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Capítulo 2. Él me ama

Anteriormente me había peleado con otras chicas, no era algo que me enorgulleciera, pero prefería eso a que dejarme pisotear, estaba segura de que mis padres iban a castigarme, no, peor que eso, iban a quitarme el dinero que me daban.

Esa tipa me jalaba de los cabellos, causándome dolor que trataba de ignorar. mientras yo la golpeaba con todas mis fuerzas, no me importaba, mis puños impactaban en su cuerpo, hasta que di justo en su nariz.

No supe cómo nos separaron, pero lo hicieron, y desafortunadamente, fui llevada ante él director de aquella escuela.

—¿Y bien?, ¿Van a decirme que pasó?—Preguntó el señor Shanter, un tipo que estaba en el final de sus cuarenta, con facciones endurecidas y ojeras demasiado pronunciadas que daban gritos desesperados para que el hombre durmiera sus ocho horas.

No pensaba decir nada, ¿Qué podía decir de cualquier modo?. Le había roto la nariz a esa tal Blanca, mientras que ella me lastimó el labio y me arañó el cuello, se podría decir que, gané, aunque mi piel ardía como el carajo, solo esperaba que no quedaran marcas.

Sonreí al ver el cabello de esa chica totalmente despeinado, y ese rostro que ya no parecía el de una diva.

—¿Es gracioso Iris?.

Pegué un salto y miré al director, borré mi sonrisa y negué rápidamente.—No señor, solo fue un mal entendido.

—¡Ella es una trepadora, se metió con mi novio!.

Yo rodé los ojos al escuchar a Blanca quejarse, ¿Mi novio?.

El director se aclaró la garganta y se levantó. —Bueno, tendré qué suspenderlas a ambas.

Aquí íbamos de nuevo, era una pena qué en mi primer día me suspendieran, ¿Cómo iba a pedirles perdón a mis padres?.

—¿Ya puedo irme?—Pregunté.

—No, llamaré a sus padres para informarles sobre esta situación, las dos estarán en retención hasta entonces.

Fui llevada a un salón qué estaba totalmente solo, una maestra llegó y nos miró a ambas, se sentó detrás de aquel escritorio y todo quedó en silencio.

Era evidente que ninguna de las tres quería estar ahí.

¿Qué puedo decir?, lo echo, echo está.

Me estaba aburriendo como una ostra, mientras que Blanca estaba con los brazos cruzados demasiado indignada y humillada.

Lo volvería hacer sin duda, me refiero a besar a Jack, recordar su lengua cálida y húmeda dentro de mi boca, me hacía sentir mariposas en el estómago.

Mi primer beso fue…fantástico.

Había pasado tal vez una hora, la maestra que nos cuidaba no dejaba de ver su reloj y de usar su teléfono.

Y de pronto.

Alguien tocó la puerta, mi mirada fue en automático hacia esa dirección, mi hermoso Jack estaba ahí, luciendo tan pulcro y demasiado maduro, debía de tener 17 años, o tal vez mi edad, 16, debí preguntar en que año estaba.

—Señorita Torres, el director quiere verla— dijo él de un modo muy atractivo, tenía algo en su hablar, no era como los otros chicos, eso se podía notar con tan solo verlo.

O tal vez, solo estaba demasiado cautivada.

—¿Me busca a mí?—Preguntó la maestra algo confundida.

Jack solo asintió.

Aquella mujer dudó, pero al final asintió y se puso de pie.

—Ustedes dos, más les vale que no hagan nada tonto, no quieren ser expulsadas— Advirtió esa mujer mientras nos miraba.

Salió del salón, y Jack entró apenas ella se fue, se acercó a Blanca y la miró detenidamente, como si ella fuera un perro atropellado sin ningún remedio.

¿Por qué estaba con ella si no le gustaba?.

—¿Estás bien?.

Blanca se levantó y lo abrazó como si hubiera sido toda una catástrofe lo que había pasado, inclusive sus lágrimas me parecieron demasiado.

—Me duele el rostro, voy a demandarla por agresión.

Yo sonreí con burla, sí que era patética.

