[BRISA]Cinco días después: 15 de julioMe había prometido ser una madre ejemplar, en cuidar a mis hijos de la mejor forma posible, en seguir las instrucciones del doctor al pie de la letra, pero en cambio solo estoy haciendo lo que puedo. Es difícil pensar con claridad cuando la vida continúa sacudiendo tu mundo.Las fuerzas para luchar por el amor que Franco y yo sentimos alguna vez se me han ido. Cuando el destino no quiere que estes con alguien, hace todo lo posible para dejártelo ver y obviar esas señales podrían resultar en algo muy negativo, al menos así lo siento en este instante y no pienso tentar al destino.—Hija, no tienes que irte —insiste mi madre cuando ya me entregan mi pasaje.—No me dejan otra salida, no puedo estar aquí, lo siento —concluyo y me doy la media vuelta con la intención de marcharme, pero antes de que pueda sujetar la carriola de mis hijos, ella sujeta mi mano.—No tenemos la culpa de lo sucedido, ¿lo sabes? —inquiere.—Al parecer nadie tiene la culpa, s
[FRANCO]Al día siguiente: 16 de julioApenas consigo abrir mis ojos. La cabeza me pesa, y la luz me molesta y al moverme me doy cuenta de que estoy en el sofá de la sala y la botella de whiskey que bebi completamente anoche me recuerda porque me siento así. Estoy desecho por la situación, Brisa se ha marchado y con ella se ha llevado a mis hijos.Con muchísima dificultad, me siento y tiro mi cabeza hacia atrás en el respaldar. Miro al techo y mi mente me recuerda una vez más lo caprichosa que es la vida. Lo perdí todo otra vez, pero en esta ocasión no ha sido la muerte quien me arrebato a mi esposa e hijos.¿Por qué nos tuvimos que enamorar?¿Por qué nuestras familias tenían que ser quienes eran?Esas preguntas me atormentan…Quisiera poder borrar mi apellido, mi identidad, decirle a Brisa que somos libres para amarnos, que nadie tendrá que dejar de lado a su familia para que podamos estar juntos.De momento, la palabra familia hace eco en mi cabeza, ¿Qué es la familia? ¿Por qué teng
Semanas después: 2 de agostoHoy mis hijos cumplen un mes de nacidos y yo me muero de tristeza y rabia por estar aquí y no con ellos. Apenas he visto algunas fotos de ellos y es gracias a lo que Brisa ha subido a redes sociales. Sin embargo, es German quien ha hecho posible una videollamada para que les pudiera hablar y aunque sea robarles una sonrisa a mis bebés. Por supuesto que Brisa estaba al tanto de todo, pero por alguna razón no ha querido hablar conmigo.Según me ha contado German, ella aún está muy dolida por lo que hice y lo comprendo. Mi única intención era cuidarla durante el embarazo, pero está claro que las cosas no han salido bien, y he aquí las consecuencias. A pesar de todo esto, yo no estoy dispuesto a darme por vencido y he tenido que tomar decisiones drásticas para tratar de tomar las riendas de mi vida una vez más.—Señor San Marín, ¿usted está seguro de lo que quiere hacer? —me pregunta el abogado de la empresa.—Solo entrégueme el documento para firmarlo por fav
Una semana después: 9 de agostoAsumir que mi padre se ha entregado a la justicia y que será juzgado por lo que hizo me genera una mezcla de sensaciones muy difícil de controlar. Es alivio, rabia, dolor, y decepción ¿Cómo se hace para continuar con tu vida sabiendo que gran parte de mi vida he vivido en una gran mentira? Mi padre no es ese empresario honesto que tanto tiempo creí. Con solo imaginar las personas que se han visto perjudicadas por sus sucias “maniobras empresariales” me siento avergonzado.He pensado mucho en qué hacer con mi vida ahora, y la única respuesta que venía a mi mente es la misma de siempre. Meto lo que hasta ahora era mi vida en un par de maletas y las cierro para luego echar un vistazo a la habitación asegurándome de que no me estoy olvidando de nada importante.—Hijo, no quiero que te vayas —habla mi madre parada desde abajo del marco de la puerta.Respiro hondo en un intento por calmar mi rabia interna y la miro.—Lo siento mamá, siento que hayas perdido a
