[FRANCO]Irme de su casa ha sido casi una tortura, pero bien lo ha dicho ella, yo ya no soy millonario, y si quiero darles el futuro que tanto se merecen, debo esforzarme mucho. Después de haber pasado por el hotel a cambiarme de ropa, he venido a ver a un viejo conocido, alguien que espero que pueda ayudarme a comenzar esta nueva vida que tanta ilusión me da.—Señor San Marín, bienvenido —me saluda la recepcionista.—Muchas gracias, tengo una cita con el señor Acosta —anuncia y sonríe.—Claro, él lo está esperando, sígame por favor —me pide poniéndose de pie y yo simplemente sigo sus pasos hasta que llegamos a la puerta del despacho y ella golpea la misma—. Señor Acosta, el señor San Marín ha llegado —explica mientras que abre.—¡Franco! —habla emocionado y lo veo poniéndose de pie—. Gracias Maria —le dice a su secretaria para que luego me haga entrar a la oficina—. ¿Cómo has estado? Debo admitir que me ha sorprendido tu llamada —explica Carlos mientras nos fundimos en un abrazo.—Me
[FRANCO][Horas más tarde]Estoy ansioso por contarle a Brisa acerca de las buenas noticias, y también por pedirle que me acompañe a la cena, pero tendré que esperar un momento ya que está terminando una reunión en línea con uno de sus clientes.—¿Tu que dices hijo? ¿Tu mamá aceptara ir a la cena conmigo? —averiguo y Dylan solo me sonríe—. Es por tu futuro y por el de tu hermana —continuo y estira su brazo para alcanzarme su pequeño oso de peluche—. Es muy bonito —digo divertido—. ¿Cómo se llama? —averiguo, pero es obvio que no me responderá.—Tom, se llama Tom —escucho que me responde ella y al levantar mi mirada la veo a ella y me derrito.—Guau, te ves guapísima —menciono al verla con esa falta elegante y blusa de seda.—Por más que sean reuniones virtuales hay que vestirse bien —comenta mientras que se acerca a mí y luego se sienta sobre mi regazo.—Y eso me parece fantástico, tengo envidia de todos los que pueden verte más tiempo que yo —digo rodeándola por la cintura mientras qu
[FRANCO]Bien lo ha dicho ella, con bebés todo es un poco más difícil. Mientras ella se arregla, yo hago malabares para cumplir mi rol de padre de la mejor manera posible, aunque muchas veces creo que fallo en el intento. Dar biberones, quitarle los gases, y cambiar pañales son las nuevas materias que me encuentro aprendiendo y tan solo espero que un día pueda convertirme en todo un experto y aliviar la carga que ella lleva.—Ya estoy… —dice alto al entrar al cuarto de los niños—. Lista —termina y esta vez es un susurro al darse cuenta de que nuestros hijos están dormidos.—Salgamos de aquí —sugiero bajito y ambos salimos del cuarto para ir al salón.—No me has pedido ayuda —dice sorprendida y sonrió.—Digamos que estoy aprendiendo a ser padre. No es una tarea sencilla, pero al menos lo intento —expongo.—Y me siento muy orgullosa de ti —declara acercándose a mi y acomoda mi corbata—. ¿Tu estás listo o debes pasar por el hotel? —averigua.La miro de pies a cabeza y me derrito ante lo
[FRANCO]—Esta casa es muy imponente —comenta Brisa cuando nos encontramos frente a la mansión donde vive Carlos y su familia.—La verdad que sí, es una pieza arquitectónica única —añado y toco el timbre.—Estoy nerviosa, ¿y si hago algo mal? ¿Y si arruino esta oportunidad? —expresa y debo mirarla a los ojos.—Tu no arruinaras nada, ¿de acuerdo? Si el destino quiere que esto se lleve a cabo todo saldrá bien sin que debamos esforzar nada ¿sí? —expreso tratando de calmarla y sonríe.Sé que se muere de ganas de decirme muchas cosas, pero el sonido de la puerta abriéndose nos hace quedar en silencio hasta que es Carlos quien abre y nos sonríe.—Franco, bienvenido —habla con entusiasmo y mira a Brisa.—Hola…—Brisa, mi esposa —la presento formalmente y estrechan sus manos.—Brisa, un gusto, soy Carlos Acosta —se presenta.—Es un placer, Franco me ha dicho muchas cosas buenas de usted —expone y sonríe.—Yo también he escuchado muchas cosas buenas de ti, pero pasen por favor, mi esposa e hij
