Narra Stefano:
Cuando llegué a casa de mi hermana, lo que llamó mi atención de forma inmediata fue que Thomy no estaba ni con Esmeralda ni con Carla, ni con ningún integrante de mi familia.
¡Hermanito! Seguro estas buscando al principito de la casa — Alisson, como siempre, sabia que me pasaba.
Si, así es. ¿Dónde esta?
Esta arriba, en el cuarto de Charlotte — en cuanto terminó de pronunciar estas palabras, yo ya subía velozmente por las escaleras. Esto de ser padre era raro, sentía que debía estar con él todo el tiempo, y que debía protegerlo de todo el mundo.
La puerta de la habitación estaba a medio cerrar, y tan sólo se escuchaba una suave voz cantando dulcemente una nana. Entré tratando de hacer el menor ruido posible. Fue entonces que me quedé helado, nunca hubiese imaginado encontrar una imagen más hermosa que esa: ella era perfecta, su cabello oscuro dando casi en su cintura, un cuerpo escultural, y se le notaba una ternura inmensa, que irradiaba hacia mi pequeño… lo llenaba de pequeños besitos, mientras lo acomodaba en su pecho. Nunca había visto a mi hijo tan tranquilo, y como no iba estar de esa manera, si una diosa lo acunaba de esa forma.
En ese momento ella se dio la vuelta y me miro, se que le sorprendió mi presencia, pude notarlo porque tomo a Thommas con fuerza, como queriéndolo proteger, y otra vez más mi corazón latía más rápido, ¿qué podía hacer con esta mujer que cada minuto parecía ser más perfecta?
Hola — dijo en un susurro bajo,
Soy Stefano Magno — fue lo único que dije, pude ver una sonrisa formarse en su rostro, y eso sólo la hacía más hermosa.
Logré que se le pasara el berrinche a este angelito. Ahora duerme plácidamente, ¿Quieres cargarlo o lo dejo en la cama? — Me quede quieto… ella podía ser tan tierna, su voz era tan dulce. Hablaba con tanta naturalidad, con tanta seguridad de lo que hacía, que me maravilló.
Dejémoslo dormir en la cama — comenté, mientras me acercaba a acomodar las almohadas para que él no se fuera a caer. Nuestros rostros quedaron tan cerca, que pude oler su perfume… era exquisito, envolvente, y sumamente sexy y delicado.
Estaba a punto de besar esos labios sumamente apetitosos, cuando ella se separo, me señaló la salida y se dirigió a la puerta.
Una vez fuera de la habitación con la luz dando de lleno en su cuerpo, pude contemplar mucho más extasiado su tan imponente belleza. Sus ojos eran de color chocolate, sus mejillas de un color rosado; llevaba una blusa blanca que marcaba toda su figura, dejaba ver la curvatura de sus pechos y su pequeña cintura. También traía unos jeans ajustados y unos tacos no muy altos, era una belleza con todas las letras.
Disculpa, no me he presentado: soy Beatriz Miller — me dijo, mirándome a los ojos. Yo debía parecer idiota, porque simplemente no podía dejar de admirarla, creo que podría haberla devorado en ese preciso momento.
¡Stefano , Beatriz, ya bajen! — Alisson eligió ese momento para ir por nosotros. — Vamos — Beatriz pasó delante de mí, y yo sólo las seguí escaleras abajo.
Cuando llegamos, ya estaban todos ubicados. Alisson presentó a Beatriz al resto de mi familia, y luego mencionó que Beatriz era mi ángel. Ambos miramos asombrados a Alisson y Beatriz se ruborizó muchísimo, era adorable.
Alisson rió y aclaró — Ella es la única que logra calmar a tu pequeño principito, hermano — a lo que todos rieron. Aunque yo sabía que las intenciones de Alisson no eran tan puras.
La velada pasó rápidamente, y de manera muy amena. Descubrí que Beatriz era una mujer sumamente interesante, y tenía una pequeña de la misma edad que Charlotte, seguramente estaba casada.
Finalmente todos nos retiramos. Beatriz al despedirse, lo hizo con un beso en la mejilla y me felicitó por Thommy. Yo simplemente asentí y seguí contemplándola, hasta que la perdí de mi vista.