¿Cómo se supone que se debe iniciar una conversación como la que Brisa y yo necesitamos tener? Esa pregunta ronda mi cabeza mientras que la gente nos rodea en este café al que hemos decidido venir para conversar. Las dos tazas de café expreso y los sfogliatelle se encuentran frente a nosotros en esta mesa, pero el silencio es quien protagoniza el momento.—Mi padre nos ha contado a mi hermano y a mí lo que hizo tu padre —pronuncia ella finalmente rompiendo el silencio entre los dos.No sé muy bien como tomarme su comentario, ¿es algo bueno? ¿es una queja?—Podría decirte muchas cosas acerca de lo que ha hecho mi padre, pero no estoy aquí para eso —explico con mi mirada clavada en ella.«Se ve tan hermosa» pienso perdido en la forma en que su cabello ahora más largo cae por encima de sus hombros y ese maquillaje natural que resalta sus rasgos.—¿Y para que has venido entonces? —inquiere y en esta ocasión levanta su mirada para verme de frente.—Para decirte que para mí no hay nada ni n
Al día siguiente: 11 de agostoLas hora se me han hecho eternas. Desperté, desayuné, acomode mis cosas y almorcé en el cuarto de hotel; todo para que no hubiese una posibilidad de que se me hiciera tarde para nuestra cita. Tal vez es tanta la desesperación por verla a ella y nuestros hijos que estoy actuando como un desesperado. Llevo desde las cuatro de la tarde esperando en el Parco della Mole Adriana tal y como acordamos ayer.Estoy sentado sobre una pequeña muralla mientras que miro hacia todas partes como tratando de adivinar por donde vendrá ella y siento que cada minuto que pasa es eterno. Me muero de ganas de verlos, de poder cargar a mis hijos, de llenarlos de besos y decirles que nunca más me separare de ellos sin importar lo que pase entre su madre y yo.Sé que las cosas con Brisa no podrán ser solucionadas tan fácilmente, pero sin importar que ocurra con nosotros, no pienso renunciar a ellos. Estoy nervioso, y muy ansioso, pero de pronto comienzo a sentir un gran sentido d
Medianoche 25 de diciembreMarsella, Francia—Feliz navidad señora San Martín— Le digo al oído cuando la abrazo desde atrás y apoyo mis manos en ese vientre que cada día me ilusiona más.Ella gira su rostro un poco para verme y tomo ventaja para besarla —Feliz navidad, la primera de muchos juntos— Responde sonriente mientras que, a través del ventanal de nuestra casa con vistas al mar, vemos el despliegue de fuegos artificiales que celebran que ya ha llegado este día tan especial.—¿Eres feliz? ¿o sigues triste porque estamos aquí solos?— Le pregunto un poco preocupado.Mi esposa se gira entre mis brazos para quedar de frente a mí y acaricia mi rostro —Contigo soy feliz donde sea— Habla y ahora es ella quien me besa con esa delicadeza disfrazada de pasión que a veces resulta engañosa en el buen sentido.—Yo también soy feliz contigo, y si me permites, quisiera entregarte los regalos tuyos y los del bebé— Comento y puedo notar la preocupación en su rostro.—Lindo, ya te dije que no sé
[BRISA]Tenía muchísimo miedo de decirle a Franco que estamos esperando mellizos, pero como siempre, él me sorprende con su actitud. No ha dejado de hablar de lo hermoso que será criar a dos bebés juntos y a pesar de que traté de seguirle la conversación e imaginarme lo que será nuestra vida de a cuatro, también el miedo me invade. Antes tenía miedo por mi bebé, por perderlo y porque recuperarnos de ese golpe fuera lo más difícil de todo, pero ahora mi miedo es doble. No quiero ser negativa, pero está claro que hay muchas posibilidades, entre ellas, que pueda perderlo a los dos, o a uno… tan solo espero que se mantenga todo en ese temor y que nada malo suceda.—¿Te sientes bien?— Me pregunta mi esposo mientras que nuestras respiraciones se van calmando en esta cama donde nos acabamos de amar como si fuera la primera vez.—No me tienes que preguntar si estoy bien a cada momento, hemos hablado con el doctor y dijo que estaba bien tener sexo—Le digo y sonríe mientras que besa mi hombro.