Capítulo 45

Al contacto de sus miradas, las mariposas que creía muertas revoloteaban, queriendo salir por la boca. La sonrisa amable de Pierre y su cara de niño bueno le recordaron todos los bellos momentos que habían compartido durante más de un año. Las cosas entre ellos terminaron sin traumas; ambos tenían sueños que alcanzar, encontrar su propio camino, aunque Gabriella pensó que ese sueño lo podían alcanzar juntos. Él quería volar solo y ella le dio la libertad que quería cuando tuvo que volver a Argentina. Entonces la distancia hizo su mejor trabajo y se encargó de soltar el débil hilo que los unía.

No había tenido noticias suyas en los últimos años; solo para su cumpleaños aparecía una felicitación en su Facebook y nada más. Desde que ella volvió a Argentina, no hablaban.

—Hola, Pierre... qué sor

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