—Dígame, señor Costello, ¿cómo terminó alguien como usted con el hombro herido por una bala? — le preguntó el doctor a Ciro una vez que terminó de suturar su herida.A Ciro le hubiera gustado decirle al doctor que se mantuviera en sus asuntos, pero comprendía que no solo era curiosidad, sino también parte de su deber hacer ese tipo de preguntas, sobre todo si había un proceso legal en puerta y eso iba a quedar registrado en su expediente médico.—Fue un error tonto. Intentaba ayudar a mis hombres a rescatar a una mujer que estaba siendo asaltada en la calle, y recibí este disparo. Aunque estaba en un lugar seguro, el peligro no me evitó. Y aquí estoy.—Espero que declare y que pronto arresten al culpable —comentó el doctor.Ciro le sonrió al médico después de escuchar su comentario sobre el arresto del culpable.—Por supuesto, doctor. Eso haré. Lo bueno es que mi esposa no estaba conmigo. Por cierto, debería enviar a alguien por ella para que venga por usted.—Ella vino conmigo, solo
Julia observaba la conversación como si se tratara de un partido de tenis, su mirada se deslizaba de uno al otro sin saber muy bien como actuar. Sí, Joseph había revelado que fue quien la salvó, también podía revelar lo de su embarazo y ella solo podía pensar en cómo evitar que la discusión avanzara.Por eso cuando Ciro se levantó, ella no dudó en hacer lo mismo. Observando a Joseph con mirada suplicante para que parara, pero él no parecía centrar su atención en nada más que en seguir enfrentándose a Ciro.— Joseph, no son órdenes, él es mi esposo — dijo levantándose también para marcharse con su esposo — no me gusta el tono que está tomando, esta conversación, hablaremos en otro momento.—Está bien Julia…—Joseph se dio por vencido justo cuando Julia habló, fue como si un balde de agua se le cayera encima, más al ver cómo ella seguía tomada de la mano de su esposo pese al tono que esté había usado para hablarle.Julia se giró y dejó que Ciro la guiara de camino a la salida, podía sent
Una hora después Víctor era liberado a las afueras de la ciudad con una única oportunidad para salvar su vida, en ese punto sabía que sus días estaban contados si no hacía lo que Ciro le había ordenado que hiciera. Con solo recordar la expresión y la mirada del esposo de Julia, hizo que todo su cuerpo se estremeciera de miedo, no tenía escapatoria más que la de cumplir, para después echar su cabeza hacia atrás y reír al darse cuenta de que no había mejor castigo para Julia que el estar casada con ese hombre.—Julia, no necesito hacer nada para hacerte pagar, ya tienes tu verdugo a tu lado. Ciro Costello el mismo te hará pagar el haberme traicionado.En casa de los Costello, todo parecía tranquilo. Julia finalmente había logrado relajarse lo suficiente como para dormir. El día había sido demasiado intenso para su estado, incluso para alguien que no estuviera embarazada. Un intento de asesinato y una pelea con su esposo eran situaciones abrumadoras.Despertó apenas unos minutos antes d
Ciro ya se había convertido en el héroe que llegaba siempre para protegerla y Julia no podía creer que incluso se hubiera enfrentado a su abuela para eso, entrelazó los dedos con los de él, cuando la tomó firmemente de la mano y esperó a que la visita se marchara.— Ciro, sobre lo del aborto yo…— él se merecía saber la verdad y Julia estaba harta de mentir, no era posible que un hombre que se había arriesgado a recibir un disparo de bala por ella y que demostraba una y otra vez protegerla, no fuera a entender lo que sentía tal vez si lo hablaban abiertamente — sobre lo de tener un hijo…—No, no te sientas mal por eso Julia —, él rozó su nariz con la de su esposa para verla a los ojos —mi abuela debe entender que no deseo tener hijos.Ciro tomó de la mano a Julia y la llevó hasta uno de los sillones, sentándose y acomodando a su esposa sobre sus piernas para poder besarla. Fue un beso suave y tierno que Julia no pudo evitar corresponder, amaba a ese hombre, era incapaz de no perderse c
