa en Bogotá. No deseaba tener que atenderlos, nunca nos llevamos bien y no lo haremos ahora.Con mi suegra… Esa mujer era la peor madre del mundo, no me extraña que fuera la culpable de criar a un hombre como él. Fue un completo farsante. Cuando Orlando me fue infiel a los cinco meses de mi supuesto feliz matrimonio, la susodicha se puso de su lado y prácticamente me dijo que tenía que aceptarlo de ese modo, porque era quien me tenía viviendo como reina.Desde que nací mi padre me ha criado como su princesa, no fueron esas las razones por las cuales permanecí con él. En fin. Esa señora y yo no compaginamos. A él le gustaban las mujeres, y al momento de casarse se le olvidó que debía respetarme, yo era su esposa. De ahí en adelante fue un calvario el matrimonio.Nada más debes fingir unos días mientras que
No se podía negar que era una mujer impactante, elegante, hermosa y retadora. Llegar al sepelio de su difunto esposo con los labios pintados con un rojo intenso me dio a entender que no era un matrimonio armonioso. No tenía mucho maquille, sin embargo, la naturaleza le dio belleza de sobra. Su cabello castaño medio estaba suelto. No parecía estar sufriendo por la muerte de su marido. ¿Lo habrá matado? Algo en este caso no era coherente, si tenía problemas con su marido, ¿por qué fueron asesinados los otros socios de su esposo? Sin duda había un gato muy encerrado. Por lo que vi, durante la ceremonia religiosa y el sepelio del supuesto distinguido senador y empresario no era amable con su familia. —Partidas de hipócritas, aun cuando el hombre era un hijo de puta, miserable, asesino, violador y ladrón—. Por la actitud de su esposa, se debía tener cuidado, era una mujer hermosa y peligrosa.Los medios de comunicación me ayudaron para poder infiltrarme, con disimulo instalé un localizad
Había seguido mi instinto. —En un lugar seguro dejé escondido el celular de la agencia, ellos podían mirar donde estamos si lo deseaban—. Regresé y seguí al teniente en mi auto. Las manos me temblaban por la impotencia. Su vivienda no quedaba muy lejos de la comandancia. En diez minutos podía regresar y continuar con mi trabajo. Tomé fotos de la vivienda. Ya sabía que ese hijo de puta estaba libre.¿Le habrán dado casa por cárcel? ¿Qué debía hacer? Si me ponía al frente del tipo lo moleré a golpes. —La imagen de mis hijos, la sonrisa preciosa de Elkin cuando lo correteaba por el apartamento… Esos momentos me los arrebataron de por vida—, esa escoria los mató.Bajé del auto, miré el edificio, no tenía ni puta idea del número del apartamento y era de siete pisos. Espero sacar algo de información con el vigilante. A mitad de calle una fuerte explosión me desconcertó. El cuerpo de un hombre salió volando por el impacto desde el segundo piso envuelto en llamas. Por sus gritos antes de caer