Mientras más corro, más parece estar acercándose a mi, de nada me sirve gritar por ayuda, si hasta ahora no he tenido respuesta, no sé cuánto he corrido ni hacia donde voy… solo se que mis piernas ya no resisten más, siento ardor en cada uno de los ligamentos, y mis pulmones se queman con cada inhalación forzada, creo que eso es lo que quiere, cansarme para luego acabar conmigo sin problema, voy a rendirme, ya no puedo seguir con esto, así que me detengo sin más.

—Ya fue suficiente, si vas a matarme hazlo ahora— Musito entre jadeos, mientras observo al lobo que se para en seco frente a mi.

No sé porque no me ataca, solo se queda allí parado gruñendo y salivando como si tuviera rabia.

—¡¿Qué demonios quieres de mi, maldito imbécil?!— Bramo furiosa.

Finalmente sucede, el agobiante dolor en mis uñas, orejas, dientes y rostro estalla al transformarme, puedo sentir como la adrenalina Licántropa corre por mis venas a la par de mis ojos luminosos que centellean de poder. Ahora sí estoy dispu