[BRISA]Sentirlo en mi moviéndose de la forma en la que lo hace me hace recordar que cuando estamos juntos nada más importa. Sus dedos hacen magia en mi piel. Sus labios me besan apasionadamente quemando cada espacio de mí, y las mías lo tocan de la misma forma tal y como si sentirlo fuera la necesidad más grande del mundo.Cada movimiento se vuelve más intenso y nuestros cuerpos como consecuencia comienzan a temblar hasta que ninguno de los dos lo resiste más y nos dejamos llevar en el más exquisito orgasmo posible.Sus ojos verdes se clavan en los míos y esboza una sonrisa cómplice que me contagia y lleva a que acaricie su rostro con delicadeza.—Te echaba mucho de menos —pronuncia a milímetros de mi boca.—Yo también te extrañaba mucho —respondo feliz.Lo vuelvo a besar y luego de a poco nos vamos acomodando en esta cama. Me abrazo a él, apoyo mi cabeza sobre su pecho y siento como acaricia mi cabello con delicadeza mientras que trata de recuperar el aliento.—Eres tan hermosa… es
[BRISA]¿Cómo es posible que al convertirnos en padres siempre pensemos lo peor de cada situación? Fue solo escuchar a mi hermano decirme que Atenea no dejaba de llorar, e inmediatamente comencé a hacer una lista de posibles enfermedades que pudiera tener, y por supuesto, no fueron de las comunes y fáciles de curar.—Cariño, ¿puedes tranquilizarte? Ya llegamos —me pide Franco.—No, no puedo, ¿y si tiene algo grave? ¿y si se muere? —pregunto con mi voz quebrantándose cuando él termina de estacionar.Rápidamente ambos salimos del coche y comenzamos a caminar hacia la entrada.—¿Por qué tienes que pensar eso? Tal vez no es nada grave —trata de tranquilizarme.—¿Cómo puedes estar tan tranquilo? —me quejo y rápidamente me acerco a la recepcionista para que me diga donde está mi hija y una vez que obtengo la información, continuo mi camino.Parezco una loca caminando por los pasillos y él por supuesto que me sigue a la par de mis pasos por más rápidos que estos sean.—Mi amor, no nos asuste
[FRANCO]Tengo miedo de haberme adelantado, de que ella me diga que aún no está lista para que volvamos a vivir juntos, pero tampoco puedo evitar sentir esta gran necesidad de estar juntos para siempre. El silencio es tan ensordecedor que me causa ansiedad.—Dime algo por favor —le pido en un susurro.Esos preciosos ojazos se clavan en mí y si bien nuestros hijos juegan con sus juguetes, yo no puedo más que esperar una respuesta de parte.—Digo que creo que es una buena idea —menciona finalmente y siento como vuelvo a respirar con normalidad.Supongo que mi reacción le parece graciosa, sobre todo cuando suspiro exageradamente.—Que buena noticia —expreso divertido y me rio de mí mismo.—¿Tenias miedo de que te dijera que no? —me pregunta tratando de no reírse también.—La verdad que sí, creí que me dirías que no y que me dirías que era muy pronto para retomar esa parte de nuestra historia —admito y puedo sentir la culpa en mis palabras, algo que supongo que nunca me abandonara por tod
[FRANCO]Al día siguiente: 14 de agostoMe cuesta creer que estoy amaneciendo nuevamente a su lado. No es cómodo estar en casa de su hermano, pero tampoco negare que abrir mis ojos y verla a ella, y a nuestros hijos en sus respectivas cunas a pocos pasos de nosotros es impagable. Había dado todo esto por perdido, pero la vida tuvo piedad conmigo y por consecuencia podre verlos crecer y convertirse en personas de bien.—Extrañaba tu calor en la cama —la escucho decir de repente, y antes de poder voltear a verla, ella me abraza y acomoda su cabeza sobre mi pecho.—Y yo extrañaba el aroma de tu cabello, siempre huele riquísimo —murmuro y beso su frente.Oigo como ella suspira y sonríe captando mi atención.—En menos de diez minutos se despertarán para comer —dice y ahora entiendo porque esa sonrisa.—¿Son puntuales? —cuestiono divertido.—Un poco, así que si quieres ve a ducharte y cambiarte para desayunar mientras yo me encargo de este par de angelitos —sugiere y de inmediato niego.—No