—Fuiste tú la que inició—Dije con tranquilidad.

Ella me fulminó con la mirada y tensó su perfecta mandíbula.

—No te atrevas a hablarme, mald…

—Blanca— la detuvo Jack con calma. —No pelees más y ya no te metas en problemas, y tú, no vuelvas a intentar besarme, tengo novia, así que aléjate de mí, si la vuelves a lastimar, seré yo quien te ponga una demanda.

Blanca se engrandeció al ver como Jack la defendía, mientras que yo solo admiraba esos ojos llenos de frialdad.

Sonreí y alcé una ceja. —Esta bien, entiendo, eres joven y tonto, así que olvidaré lo que has dicho, pero créeme, tú vas a ser mi novio, y si te portas bien, tal vez algún día acepte casarme contigo.

En el rostro serio de Jack, se formó una sonrisa, negó algo incrédulo y tomó de la mano a Blanca. —Solo dices locuras, vamos Blanca.

—Pero estoy castigada.

—Mi padre se ocupará de esto.

Los miré salir y sentí por primera vez, celos.

Esa misma tarde mi madre fue a recogerme, me dio un sermón todo el trayecto a casa, y en la noche cuando mi padre llegó, recibí otro sermón más.

—¿Por qué iniciaste una pelea?—Preguntó mi padre mientras me miraba tratando de entenderme.

Yo miré a mi madre, ella no le había dicho que fue por un chico, y creo que esperaba que yo decidiera si le decía a mi padre o no.

—Hum…no le caigo bien a las chicas papá.

Mi padre se sobó el tabique nasal y negó. —Iris, eres una chica muy inteligente, pero eso de nada te servirá si no sabes resolver este tipo de conflictos, ¿Crees que la violencia es la mejor solución?.

Yo negué.

—Estarás castigada por un mes, vete a tu habitación.

Mi madre tuvo que hablar con él director en privado. Y al final, el director accedió a solo levantarme un reporte.

Esa noche me escabullí de mi habitación y fui a espiar a mis padres, mi madre le dijo a mi padre que le había ofrecido dinero al director, con tal de que no me suspendieran.

Una manera poco honrada de prevenir futuros problemas, pues al parecer, yo si era una chica problemática y no tenía idea de que mis padres ya esperaban este tipo de situaciones.

Los días siguientes fueron con normalidad, aunque Blanca no perdía ninguna oportunidad para molestarme, durante educación física, siempre ella y sus amigas me lanzaban la pelota a propósito para golpearme, durante los recesos, pasaban y me empujaban sin piedad, mi casillero siempre estaba lleno de algo, pegamento, mostaza, pintura etcétera.

Estaban empezando a cansarme, pero me detenía al recordar a mi madre y lo decepcionada que estaba de mí, no podía meterme en más problemas.

Investigué más sobre Jack, tenía 17 años, iba a cumplir 18 y estaba cursando el último año de preparatoria, iba a estudiar Economía y Finanzas en Harvard, si, resultaba que además de bello, era súper inteligente, y no siempre había vivido aquí, de hecho se había mudado recién un año, estudiaba en New Hampshire, en una academia privada y estaba aquí, solo por que en este lugar había un hospital con medicina experimental, pues al parecer, su hermana de 7 años estaba enferma.

Eso explicaba porque era tan maduro, su padre vivía en New Hampshire con sus otros dos hermanos menores, mientras que él se había mudado aquí para hacerle compañía a su madre y ayudarle con su hermana, al parecer tenían mucho dinero.

No eran una familia separada, solo que, por las circunstancias, no podían estar juntos.

Yo suspiré al verlo pasar y me apresuré a seguirlo, me sujeté de su brazo y él solo me miró de reojo.

—¿Vas al comedor?, ¿Comemos juntos?—Pregunté tratando de seguirle el paso.

Él se detuvo en seco y apartó mi mano de su brazo.

—Aléjate de mí, acosadora— dijo y continuó su camino, yo solo me sentí una rechazada, pero sonreí al recordar nuestro beso, sabía que muy dentro de él, quería repetirlo.

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