Narra Stefano:
—Mamá, llegamos mañana a las cinco—
Si estará todo bien, ya nos dieron todas las autorizaciones para viajar, y sabes muy bien que si fuera riesgoso no lo haría. En esto no estoy dispuesto a correr riesgos—
Corte el teléfono y termine de empacar todo, ya no faltaba nada, tenía mis valijas lista y las de Thomas también, los papeles estaban en la mesa, y el bolso con todo lo necesario para el también estaba allí, junto con los pasaportes.
Una vez más di una mirada al departamento, y fije mi vista en el retrato que estaba sobre la chimenea, allí se nos veía a Tania con su gran panza y a mi abrazados, hasta pareciamos felices…
…flash back…
Habia llegado a Londres luego de las vacaciones en Washington, Tania había vuelto unos días antes y estaba en el departamento esperando, esa semana cumplíamos ya cuatro años de noviazgo, si bien no estaba seguro sobre porque razón seguía con ella, me sentía cómodo en esta relación. Luego de saludarla con un beso, me indico que me sentara a su lado en el sillón, estaba mirando a la ventana, pero se la notaba muy rara, muy pensativa.
¿Qué te sucede nena?—
Respiro profundo y me miro a los ojos – Eddie, las cosas van a cambiar entre nosotros para siempre— sus palabras estaban cargadas de sentimientos, sentimientos que no llegaba a comprender, sonaba a que por una parte era feliz y por otra parte una inmensa inseguridad, o miedo la atrapaba.
—¿Qué quieres decir?—
—Ed, no se realmente como paso esto, no se porque nos está pasando esto a nosotros y realmente no se que vamos a hacer— sonaba desesperada, y por mi cabeza se me cruzaron miles de ideas de que es lo que podría ser, podría haberme esperado todo… todo menos eso.
—Muñeco, tendremos un bebé—
Mi corazón se paralizó, necesitaba pensar, fui hasta mi habitación, cambié mi ropa y salí a correr… a pensar.
Esto realmente estaba cambiando mi vida, y no se porque llegaba en este momento, yo simplemente estaba con mi cabeza en mi carrera, solo me restaban seis meses para graduarme, y luego regresaría a trabajar con mi padre, había logrado ser médico, y solo faltaba terminar la residencia en pediatría antes de volver a casa, pero con esto que haría, sabía que Tanía no quería volver allí, sabia también que no la amaba, que no era la mujer que había soñado tener a mi lado, que no era la mujer que pretendía para madre de mis hijos, pero ya era tarde, ahora tendría que hacerme cargo de la situación, aceptar los nuevos retos y hacerme la idea de ser padre.
Tomé mi móvil, y llame a mi hermana, como siempre ella se adelantaba a todo, ya con el primer ring del teléfono solo dijo – Stefano, no se que decirte, sabes que cuentas conmigo, que siempre te apoyare—
Lo se Alisson, solo que tengo tantos sentimientos encontrados, te necesito tanto aquí, necesito tanto tus abrazos…—
—¿qué piensas hacer?—
No lo sé, creo que no sé qué hacer con Tania…
—¿ y con el bebé?— parecía preocupada
Alisson, cariño, eso esta fuera de conversación, se que no es como hubiese querido, pero es mi niño, y no le faltará nada, tratare de ser el mejor padre— y se que del otro lado del telefono, sonrió y se escuchó un suspiro.
volví a casa y le dije a Tania que no se preocupara que enfrentaríamos esto juntos, que tendríamos a nuestro bebé.
Seis meses más tarde, recibí una llamada de la policía, Tania había tenido un accidente y estaba muy grave en el Hospital.
Solo baje a urgencias y cuando pregunte por su estado, me encontré con la madre de mi hijo con muerte cerebral y muchos médicos a mi alrededor intentando salvar a mi bebé.
Gracias a Dios, con solo unos días de cuidados especiales el pequeño Thomas Magno estaba listo para volver a casa, esta vez seriamos solo nosotros dos, no veía las horas de volver a Washington, pero debía esperar a que el pequeño estuviese más fuerte.
El viaje fue largo, pero la bienvenida acogedora, mis padres, mis hermanos, y todos ansioso de conocer al pequeño príncipe, como le decía mamá…
Todo salió bien y al cabo de un par de horas estábamos instalados en casa, mamá había acondicionado uno de los cuartos de huéspedes como habitación de Thomy y yo aproveche para descansar.
Una vez de darle las indicaciones sobre la alimentación del bebé decidí tomar una ducha, y dormir, después de todo hacía días, que no dormía… ya que entre el trabajo y el bebé no tenía tiempo.
Nunca hubiese imaginado como podrían ser las cosas, como sería eso de ser padre, pero este trabajo de tiempo completo te agota, sobre todo si no tienes con quien compartir las responsabilidades.
