[BRISA]Llevo horas con las palabras de mi hermano dando vueltas en mi cabeza, y he pensado en más de una ocasión llamar a Franco y pedirle que nos volvamos a ver. Me gustaría tener el valor para poder ceder y decirle que quiero pasar más tiempo con él, y que quizás vaya siendo hora de dejar todo lo que ocurrió a un lado, pero sinceramente, no me atrevo.Como casi todos los días, aprovecho las horas de mi tiempo libre para sacar a pasear a mis hijos ya que siento que debo aprovechar el buen clima para que ellos se despejen, y una vez que ambos están en la carriola, me dispongo a salir de la casa cuando al abrir la puerta, lo encuentro a él.Su amplia sonrisa llena de complicidad me contagia y en un acto reflejo, él sostiene la puerta antes que esta se cierre por su propio peso.—Parece que he llegado justo a tiempo, ¿no? —cuestiona divertido.—Hace un momento termine de trabajar y los iba a llevar a pasear —explico.—¿Aceptas compañía de un desempleado? —bromea.—Por supuesto —accedo
[BRISA](Horas más tarde)Se supone que la caminata en el jardín debía calmarme, pero en cambio después de la conversación que tuvimos con Franco mi corazón no consigue calmarse. Vuelvo a mi adolescencia probándome una y otra prenda sintiendo que nada me queda bien.Consulto el reloj y entiendo que debo tomar una decisión ya que pronto llegara Franco por mi para ir a nuestra segunda primera cita. Busco un vestido color rojo del guardarropa y me lo pruebo convenciéndome de que esta es mi mejor opción. No es sencillo volver a sentirse linda después de dar a luz, mucho menos si has tenido mellizos.Busco un collar y pulsera que haga juego hasta que de pronto escucho que alguien llama a la puerta y mi corazón se acelera de los nervios. Respiro profundo como tratando de calmarme, pero es casi imposible.—¡Hermanita! Mi casi de nuevo cuñado ya llego —escucho que dice German del otro lado de la puerta y no puedo evitar reírme de sus palabras.—Ya voy, dame un momento —le pido y antes de sali
[FRANCO]El verano es el cómplice perfecto para una noche como esta. La terraza de un restaurante en una de las ciudades más románticas del mundo, la luna alumbrándonos a la par de alguna lámparas que cuelgan de un extremo a otro, y ella sentada del otro lado de la mesa justo frente a mí. Me gustaría poder contar con recursos infinitos para haberle podido traer un violinista o tal vez haber cerrado el restaurante completo para nosotros dos, pero las cosas han cambiado y lo único importante es que estamos juntos aquí.—Me encanta el lugar —menciona mirando a su alrededor y sé que lo hace para romper el silencio.—Es muy lindo, pero sin duda alguna lo más hermoso en esta noche eres tú —halago y sonríe tímida.—Vaya, estas lanzando toda la artillería pesada —bromea y esto es una buena señal.—Digamos que estoy haciendo un intento por reconquistarte —declaro y casi como si los astros se pusieran en mi contra, el camarero se acerca a nosotros para tomar la orden.Ambos miramos la carta por
[FRANCO]Llegue a creer que esto no volvería a pasar entre nosotros, pero afortunadamente me equivoque. Sus labios y los míos se reencuentran en una fiesta para los sentidos y de verdad que haría lo que fuese para que esto nunca termine. Sin embargo, es ella quien lleva sus manos sobre mi pecho y de a poco hace que nos separemos.—Por favor, no me digas que te has arrepentido —le pido a poca distancia de sus labios.La veo negar con su cabeza mientras sonríe y vuelvo a sentirme aliviado.—No, no me he arrepentido, es solo que la gente nos está viendo —explica y ve a nuestro alrededor haciendo que yo haga lo mismo.Definitivamente tiene razón, la gente nos observa y cuando creo que ya no podemos ser más el centro de atención, la gente comienza a aplaudir como si hubiese visto el final de una película romántica.—Creo que hemos dado un buen espectáculo —bromeo.—Lo creo, ¿cenamos? —propone con timidez y asiento.—Cenemos —concuerdo.A pesar de que me encantaría saltear la cena e ir dire
