La noche seguía oscura, pero el fuego del invernadero iluminaba el cielo, creando sombras danzantes en el rostro preocupado de Valeria. El aire estaba cargado de humo y tensión, y el eco de los gritos aún resonaba en sus oídos.“No puedo creer que Verónica haya llegado tan lejos,” dijo Valeria, su voz temblando de rabia y tristeza.Dolores la miró, su expresión seria. “Es el poder lo que la ha cambiado. No la conoces como antes. Está dispuesta a destruirlo todo.”Faruq, aún cubierto de cenizas, se acercó. “Debemos reunir a todos los nobles y explicarles la situación. No podemos dejar que los rumores de Verónica se propaguen.”“¿Y qué les dirás?” preguntó Nicolás, cruzando los brazos. “¿Que su propia princesa está conspirando contra ellos?”“Es la verdad,” respondió Faruq, su tono firme. “Si no actuamos ahora, perderemos su confianza. Y eso es lo que Verónica quiere.”Valeria frunció el ceño. “¿Y cómo planeas reunir a todos? Después del caos en el invernadero, estarán asustados.”“Tend
El sol se asomaba tímidamente por el horizonte, iluminando el palacio con un suave resplandor dorado. Valeria se encontraba en su habitación, mirando por la ventana mientras la brisa fresca de la mañana acariciaba su rostro. El aire estaba impregnado de una mezcla de esperanza y ansiedad. Sabía que el día que tenían por delante sería crucial.“¿Estás lista?” preguntó Dolores, entrando en la habitación con una bandeja de frutas. “Debes comer algo antes de la reunión.”Valeria se volvió, forzando una sonrisa. “Sí, solo… tengo un nudo en el estómago.”“Es normal,” dijo Dolores, colocando la bandeja sobre la mesa. “Todos están nerviosos. Pero recuerda, no estás sola. Todos te apoyan.”“Lo sé, pero es mi hermana. A veces siento que puedo hacer algo para detenerla, pero…” Valeria se detuvo, sintiendo la angustia apoderarse de ella.“No puedes salvarla,” interrumpió Dolores suavemente. “Verónica ha elegido su camino. Ahora debes proteger a los que amas.”Valeria asintió, aunque el peso de la
“Si sigues por este camino, solo traerás ruina,” advirtió Faruq, su mirada intensa.Verónica se rió, pero su risa estaba llena de locura. “¿Y qué van a hacer? ¡Nada! Estoy lista para enfrentar a cualquiera que se interponga en mi camino!”Valeria sintió que la desesperación la invadía. “Verónica, por favor. No tienes que hacer esto. Podemos encontrar una solución juntos.”“¿Solución? ¡No necesito tu compasión!” Verónica gritó, levantando la mano.Con un movimiento rápido, Verónica sacó una carta de su manto y la arrojó al suelo. En las cartas habia prueba, de que muchos de los nobles en la sala, tenían su lado sucio. Cosa que podía hacerles perder la cabeza si el rey, llegara a enterarse. “¡Miren esto! ¡Pruebas de traición!”La sala estalló en murmullos, y Valeria sintió que el corazón se le detenía. “¿Qué has hecho?” preguntó, sintiendo que el miedo la invadía.“He revelado secretos que nunca debieron salir a la luz,” dijo Verónica, s
Los días pasaron, y Valeria comenzó a adaptarse a su nueva vida en Dunas. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no todo era tan sencillo. La vida en el palacio estaba llena de intrigas, celos y rivalidades. Las concubinas del príncipe Faruq eran numerosas, y cada una de ellas deseaba ganar su favor.Una de ellas, Layla, se convirtió rápidamente en su mayor rival. Layla era hermosa y astuta, y no perdía la oportunidad de menospreciar a Valeria. “¿Cómo te sientes, princesa heredera? Debes estar emocionada de estar aquí, aunque todos sabemos que no eres la única en el corazón de Faruq,” dijo Layla, con una sonrisa burlona.Valeria sintió que la ira comenzaba a burbujear dentro de ella. “No estoy aquí para competir contigo, Layla. Estoy aquí para fortalecer la unión entre nuestros reinos.”“Eso es lo que dices,” replicó Layla, acercándose. “Pero todos saben que no eres más que una intrusa en este palacio. Faruq tiene muchas opciones.”Valeria respiró hondo
