Capítulo 23. Me perteneces

Escucharla decir su nombre de esa forma, lo excitó aún más. Y la maldijo por eso. Porque ella era su maldita debilidad y lo peor es que Hedda lo sabía.

—Te tomaré porque puedo, porque me perteneces.

—Así es —Lo instó ella—. Soy tuya —, musitó a pesar de la inseguridad que sentía.

Erik no le quitó la vista de encima mientras se despojaba de sus ropas. Dejó de pensar en cualquier cosa que no fuera hacerla suya de la forma que venía deseando desde hace mucho. Haría que ella gritara su nombre una y otra vez.

El deseo en sus ojos era más que evidente, y eso hizo que se sintiera con más confianza. Subió a la cama apoyado en sus manos y rodillas. Hedda intentó acariciarlo, pero él la detuvo. La tomó de sus manos y sujetándola con solo una de sus grandes manos, las llevó por encima de su cabeza. En tanto que con su otra mano comenzó a acariciar una de sus piernas.

Hedda no estaba segura de en qué momento su cuerpo había empezado a temblar. Pero estaba segura que no era de miedo. Confiaba en q
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