[BRISA]—¿De verdad tengo que irme? —me pregunta cuando estamos frente a la puerta de la casa.Sonrió sobre sus labios y llevo mis manos a cada lado de su mejilla mientras que mis sentidos se empapan de ese exquisito aroma que desprende su colonia.—Esta es la casa de mi hermano, no es correcto que pases. Además, nuestros hijos me necesitaran en cuestión de minutos —explico y sonríe como un adolescente.—Está bien, pero ¿puedo invitarte a pasar la noche conmigo mañana? —me sugiere haciendo que lo mire a los ojos con completa sorpresa.Doy dos pasos hacia atrás para verlo mejor y puedo notar la preocupación que este le causa.—¿Ya tan pronto me harás una propuesta indecente? —inquiero burlándome de él quien al parecer no entiende que mis palabras son una broma.—Lo siento, no debí —dice avergonzado y trata de alejarse, pero antes de que lo pueda hacer, lo tomo del cuello de su camisa y lo atraigo hacia mí.—Es una broma —aclaro y noto el alivio que siente.—Me asuste.—Lo sé… aunque de
[BRISA]Al día siguiente: 13 de agosto¿Cómo es posible que me sienta tan nerviosa? Parezco una adolescente que tendrá su primera vez con el chico de sus sueños, y evidentemente eso está muy lejos de la realidad. Supongo que estos nervios son una consecuencia de lo que Franco provoca en mí. Lo amo y eso provoca una revolución interna muy difícil de controlar dentro de mí.Los vestidos van cayendo sobre mi cama a medida que me voy probando uno tras otro y es que a pesar de que el doctor me ha dado el visto bueno para continuar con mi vida sexual con normalidad todavía no me siento yo misma. Quiero creer que todo esto es normal y que tal vez cuando llegue la hora de la hora, quizás no pueda continuar.«No pienses eso, no te anticipes» me digo a mí misma con la única intención de tranquilizarme, pero para ser sincera, no es nada fácil.Después de lo que pareciera ser una crisis existencial de mi parte, finalmente me decido por un vestido corto color champagne con un escote en v bastante p
[BRISA]La vida es una rueda mágica que te lleva a recorrer distintos estados de ánimo que luego se repiten de maneras diferentes. Un claro ejemplo de ello es este desorden emocional que llevo por dentro en estos momentos. La primera vez que estuve con Franco me sentí la mujer más feliz del mundo, pero también tuve tantos nervios que me volví a sentir una adolescente. Hoy, una vez más estoy experimentando esas sensaciones, solo que desde una perspectiva distinta.Creí que la noche comenzaría en un restaurante elegante y luego iríamos a su hotel, pero como siempre él me sorprende cuando nos encontramos frente a la puerta de su habitación. Él abre la puerta con la tarjeta magnética y luego me hace un ademan para que pase primero y es en este instante donde me doy cuenta de que realmente tenía una sorpresa preparada para mí.Escucho sus pasos detrás de mí y el sonido de la puerta cerrándose, pero mi mirada solo se centra en los globos que casi rozan el techo formando un camino y las foto
[BRISA]Sentirlo en mi moviéndose de la forma en la que lo hace me hace recordar que cuando estamos juntos nada más importa. Sus dedos hacen magia en mi piel. Sus labios me besan apasionadamente quemando cada espacio de mí, y las mías lo tocan de la misma forma tal y como si sentirlo fuera la necesidad más grande del mundo.Cada movimiento se vuelve más intenso y nuestros cuerpos como consecuencia comienzan a temblar hasta que ninguno de los dos lo resiste más y nos dejamos llevar en el más exquisito orgasmo posible.Sus ojos verdes se clavan en los míos y esboza una sonrisa cómplice que me contagia y lleva a que acaricie su rostro con delicadeza.—Te echaba mucho de menos —pronuncia a milímetros de mi boca.—Yo también te extrañaba mucho —respondo feliz.Lo vuelvo a besar y luego de a poco nos vamos acomodando en esta cama. Me abrazo a él, apoyo mi cabeza sobre su pecho y siento como acaricia mi cabello con delicadeza mientras que trata de recuperar el aliento.—Eres tan hermosa… es