[FRANCO]Me siento feliz de estar con ellos caminando por este parque tan hermoso y conversando con Brisa acerca de lo que ha sido este mes con nuestros hijos. Si bien me hace sonreír escucharla contándome acerca de los típicos problemas de madre primeriza, y alguna que otra anécdota de lo que le han hecho nuestros bebés, también siento melancolía por lo que me perdí.Es en un momento como este que me doy cuenta de que tome la decisión correcta al dejarlo todo atrás, y es que no me sentía capaz de perderme un minuto más de la vida de Dylan y Atenea. Los veo sonreír, o simplemente quedarse dormidos en su carriola y entiendo que cada uno de estos simples instantes no volverán jamás. Lo que se vive con un hijo en sus primeros meses de vida es un tesoro demasiado grande y yo no lo quería perder.—¿Puedes creer que estamos en un sitio que data del año 139 antes de cristo? —me pregunta de repente regresándome a esta realidad.—Es el mausoleo del emperador Hadrian, ¿no? —respondo y me mira s
[BRISA]Al día siguiente: 12 de agostoAyer ha sido un día maravilloso. Sinceramente pensaba que todo iba a salir mal, que Franco y yo discutiríamos a causa del pasado y que cada uno terminaría yendo por su lado. Afortunadamente me equivoque y no sé si es que todo lo que me dijo me hizo cambiar mi forma de pensar, o es que él tuvo una actitud tan increíble conmigo y con nuestros hijos que me hizo actuar así. Sea como sea, después de pasear por el parque, fuimos por un gelato, y como si todo aquello no hubiese sido suficiente, también fuimos a cenar.Me ha hecho reír mucho al intentar alimentar a sus hijos, y es que según él ellos ya deberían estar comiendo papilla y cosas como esas, pero tuve que tomarme el tiempo de explicarle que los tiempos no son tan rápidos como él cree. A pesar de todo eso, aun no me atrevo a imaginarme una vez más el futuro con él. Creo que en el fondo siempre tendré miedo de que la historia entre nuestras familias nos afecte negativamente.—Hermanita, ¿ya está
[BRISA]Llevo horas con las palabras de mi hermano dando vueltas en mi cabeza, y he pensado en más de una ocasión llamar a Franco y pedirle que nos volvamos a ver. Me gustaría tener el valor para poder ceder y decirle que quiero pasar más tiempo con él, y que quizás vaya siendo hora de dejar todo lo que ocurrió a un lado, pero sinceramente, no me atrevo.Como casi todos los días, aprovecho las horas de mi tiempo libre para sacar a pasear a mis hijos ya que siento que debo aprovechar el buen clima para que ellos se despejen, y una vez que ambos están en la carriola, me dispongo a salir de la casa cuando al abrir la puerta, lo encuentro a él.Su amplia sonrisa llena de complicidad me contagia y en un acto reflejo, él sostiene la puerta antes que esta se cierre por su propio peso.—Parece que he llegado justo a tiempo, ¿no? —cuestiona divertido.—Hace un momento termine de trabajar y los iba a llevar a pasear —explico.—¿Aceptas compañía de un desempleado? —bromea.—Por supuesto —accedo
[BRISA](Horas más tarde)Se supone que la caminata en el jardín debía calmarme, pero en cambio después de la conversación que tuvimos con Franco mi corazón no consigue calmarse. Vuelvo a mi adolescencia probándome una y otra prenda sintiendo que nada me queda bien.Consulto el reloj y entiendo que debo tomar una decisión ya que pronto llegara Franco por mi para ir a nuestra segunda primera cita. Busco un vestido color rojo del guardarropa y me lo pruebo convenciéndome de que esta es mi mejor opción. No es sencillo volver a sentirse linda después de dar a luz, mucho menos si has tenido mellizos.Busco un collar y pulsera que haga juego hasta que de pronto escucho que alguien llama a la puerta y mi corazón se acelera de los nervios. Respiro profundo como tratando de calmarme, pero es casi imposible.—¡Hermanita! Mi casi de nuevo cuñado ya llego —escucho que dice German del otro lado de la puerta y no puedo evitar reírme de sus palabras.—Ya voy, dame un momento —le pido y antes de sali