Mañana sería mi cumpleaños: justamente en cuestión de horas, cumpliría veintiséis años, y éste sí que iba a ser un cumpleaños muy… especial. Iba a ser el primero que pasaría alejada de mis padres, y de mi amiga Angie, a quien extrañaba muchísimo. Seguramente, este año no tendría ni un abrazo o beso, y eso me ponía un poco melancólica, pero a la vez, me sentía feliz. Durante el tiempo que había estado viviendo en Washington había logrado tranquilizarme, y podía sacar a esa Beatriz que comenzaba a tener una sonrisa en su rostro todos los días. Esa Beatriz, que ya no estaba al borde de un ataque de nervios a cada rato, la misma que poco a poco estaba descubriendo que podía ser feliz con tan poco; eso era algo que tenía merecido y que solo era cuestión de tiempo, y a la vez, ganas de adquirir más confianza en mí misma para lograrlo.No puedo negar que en un principio las cosas no fueron fáciles: era demasiado embarazoso no contar con mis padres para que me ayudaran en ciertos aspectos y e
Narra Beatriz.No sabía que era lo que Alisson iba a hacer, pero al parecer no había escapatoria. De todas formas, tampoco tenía muchas ganas de resistirme, después de todo, hacia más de cinco años que no festejaba un cumpleaños como era propicio, por lo que preparé a Mía, y me dejé llevar por lo que tuvieran planeado para mi. Y no fue difícil adivinar que ya habían llegado, porque eran algo… ruidosas. Abrí cuando iban subiendo las escaleras de la casa.¡Beatriz! —gritaron a coro las tres, anunciando su llegada. — ¡Feliz cumpleaños! — y me dieron un beso y un abrazo cada una.Mía — llamó Esmeralda, con voz dulce—. Vamos cariño, a jugar con Charlotte. Ve y dale un beso a mami.Mía corrió en mi dirección, me dio un beso, un abrazo y se fue con Esmeralda.Vamos — dijo Carla, por lo que cerré la puerta con llave y me subí al auto con ellas.Luego del viaje, donde inesperadamente tanto Carla, como Alisson estaban demasiado calladas, bajamos y nos dirigimos a un centro comercial que se enco
Narra BeatrizDesde el instante que me probé ese vestido, me sentía mucho más sexy que nunca, y obviamente el hecho de tener a Stefano coqueteándome de esa manera, después de haber sentido sus suaves manos en mi piel, sólo pronunciaban más esa sensación en mi. Además de que el alcohol ya estaba haciendo efecto.Nos encontrábamos en su auto, y podía notar la intensidad de su mirada; como intentaba acercarse cada vez a mí. Por mi parte, solamente había suspiros y esperaba que él diera el primer paso. Y estaba segura, que esta ocasión no podría detenerlo.Llegamos a la disco. Era un lugar alucinante: la música sonaba muy fuerte, por lo que Stefano me tomó de la mano, y me llevó al centro de la pista para seguir con el festejo de la noche. Bailábamos mucho y también estábamos bebiendo demasiado alcohol, y no ayudó en nada que los chicos no dejaran de traerme tragos a cada momento. En un instante, me separe de todos para ir al baño a refrescarme un poco y fue entonces que me encontré con
Faltaban tan sólo un par de semanas para que mi princesa cumpliera sus cuatro añitos. Pensé en hacerle una hermosa fiesta: quería sorprenderla, nunca antes le había festejado un cumpleaños. Sólo le hacia un pequeño pastel y salíamos a cenar a un lindo lugar, pero este año era especial, mi hijita tenía muchos amigos, y ambas éramos felices.Estuve conversando con Carla y Alisson, ya que ellas me ayudarían a hacer la fiesta que seria temática. Sabíamos que a Mía le encantaría, porque el tema serían los cuentos de Hadas.Estuvimos trabajando mucho en la decoración, en los juegos que haríamos. Planifiqué todos y cada uno de los detalles, Alisson sólo se encargó de enviar las invitaciones.“Los cuentos dejan salir a todos sus personajes por una tarde mágica,Todos quedan honorablemente invitadosAl gran baile por el cumpleaños de la Princesa Mía,Que será el próximo sábado a las 15.00 hrs.Recuerden traer sus mejores trajes de Gala,Ya que se premiarán a los mejores niños y padres.”¡¿Alis
