[BRISA]—¿De verdad tengo que irme? —me pregunta cuando estamos frente a la puerta de la casa.Sonrió sobre sus labios y llevo mis manos a cada lado de su mejilla mientras que mis sentidos se empapan de ese exquisito aroma que desprende su colonia.—Esta es la casa de mi hermano, no es correcto que pases. Además, nuestros hijos me necesitaran en cuestión de minutos —explico y sonríe como un adolescente.—Está bien, pero ¿puedo invitarte a pasar la noche conmigo mañana? —me sugiere haciendo que lo mire a los ojos con completa sorpresa.Doy dos pasos hacia atrás para verlo mejor y puedo notar la preocupación que este le causa.—¿Ya tan pronto me harás una propuesta indecente? —inquiero burlándome de él quien al parecer no entiende que mis palabras son una broma.—Lo siento, no debí —dice avergonzado y trata de alejarse, pero antes de que lo pueda hacer, lo tomo del cuello de su camisa y lo atraigo hacia mí.—Es una broma —aclaro y noto el alivio que siente.—Me asuste.—Lo sé… aunque de
[BRISA]Al día siguiente: 13 de agosto¿Cómo es posible que me sienta tan nerviosa? Parezco una adolescente que tendrá su primera vez con el chico de sus sueños, y evidentemente eso está muy lejos de la realidad. Supongo que estos nervios son una consecuencia de lo que Franco provoca en mí. Lo amo y eso provoca una revolución interna muy difícil de controlar dentro de mí.Los vestidos van cayendo sobre mi cama a medida que me voy probando uno tras otro y es que a pesar de que el doctor me ha dado el visto bueno para continuar con mi vida sexual con normalidad todavía no me siento yo misma. Quiero creer que todo esto es normal y que tal vez cuando llegue la hora de la hora, quizás no pueda continuar.«No pienses eso, no te anticipes» me digo a mí misma con la única intención de tranquilizarme, pero para ser sincera, no es nada fácil.Después de lo que pareciera ser una crisis existencial de mi parte, finalmente me decido por un vestido corto color champagne con un escote en v bastante p
[BRISA]La vida es una rueda mágica que te lleva a recorrer distintos estados de ánimo que luego se repiten de maneras diferentes. Un claro ejemplo de ello es este desorden emocional que llevo por dentro en estos momentos. La primera vez que estuve con Franco me sentí la mujer más feliz del mundo, pero también tuve tantos nervios que me volví a sentir una adolescente. Hoy, una vez más estoy experimentando esas sensaciones, solo que desde una perspectiva distinta.Creí que la noche comenzaría en un restaurante elegante y luego iríamos a su hotel, pero como siempre él me sorprende cuando nos encontramos frente a la puerta de su habitación. Él abre la puerta con la tarjeta magnética y luego me hace un ademan para que pase primero y es en este instante donde me doy cuenta de que realmente tenía una sorpresa preparada para mí.Escucho sus pasos detrás de mí y el sonido de la puerta cerrándose, pero mi mirada solo se centra en los globos que casi rozan el techo formando un camino y las foto
[BRISA]Sentirlo en mi moviéndose de la forma en la que lo hace me hace recordar que cuando estamos juntos nada más importa. Sus dedos hacen magia en mi piel. Sus labios me besan apasionadamente quemando cada espacio de mí, y las mías lo tocan de la misma forma tal y como si sentirlo fuera la necesidad más grande del mundo.Cada movimiento se vuelve más intenso y nuestros cuerpos como consecuencia comienzan a temblar hasta que ninguno de los dos lo resiste más y nos dejamos llevar en el más exquisito orgasmo posible.Sus ojos verdes se clavan en los míos y esboza una sonrisa cómplice que me contagia y lleva a que acaricie su rostro con delicadeza.—Te echaba mucho de menos —pronuncia a milímetros de mi boca.—Yo también te extrañaba mucho —respondo feliz.Lo vuelvo a besar y luego de a poco nos vamos acomodando en esta cama. Me abrazo a él, apoyo mi cabeza sobre su pecho y siento como acaricia mi cabello con delicadeza mientras que trata de recuperar el aliento.—Eres tan hermosa… es