Por fin, el día había llegado y Julia terminaba el máster que estaba cursando en la universidad.— Julia, me alegra mucho verte aquí. Quiero felicitarte personalmente por tu logro — dijo el profesor de Julia con una sonrisa sincera mientras estrechaba su mano.— ¡Profesor! Muchas gracias — respondió Julia, emocionada por la felicitación de su mentor académico. — Ha sido un largo camino, pero estoy contenta de haberlo completado. — No solo has completado tu máster, sino que también lo has hecho con la mejor nota en toda la clase. Tu trabajo ha sido excepcional y estoy seguro de que tienes un futuro brillante por delante, además de que …— el profesor le entregó la carta de aceptación en aquella universidad en el extranjero a la que Julia quería asistir.— Gracias, profesor. Sus enseñanzas y apoyo han sido fundamentales para mi éxito. Realmente he aprendido mucho en sus clases.—Ella abrió la carta y su rostro se iluminó al leer lo que ponía.— Esto no es posible, yo no pedí plaza todaví
La compañía de Julia era algo que Ciro no dejaba de disfrutar, su esposa era un enigma que no dejaba de sorprenderlo en cada nuevo descubrimiento que hacía de ella.No entendía como era que él había creído que ella era una mujer débil. Todo lo contrario Julia era excepcional todo lo que había esperado en una mujer, por lo que cada vez se le hacía más difícil imaginar una vida donde ella no estuviera incluida, todo iba muy bien entre ellos hasta que ella tocó el único tema que lo hacía poner de mal humor.— Ciro… Ahora que estamos así me gustaría hablar seriamente de algo contigo, nuestra relación va bien y creo que tengo algo que decirte en cuanto al tema de tener hijos.Hijos. Si ese era el único tema que él no desea a tocar con su esposa y no porque no lo deseara, todo lo contrario un hijo con ella sería la cereza de su felicidad, pero no se creía capaz de admitir frente a ella los motivos por los cuales sentía que no merecía tener un hijo. No solo con ella, con ninguna mujer en rea
Ciro se sintió molesto, pero también comprendió el punto que Julia trataba de transmitir sobre la salud de su madre. Además, una sensación de culpabilidad lo invadió por el comportamiento que había tenido con... Ciro se rehusó a siquiera pensar en quién era esa persona que vino a su mente.—Está bien, Julia, pero por favor permíteme tomar un Uber y tú lleva el auto — Ciro estaba decidido a no permitir que nada pusiera en riesgo a su esposa de nuevo. Sin embargo, su teléfono sonó en ese momento; era una llamada importante de la oficina que requería su atención inmediata debido a un problema con algunas firmas que no podían esperar.— Está bien, yo dejaré que él chófer me lleve — Respondió Julia aceptando la proposición de su esposo, lo único que necesitaba, era que ese hombre no fuera con ella, eso era lo que le dijo su interlocutora al otro lado del teléfono.—Voy a tener que irme, ha surgido un asunto en la oficina que requiere mi atención. Pero enviaré al chófer para que te lleve; n
A Ciro le llevó un par de horas resolver el problema que las firmas habían ocasionado, por lo que finalmente regresó al trabajo. Estaba algo enojado por la forma en que había tenido que dejar a Julia mientras ella visitaba a su madre. Había esperado con paciencia a que ella le indicara que había terminado, pero al comprender que tal vez Julia no lo llamaría, decidió enviar a su chófer, solo para descubrir que ella ya se había ido.Intentó comunicarse con ella en vano; la impaciencia y la preocupación lo estaban descontrolando."Ciro, tranquilízate", se dijo a sí mismo en un intento de calmarse, justo en el momento en que su teléfono sonó nuevamente. Sin siquiera verificar quién era, asumió que era Julia y contestó de inmediato.—¿Ya has terminado tu visita? —fue lo primero que dijo Ciro al responder el teléfono. Su rostro estaba lleno de una sonrisa, pero se volvió serio al darse cuenta de quién estaba realmente al otro lado de la línea.— ¿Mi visita? La que me harás tú en este precis