No amaba a Tania, creo que hace mucho había dejado de amarla, pero estaba acostumbrado a ella y creo que eso es lo peor, el desacostumbrarte a una persona, el saber que no regresara jamás, y a la vez tratando de guardar recuerdos para mi pequeño.
Creo que esto iba a cambiar ya lejos del departamento que compartíamos, lejos de los lugares que frecuentábamos todo seria mas fácil y si bien esa criatura me recordaba a cada instante a su mamá, también me daba la esperanza de que las cosas mejorarían con la familia cerca, aunque la culpa me inundara.
En unos días había logrado hacer una rutina, todos colaboraban conmigo y eso fue un gran alivio, sobre todo porque podía descansar mas, tenía que presentarme a trabajar el lunes, por lo que durante estos días estuve buscando un terreno para empezar a construir la que sería nuestra casa.
Ahora era tiempo de olvidar a Tanía, a reconstruir mi nueva vida. No queria enamorarme, creo de eso no buscaria nada jamas, pues mi vida entera era solo de mi hijo, esperaba que el cambio de aires nos ayudara a ambos.
Narra Beatriz.Mía… eran tan sólo tres letras… tres simples letras que definían mi mundo. Unas que forman parte de un sueño y que empezó a hacerse realidad desde hace poco más de tres años, cuando ella comenzó a moverse en mi vientre.En esos días, me sentía abatida. Sabía que mi mundo se había derrumbado de un solo golpe. Había podido tener el mundo en mis manos… y ahora recuerdo cómo, muy lentamente, se rompió en miles de pedazos y yo no pude hacer nada por reestablecerlo.No quería comer. Creo que llevaba más de dos días que no probaba bocado alguno, ya ni ánimos tenía para llorar. No quería hablar con nadie, ni ver a mis amigas… prácticamente, no tenía fuerzas para nada que no fuera estar en la cama y dejar que ese sentimiento de vacío se apoderara de cada célula de mi cuerpo, de cada poro de mi piel, de cada una de las partículas de aire que inhalaba, que estaban llenas de soledad y más dolor.Sentía que moría lentamente, poco a poco. Quería creer, que sólo era una pesadilla. Que
Narra BeatrizEra ya viernes, cuando por fin recibí una llamada importante. Por suerte, mi pequeña dormía y no había nadie en casa, por lo que pude hablar tranquilamente. Era una llamada muy buena para mí, porque recibí una propuesta para trabajar en Washington; un pueblito que se encontraba al norte de Washington. Eso me dejaba aproximadamente a 2,494 kilómetros de distancia real de mis padres. La propuesta era bastante buena: trabajaría en la preparatoria dando clases de literatura, la paga era lo suficientemente buena y el director del establecimiento me comentó que podría combinar mis horarios para dar clases también en la reserva Indígena. Sería más que excelente, porque también me informó, que en el pueblo había una guardería donde podría dejar a mi hija, mientras estuviera trabajando, que era un lugar muy tranquilo y que sería muy fácil adaptarnos a él.Solamente le pedí que me diera de plazo hasta el lunes para tomar una decisión, por lo que muy amable, quedó en devolverme la
Soy Stefano Magno.Aquel hombre era sin duda alguna el más hermoso que jamás hubiera visto, su cabello era rubio casi castaño, sus ojos tan verdes que era imposible dejar de verlos. Sin embargo, solo me paso de largo y se fue al mostrador a hablar con Esmeralda, parecía muy afligido, tan distante del mundo, y ese halo de misterio lo volvía aun mas increíble. Tímidamente, Sali de allí con la esperanza de volver a verlo y decidí ir al pueblo esperando que mi corazón dejara de latir tan deprisa como lo estaba haciendo.Y como todo en este pueblo, el lugar me pareció hermoso. Las maestras eran muy amables y los niños jugaban felices; hasta mi pequeña estuvo un rato jugando con ellos.Finalmente, a la noche, volvimos a casa para empacarlo todo, ya que en dos días volvería para instalarme definitivamente en Washington, en aquel lugar que me daba grandes esperanzas.Había llegado al pueblo desde temprano, así que en cuanto llegué, comencé a bajar las cosas del auto, aprovechando que Mía dorm