Narra Stefano .Ocho meses habían pasado ya desde esa primera noche maravillosa que habíamos pasado juntos. Ocho meses de mucha confusión. Realmente, nunca pensé que Beatriz fuera de esas personas que no querían involucrarse sentimentalmente con alguien; ella, a cada día, me sorprendía mucho más, y yo sólo quería complacerla en todo lo que me pidiera, fuese lo que fuese.La verdad es que, cuando me planteó eso, yo no estaba en condiciones de entablar ningún tipo de relación que no fuera sexo. Después de todo, a mí el amor nunca me había funcionado. Pero ahora creo que eso fue hasta que la conocí, después mi perspectiva cambió totalmente.El teléfono sonó, sacándome de mis pensamientos.Mamá… ¿qué sucede?Disculpa que te moleste hijo, pero tenemos que viajar de forma urgente con tu padre… es Alejandra. — dijo al final, entre sollozos.¿Qué le pasó a mi hermanita, mamá?Hijo… ella está muy mal. Está internada en un hospital, nos acaba de avisar Zafrina. Alisson y Rosario nos acompañaran
Narra StefanoDesperté muy temprano para ser sábado, me di cuenta que con Beatriz, nos quedamos dormidos en el sofá. Con mucho cuidado me levanté para no despertarla.Fui a la habitación donde estaba Thommy y ya estaba muy entretenido jugando con unas pulseras de mi diosa, lo cargué y fui a ver como estaba la princesita de la casa.Ella estaba con sus ojitos, abiertos por lo que me acerqué a su cama para comprobar que no tuviese fiebre, me sorprendió que me recibiera con un fuerte abrazo y con un beso. Me pidió que me sentara a su lado con Thommy, así hablábamos.Luego de un rato en el que nos contó que había hecho en el kínder el día anterior, me dijo:Me encanta que te quedes con mami…A mí también me gusta quedarme con mami y contigo — le dije, mientras sonreía.No nos dejes solas — me dijo, no podía evitar las satisfacción que me daba escuchar esas palabras de Mía, lo que yo más anhelaba era quedarme con ella y con su mami. Sentía por primera vez que esa era la familia que quería
El viernes después de clases, quedamos con Milton en la playa. Él había traído el almuerzo: esta vez, eran unos emparedados de pavo, con lechuga, tomate, kétchup, mostaza, y queso. De sólo verlo no aguante y empecé a vomitar. Era una sensación espantosa, ya que no tenía nada en el estómago.¡Beatriz! ¿Estás bien? — Preguntaba Milton, mientras sostenía mi pelo y masajeaba mi espalda.Creo que si — dije.Estas muy pálida, será mejor que te lleve a tu casa… — añadió, preocupado.Puedo manejar — dije, mientras me tomaba mi vientre, que me dolía demasiado.Si te vieras la cara, no dirías lo mismo.¿Tan mal me veo? — dije, asustada.Pareces un vampiro, pálida y con una cara de muerta, que para que te cuento — respondió entre risas.Bueno… entonces, lleva a la vampiro a casa — bufé.Como usted diga. Quizás durante el viaje, quieras morderme…Jake — blanqueé mis ojos.Yo sólo quería que supieras que no pondría resistencia.Okay, ¿Vamos en mi auto o en el tuyo?Te llevo en el tuyo, luego yo vu
Había salido antes de la universidad, estaba estudiando el profesorado en matemáticas, ese día decidí que quería sorprender a mi novio Royce.Lo adoraba, había estado con él desde los quince años, con él tuve mi primer beso y también fue mi primer hombre. Lo amaba, o eso creía.Estacioné mi auto justo cuando el chico de la comida llegaba con el pedido, seguramente estaba tan concentrado con el estudio que no se dio tiempo de cocinar. Antes de que tocara la puerta lo intercepté y pagué la comida, una vez que el muchacho se alejó toqué el timbre de la bonita casa de soltero que tenía cerca del campus.Nunca imaginé encontrarme con mi novio desnudo, solo cubierto con una sábana y una pelirroja despeinada que solo vestía su camisa, esa camisa negra que le había regalado para nuestro quinto aniversario.Él ni siquiera me miró. Extendió su mano con el dinero y murmuro. – Quédate con el cambio.No me quedaré con ningún cambio Royce King— Grite desesperada.Su cara era de total asombro.—Rosa