[FRANCO]El verano es el cómplice perfecto para una noche como esta. La terraza de un restaurante en una de las ciudades más románticas del mundo, la luna alumbrándonos a la par de alguna lámparas que cuelgan de un extremo a otro, y ella sentada del otro lado de la mesa justo frente a mí. Me gustaría poder contar con recursos infinitos para haberle podido traer un violinista o tal vez haber cerrado el restaurante completo para nosotros dos, pero las cosas han cambiado y lo único importante es que estamos juntos aquí.—Me encanta el lugar —menciona mirando a su alrededor y sé que lo hace para romper el silencio.—Es muy lindo, pero sin duda alguna lo más hermoso en esta noche eres tú —halago y sonríe tímida.—Vaya, estas lanzando toda la artillería pesada —bromea y esto es una buena señal.—Digamos que estoy haciendo un intento por reconquistarte —declaro y casi como si los astros se pusieran en mi contra, el camarero se acerca a nosotros para tomar la orden.Ambos miramos la carta por
[FRANCO]Llegue a creer que esto no volvería a pasar entre nosotros, pero afortunadamente me equivoque. Sus labios y los míos se reencuentran en una fiesta para los sentidos y de verdad que haría lo que fuese para que esto nunca termine. Sin embargo, es ella quien lleva sus manos sobre mi pecho y de a poco hace que nos separemos.—Por favor, no me digas que te has arrepentido —le pido a poca distancia de sus labios.La veo negar con su cabeza mientras sonríe y vuelvo a sentirme aliviado.—No, no me he arrepentido, es solo que la gente nos está viendo —explica y ve a nuestro alrededor haciendo que yo haga lo mismo.Definitivamente tiene razón, la gente nos observa y cuando creo que ya no podemos ser más el centro de atención, la gente comienza a aplaudir como si hubiese visto el final de una película romántica.—Creo que hemos dado un buen espectáculo —bromeo.—Lo creo, ¿cenamos? —propone con timidez y asiento.—Cenemos —concuerdo.A pesar de que me encantaría saltear la cena e ir dire
[BRISA]—¿De verdad tengo que irme? —me pregunta cuando estamos frente a la puerta de la casa.Sonrió sobre sus labios y llevo mis manos a cada lado de su mejilla mientras que mis sentidos se empapan de ese exquisito aroma que desprende su colonia.—Esta es la casa de mi hermano, no es correcto que pases. Además, nuestros hijos me necesitaran en cuestión de minutos —explico y sonríe como un adolescente.—Está bien, pero ¿puedo invitarte a pasar la noche conmigo mañana? —me sugiere haciendo que lo mire a los ojos con completa sorpresa.Doy dos pasos hacia atrás para verlo mejor y puedo notar la preocupación que este le causa.—¿Ya tan pronto me harás una propuesta indecente? —inquiero burlándome de él quien al parecer no entiende que mis palabras son una broma.—Lo siento, no debí —dice avergonzado y trata de alejarse, pero antes de que lo pueda hacer, lo tomo del cuello de su camisa y lo atraigo hacia mí.—Es una broma —aclaro y noto el alivio que siente.—Me asuste.—Lo sé… aunque de
[BRISA]Al día siguiente: 13 de agosto¿Cómo es posible que me sienta tan nerviosa? Parezco una adolescente que tendrá su primera vez con el chico de sus sueños, y evidentemente eso está muy lejos de la realidad. Supongo que estos nervios son una consecuencia de lo que Franco provoca en mí. Lo amo y eso provoca una revolución interna muy difícil de controlar dentro de mí.Los vestidos van cayendo sobre mi cama a medida que me voy probando uno tras otro y es que a pesar de que el doctor me ha dado el visto bueno para continuar con mi vida sexual con normalidad todavía no me siento yo misma. Quiero creer que todo esto es normal y que tal vez cuando llegue la hora de la hora, quizás no pueda continuar.«No pienses eso, no te anticipes» me digo a mí misma con la única intención de tranquilizarme, pero para ser sincera, no es nada fácil.Después de lo que pareciera ser una crisis existencial de mi parte, finalmente me decido por un vestido corto color champagne con un escote en v bastante p