Narra Stefano:Cuando llegué a casa de mi hermana, lo que llamó mi atención de forma inmediata fue que Thomy no estaba ni con Esmeralda ni con Carla, ni con ningún integrante de mi familia.¡Hermanito! Seguro estas buscando al principito de la casa — Alisson, como siempre, sabia que me pasaba.Si, así es. ¿Dónde esta?Esta arriba, en el cuarto de Charlotte — en cuanto terminó de pronunciar estas palabras, yo ya subía velozmente por las escaleras. Esto de ser padre era raro, sentía que debía estar con él todo el tiempo, y que debía protegerlo de todo el mundo.La puerta de la habitación estaba a medio cerrar, y tan sólo se escuchaba una suave voz cantando dulcemente una nana. Entré tratando de hacer el menor ruido posible. Fue entonces que me quedé helado, nunca hubiese imaginado encontrar una imagen más hermosa que esa: ella era perfecta, su cabello oscuro dando casi en su cintura, un cuerpo escultural, y se le notaba una ternura inmensa, que irradiaba hacia mi pequeño… lo llenaba de
Mañana sería mi cumpleaños: justamente en cuestión de horas, cumpliría veintiséis años, y éste sí que iba a ser un cumpleaños muy… especial. Iba a ser el primero que pasaría alejada de mis padres, y de mi amiga Angie, a quien extrañaba muchísimo. Seguramente, este año no tendría ni un abrazo o beso, y eso me ponía un poco melancólica, pero a la vez, me sentía feliz. Durante el tiempo que había estado viviendo en Washington había logrado tranquilizarme, y podía sacar a esa Beatriz que comenzaba a tener una sonrisa en su rostro todos los días. Esa Beatriz, que ya no estaba al borde de un ataque de nervios a cada rato, la misma que poco a poco estaba descubriendo que podía ser feliz con tan poco; eso era algo que tenía merecido y que solo era cuestión de tiempo, y a la vez, ganas de adquirir más confianza en mí misma para lograrlo.No puedo negar que en un principio las cosas no fueron fáciles: era demasiado embarazoso no contar con mis padres para que me ayudaran en ciertos aspectos y e
Narra Beatriz.No sabía que era lo que Alisson iba a hacer, pero al parecer no había escapatoria. De todas formas, tampoco tenía muchas ganas de resistirme, después de todo, hacia más de cinco años que no festejaba un cumpleaños como era propicio, por lo que preparé a Mía, y me dejé llevar por lo que tuvieran planeado para mi. Y no fue difícil adivinar que ya habían llegado, porque eran algo… ruidosas. Abrí cuando iban subiendo las escaleras de la casa.¡Beatriz! —gritaron a coro las tres, anunciando su llegada. — ¡Feliz cumpleaños! — y me dieron un beso y un abrazo cada una.Mía — llamó Esmeralda, con voz dulce—. Vamos cariño, a jugar con Charlotte. Ve y dale un beso a mami.Mía corrió en mi dirección, me dio un beso, un abrazo y se fue con Esmeralda.Vamos — dijo Carla, por lo que cerré la puerta con llave y me subí al auto con ellas.Luego del viaje, donde inesperadamente tanto Carla, como Alisson estaban demasiado calladas, bajamos y nos dirigimos a un centro comercial que se enco
Narra BeatrizDesde el instante que me probé ese vestido, me sentía mucho más sexy que nunca, y obviamente el hecho de tener a Stefano coqueteándome de esa manera, después de haber sentido sus suaves manos en mi piel, sólo pronunciaban más esa sensación en mi. Además de que el alcohol ya estaba haciendo efecto.Nos encontrábamos en su auto, y podía notar la intensidad de su mirada; como intentaba acercarse cada vez a mí. Por mi parte, solamente había suspiros y esperaba que él diera el primer paso. Y estaba segura, que esta ocasión no podría detenerlo.Llegamos a la disco. Era un lugar alucinante: la música sonaba muy fuerte, por lo que Stefano me tomó de la mano, y me llevó al centro de la pista para seguir con el festejo de la noche. Bailábamos mucho y también estábamos bebiendo demasiado alcohol, y no ayudó en nada que los chicos no dejaran de traerme tragos a cada momento. En un instante, me separe de todos para ir al baño a refrescarme un poco y fue entonces que me encontré con
Faltaban tan sólo un par de semanas para que mi princesa cumpliera sus cuatro añitos. Pensé en hacerle una hermosa fiesta: quería sorprenderla, nunca antes le había festejado un cumpleaños. Sólo le hacia un pequeño pastel y salíamos a cenar a un lindo lugar, pero este año era especial, mi hijita tenía muchos amigos, y ambas éramos felices.Estuve conversando con Carla y Alisson, ya que ellas me ayudarían a hacer la fiesta que seria temática. Sabíamos que a Mía le encantaría, porque el tema serían los cuentos de Hadas.Estuvimos trabajando mucho en la decoración, en los juegos que haríamos. Planifiqué todos y cada uno de los detalles, Alisson sólo se encargó de enviar las invitaciones.“Los cuentos dejan salir a todos sus personajes por una tarde mágica,Todos quedan honorablemente invitadosAl gran baile por el cumpleaños de la Princesa Mía,Que será el próximo sábado a las 15.00 hrs.Recuerden traer sus mejores trajes de Gala,Ya que se premiarán a los mejores niños y padres.”¡¿Alis