[FRANCO]No voy a mentir, la propuesta que me hizo Carlos es muy buena, tanto que creo que a Brisa también le ha gustado, pero no quise aceptar ni firmar nada sin que ella y yo tuviésemos una última conversación al respecto. Sé muy bien que si acepto tendré que viajar y trabajar muchas más horas de lo que quizás ambos tenemos en nuestros planes. Quiero que si acepto el trato ella este completamente de acuerdo.—¿Y qué te ha parecido la propuesta? —pregunto mientras vamos camino a casa en el coche.—Creo que es muy buena, es lo que querías para poder empezar tu propio camino en los negocios —comenta.—Si, claro que sí, pero sabes lo que eso significa, ¿no? —continuo y es que en verdad quiero que ambos tengamos las cosas muy claras.—Claro que lo sé, tendrás muchas responsabilidades, muchos viajes de negocios… vamos, que tendrás menos tiempo libre —resume.—Si, y lo que no quiero es que eso traiga problemas en nuestra relación —explico preocupado.—Lo sé, y sé que tal vez estábamos acos
[FRANCO]Extrañaba mucho estos momentos con ella. Los dos solos bebiendo una copa de vino mientras que conversamos de nuestras cosas y reímos como dos tontos enamorados que buscan seducirse mutuamente con miradas y leves caricias que queman nuestra piel.—Realmente tengo mucha suerte —digo honesto y sigo viéndola.Ella se muerde el labio inferior de una forma que me hace poner muy nervioso y suspira.—¿Puedo preguntar por qué? —suelta finalmente y asiento.Antes de decirle nada, me levanto del taburete en el que estoy sentado y camino hacia ella.—Porque eres la mujer más hermosa del mundo y entre tantos hombres que hay en este mundo, te has enamorado de mi —digo con orgullo y le ofrezco mi mano—. ¿Bailarías conmigo hermosa? —le propongo y asiente con una sonrisa tatuada en su rostro.—Claro que si —responde y con cuidado baja del taburete.Lentamente la acerco a mi y coloco una de mis manos sobre su cintura mientras que la otra toma su mano y comenzamos a movernos al ritmo de la canc
Medianoche 25 de diciembreMarsella, Francia—Feliz navidad señora San Martín— Le digo al oído cuando la abrazo desde atrás y apoyo mis manos en ese vientre que cada día me ilusiona más.Ella gira su rostro un poco para verme y tomo ventaja para besarla —Feliz navidad, la primera de muchos juntos— Responde sonriente mientras que, a través del ventanal de nuestra casa con vistas al mar, vemos el despliegue de fuegos artificiales que celebran que ya ha llegado este día tan especial.—¿Eres feliz? ¿o sigues triste porque estamos aquí solos?— Le pregunto un poco preocupado.Mi esposa se gira entre mis brazos para quedar de frente a mí y acaricia mi rostro —Contigo soy feliz donde sea— Habla y ahora es ella quien me besa con esa delicadeza disfrazada de pasión que a veces resulta engañosa en el buen sentido.—Yo también soy feliz contigo, y si me permites, quisiera entregarte los regalos tuyos y los del bebé— Comento y puedo notar la preocupación en su rostro.—Lindo, ya te dije que no sé
[BRISA]Tenía muchísimo miedo de decirle a Franco que estamos esperando mellizos, pero como siempre, él me sorprende con su actitud. No ha dejado de hablar de lo hermoso que será criar a dos bebés juntos y a pesar de que traté de seguirle la conversación e imaginarme lo que será nuestra vida de a cuatro, también el miedo me invade. Antes tenía miedo por mi bebé, por perderlo y porque recuperarnos de ese golpe fuera lo más difícil de todo, pero ahora mi miedo es doble. No quiero ser negativa, pero está claro que hay muchas posibilidades, entre ellas, que pueda perderlo a los dos, o a uno… tan solo espero que se mantenga todo en ese temor y que nada malo suceda.—¿Te sientes bien?— Me pregunta mi esposo mientras que nuestras respiraciones se van calmando en esta cama donde nos acabamos de amar como si fuera la primera vez.—No me tienes que preguntar si estoy bien a cada momento, hemos hablado con el doctor y dijo que estaba bien tener sexo—Le digo y sonríe mientras que besa mi hombro.