[BRISA]Hace tiempo atrás, creía que yo sería la amiga soltera del grupo, que solo vería a mis amigas casándose y teniendo hijos mientras yo solo continuaba con mi vida. Hoy pienso en lo que me llevo a irme sola de vacaciones aquel día y comprendo que no fue hasta que me quise liberar de la carga social que encontré al hombre de mis sueños.No sé cómo hubiese seguido si no lo hubiese conocido y tan solo hubiera regresado a Miami de la misma forma en que me fui. Pienso que seguiría siendo como siempre, pero la respuesta seguirá siendo desconocida para mí ya que hoy tengo una realidad muy distinta.Pase por todas las etapas del amor con Franco, pero esta pienso que es de las más hermosas. Ambos nos deshicimos del bagaje que llevamos a cuesta y ahora solo estamos nosotros y nuestros hijos en este plan de querer volver a ser felices.Nos veo viendo casas juntos y me doy cuenta de que no habíamos vivido esta etapa antes. Él carga a Atenea, mientras que yo a Dylan cuando el agente de bienes
Medianoche 25 de diciembreMarsella, Francia—Feliz navidad señora San Martín— Le digo al oído cuando la abrazo desde atrás y apoyo mis manos en ese vientre que cada día me ilusiona más.Ella gira su rostro un poco para verme y tomo ventaja para besarla —Feliz navidad, la primera de muchos juntos— Responde sonriente mientras que, a través del ventanal de nuestra casa con vistas al mar, vemos el despliegue de fuegos artificiales que celebran que ya ha llegado este día tan especial.—¿Eres feliz? ¿o sigues triste porque estamos aquí solos?— Le pregunto un poco preocupado.Mi esposa se gira entre mis brazos para quedar de frente a mí y acaricia mi rostro —Contigo soy feliz donde sea— Habla y ahora es ella quien me besa con esa delicadeza disfrazada de pasión que a veces resulta engañosa en el buen sentido.—Yo también soy feliz contigo, y si me permites, quisiera entregarte los regalos tuyos y los del bebé— Comento y puedo notar la preocupación en su rostro.—Lindo, ya te dije que no sé
[BRISA]Tenía muchísimo miedo de decirle a Franco que estamos esperando mellizos, pero como siempre, él me sorprende con su actitud. No ha dejado de hablar de lo hermoso que será criar a dos bebés juntos y a pesar de que traté de seguirle la conversación e imaginarme lo que será nuestra vida de a cuatro, también el miedo me invade. Antes tenía miedo por mi bebé, por perderlo y porque recuperarnos de ese golpe fuera lo más difícil de todo, pero ahora mi miedo es doble. No quiero ser negativa, pero está claro que hay muchas posibilidades, entre ellas, que pueda perderlo a los dos, o a uno… tan solo espero que se mantenga todo en ese temor y que nada malo suceda.—¿Te sientes bien?— Me pregunta mi esposo mientras que nuestras respiraciones se van calmando en esta cama donde nos acabamos de amar como si fuera la primera vez.—No me tienes que preguntar si estoy bien a cada momento, hemos hablado con el doctor y dijo que estaba bien tener sexo—Le digo y sonríe mientras que besa mi hombro.
[FRANCO][Horas más tarde]Después de la muerte de Tamara, aprendí muchas cosas acerca de la vida, y la más importante de todas es que debo disfrutar de cada momento de felicidad como si pudiese ser el último. Es exactamente eso lo que hago cada día con Brisa, disfruto de cada instante, incluso caminar hoy de su mano por la playa ha sido un disfrute total. Sé perfectamente que los dos tenemos miedo, y ahora claro… se han multiplicado por dos, pero no quiero que esos miedos nos hagan dejar de vivir las cosas hermosas que hay en el mundo.—Ya estoy lista— Escucho su voz mientras que cocino para la cena con mi hermano.Me doy vuelta para verla, y me muero de amor al ver que ese precioso vestido ajustado a su cuerpo que lleva puesto hace resaltar ese pequeño abdomen que cada día que pasa se hace notar más —Te ves hermosa, y ni hablar de este pequeño bulto— Comento cuando esta frente a mí y llevo mi mano sobre su abdomen —¿Tratando de lucir el embarazo?— Pregunto y se mira a ella misma.—¿