[BRISA]¿Cómo es posible que al convertirnos en padres siempre pensemos lo peor de cada situación? Fue solo escuchar a mi hermano decirme que Atenea no dejaba de llorar, e inmediatamente comencé a hacer una lista de posibles enfermedades que pudiera tener, y por supuesto, no fueron de las comunes y fáciles de curar.—Cariño, ¿puedes tranquilizarte? Ya llegamos —me pide Franco.—No, no puedo, ¿y si tiene algo grave? ¿y si se muere? —pregunto con mi voz quebrantándose cuando él termina de estacionar.Rápidamente ambos salimos del coche y comenzamos a caminar hacia la entrada.—¿Por qué tienes que pensar eso? Tal vez no es nada grave —trata de tranquilizarme.—¿Cómo puedes estar tan tranquilo? —me quejo y rápidamente me acerco a la recepcionista para que me diga donde está mi hija y una vez que obtengo la información, continuo mi camino.Parezco una loca caminando por los pasillos y él por supuesto que me sigue a la par de mis pasos por más rápidos que estos sean.—Mi amor, no nos asuste
Medianoche 25 de diciembreMarsella, Francia—Feliz navidad señora San Martín— Le digo al oído cuando la abrazo desde atrás y apoyo mis manos en ese vientre que cada día me ilusiona más.Ella gira su rostro un poco para verme y tomo ventaja para besarla —Feliz navidad, la primera de muchos juntos— Responde sonriente mientras que, a través del ventanal de nuestra casa con vistas al mar, vemos el despliegue de fuegos artificiales que celebran que ya ha llegado este día tan especial.—¿Eres feliz? ¿o sigues triste porque estamos aquí solos?— Le pregunto un poco preocupado.Mi esposa se gira entre mis brazos para quedar de frente a mí y acaricia mi rostro —Contigo soy feliz donde sea— Habla y ahora es ella quien me besa con esa delicadeza disfrazada de pasión que a veces resulta engañosa en el buen sentido.—Yo también soy feliz contigo, y si me permites, quisiera entregarte los regalos tuyos y los del bebé— Comento y puedo notar la preocupación en su rostro.—Lindo, ya te dije que no sé
[BRISA]Tenía muchísimo miedo de decirle a Franco que estamos esperando mellizos, pero como siempre, él me sorprende con su actitud. No ha dejado de hablar de lo hermoso que será criar a dos bebés juntos y a pesar de que traté de seguirle la conversación e imaginarme lo que será nuestra vida de a cuatro, también el miedo me invade. Antes tenía miedo por mi bebé, por perderlo y porque recuperarnos de ese golpe fuera lo más difícil de todo, pero ahora mi miedo es doble. No quiero ser negativa, pero está claro que hay muchas posibilidades, entre ellas, que pueda perderlo a los dos, o a uno… tan solo espero que se mantenga todo en ese temor y que nada malo suceda.—¿Te sientes bien?— Me pregunta mi esposo mientras que nuestras respiraciones se van calmando en esta cama donde nos acabamos de amar como si fuera la primera vez.—No me tienes que preguntar si estoy bien a cada momento, hemos hablado con el doctor y dijo que estaba bien tener sexo—Le digo y sonríe mientras que besa mi hombro.
[FRANCO][Horas más tarde]Después de la muerte de Tamara, aprendí muchas cosas acerca de la vida, y la más importante de todas es que debo disfrutar de cada momento de felicidad como si pudiese ser el último. Es exactamente eso lo que hago cada día con Brisa, disfruto de cada instante, incluso caminar hoy de su mano por la playa ha sido un disfrute total. Sé perfectamente que los dos tenemos miedo, y ahora claro… se han multiplicado por dos, pero no quiero que esos miedos nos hagan dejar de vivir las cosas hermosas que hay en el mundo.—Ya estoy lista— Escucho su voz mientras que cocino para la cena con mi hermano.Me doy vuelta para verla, y me muero de amor al ver que ese precioso vestido ajustado a su cuerpo que lleva puesto hace resaltar ese pequeño abdomen que cada día que pasa se hace notar más —Te ves hermosa, y ni hablar de este pequeño bulto— Comento cuando esta frente a mí y llevo mi mano sobre su abdomen —¿Tratando de lucir el embarazo?— Pregunto y se mira a ella misma.—¿