La confesión de Casius me descolocó totalmente, no supe que hacer más que salir corriendo de allí sin un rumbo fijo. Solo hui de la presencia de la bestia en busca de soledad y consuelo. Aún siendo incrédula de la confusa verdad, decido salir al jardín para buscar algún tipo de paz, sentimiento que nunca antes me había sido arrebatado de esta manera tan cruel.

“tú padre era el rey Magnussen”

Esas palabras resuenan en mi cabeza como disparos de una ametralladora de alto calibre. En segundos el mundo se me vino encima, ahogándome en un tormentoso mar de recuerdos y sentimientos encontrados. Literalmente me estoy hundiendo con el agua helada llenando mis pulmones, el oxígeno me es desconocido y la luz de la verdad me ha quemado las córneas segándome completamente.

Muerta en la realidad, sumergida en mi laguna mental, el dolor físico se apodera de mi cuerpo al sentir que la luna comienza a brillar gloriosamente sobre mi cabeza. La licantropía burbujea en mis venas y la presión disminuye c