La noche continuó, y Valeria se sintió más segura de sí misma. Cada vez que Layla intentaba socavarla, ella respondía con dignidad y gracia. Los nobles comenzaron a apreciar su fortaleza, y la tensión en la sala se disipó.Sin embargo, en el fondo, Valeria sabía que el desafío no había terminado. Layla no se rendiría fácilmente, y la rivalidad entre ellas continuaría.Con el tiempo, Valeria empezó a establecer relaciones con otros nobles, ganándose su respeto y apoyo. Se dedicó a aprender sobre la cultura de Dunas, participando en actividades y eventos que fortalecían su conexión con el pueblo.Un día, mientras paseaba por los jardines del palacio, Valeria se encontró con un grupo de mujeres que estaban en medio de un taller de bordado. Se acercó, interesada en lo que estaban haciendo.“¿Puedo unirme?” preguntó, sonriendo.Las mujeres la miraron con sorpresa, pero una de ellas, una anciana llamada Fatima, sonrió y asintió. “Por supuesto, princesa.
Valeria asintió, sintiendo que las palabras de la reina resonaban en su interior. “Haré lo que sea necesario para proteger nuestra unión y el futuro de Dunas.”Ese mismo día, Valeria decidió organizar un evento en los jardines del palacio para fortalecer la relación con los nobles. Quería demostrar que era una líder capaz y digna de su posición. La idea era invitar a todos los nobles y a las concubinas, creando un ambiente de camaradería y unidad.Mientras organizaba los detalles, Layla no tardó en enterarse. “¿Vas a hacer un evento para ganar el favor de los nobles? Eso es patético, Valeria,” dijo Layla con una sonrisa burlona, mientras se acercaba a ella en los jardines.“No necesito tu aprobación, Layla. Estoy aquí para hacer lo correcto por nuestro reino,” respondió Valeria, sintiendo que la rabia comenzaba a bur
La celebración en el palacio de Dunas había comenzado con gran esplendor, pero Valeria sabía que la verdadera prueba aún estaba por llegar. A pesar de la atmósfera festiva, el aire estaba cargado de tensiones ocultas. Mientras los nobles disfrutaban de la cena y las danzas, Valeria sentía la mirada de Layla fija en ella, como un halcón que acecha a su presa.“Layla, ¿quieres unirte a nosotros?” había preguntado Valeria con una sonrisa, pero la respuesta de Layla había sido un desdén que resonó en el aire.“¿Realmente crees que eso es suficiente para ganarte el favor de todos? La cultura no se impone con discursos, querida Valeria. Es una cuestión de poder, y tú no lo tienes,” había respondido Layla, su tono lleno de veneno.Valeria sintió que la rabia comenzaba a burbujear en su interior, pero decidió que no iba a
Su baile, capto a atención de todo. las telas eran el complemento, que resalta sus movimientos. Giraba, y el polvo de oro que había agregado, empezó a descender, y las telas cambiaban de colores. Fue mágico para mucho. Faruq, se dijo así mismo que había hecho la elección correcta. Takeq, seguía deseando que Valeria fuera suya, su amor por ella se estaba aumentando.La celebración en el palacio de Dunas había comenzado con gran esplendor, y Valeria se sintió satisfecha al ver cómo los nobles disfrutaban de la velada. Las luces brillantes iluminaban el salón, y el aroma de los manjares llenaba el aire. Sin embargo, a pesar de la atmósfera festiva, Valeria sabía que la verdadera prueba aún estaba por llegar. Layla seguía acechando en las sombras, y la tensión en la corte no hacía más que aumentar.Valeria había trabajado arduamente para preparar este evento, y aunque había logrado captar la atención de muchos nobles, Layla no se quedaría de brazos cruzados. “Princesa Valeria,” dijo un no