Mi Pequeña Luna. Capítulo 10.—Calla a el mocoso mi futura esposa— dice William.—Jamás seré tuya sarnoso— dijo Adelaila—. Y una pregunta, Cristal sabe que quieres robarle la luna a tú "mejor amigo". —¡Ohhh! eso es lo que me encanta de tí querida— dijo William—. Una mujer con carácter y no como la inútil de la Cristal, sabes lo único bueno de esa mujer es qué siempre está disponible para darme cachorros.—¡¡¡Eres un ser despreciable!!!.— exclama Adelaila, mirándolo con despreció—. ¿Cómo puedes referirte así a Cristal? tú luna, esposa y madre de tus cachorros.—Jajaja soy el desprendible William ¿No?— dijo William arrogantemente—. Cristal y todas las mujeres solo sirven para darme a mí, descendencia y así me convertiré en el gran Alfa.—Eres un asquerosa sabandija —dice Marcus escupiendole la cara—. Bestia sin corazón referirte así a lo más poderoso y hermoso de la creación me das a
—Disculpa si te hice esperar mucho—dijo ella—No te preocupes, por ti esperare esta y todas las vidas que sean necesarias. — le contesto él.—Mi padre quiere casarme con Lumiere para evitar otra guerra entre Bruwild y Ethernet. —dice ella suspirando pesadamente.—Esto no puede ser cierto —exclama angustiado. — no puedes casarte con él, ¿y nosotros que?—Lo sé, pero no puedo ir en contra de la palabra del rey y tú lo sabes bien—responde ella nostálgica—Por favor, no lo hagas— le rogo él.—Lo lamento querido, no tengo otra opción—le contesto ella. — pero antes de que me digas otra cosa necesito contar te algo.— ¿Que paso?, estas bien—pregunta el acercando se a ella angustiado.—La verdad es que no, no me he sentido muy bien últimamente—dijo ella bajando su cabeza.—Pero dime que ocurrió, sabes que siempre estaré a tu lado, pase lo que pase. —La mira preocupado y toma su mentón y le sube la cara son mucho cuidado. —sabes que eres lo único que me importa en esta vida, solo dime que ha
Después de unos par de segundos, se decide por ir al cuarto de baño, para darse una muy merecida ducha caliente; y gracias a los trabajadores de la caldera que sacan agua de los posos y la traen al palacio, luego la calienta con una criatura extraña y así llega hasta la habitación, otorgando les ese delicioso baño con aguas a su punto, es sorprendente lo que pueden inventar los enanos en estos últimos años. Gira la llave, pone el agua caliente a caer, mientras se desviste, se adentra a la ducha, deja el agua descender por su cuerpo mientras da pequeñas caricias a su vientre. Disfruta de ese pequeño momento a solas en completo silencio, mientras se termina de duchar.—Seremos uno, y eternos mi pequeña luna—dice ella para su bebe y sonríe tiernamente.Sale de la ducha, ya mucho más fresca y renovada, camina un poco directamente al guarda ropa, de tantos hermosos vestidos que habían en el, escoge un vestido color lila con encajes en la mangas y en los bordes del cuello, con unos detall
—Estando todos acá reunidos en esta hermosa mañana— empieza a decir el rey—. Por fin le podremos fecha a su compromiso...La princesa gira abruptamente hacia su padre, lo mira con desconcierto echa todo una furia.— Me gustaría— dice Lumiere mirando a la princesa amablemente.-que fuera la primera semana de primavera, claro, si la princesa está de acuerdo.La princesa lo mira y le sonríe de medio lado, asintiendo dulcemente, en forma de afirmación pero fue sarcástica.—Excelente —dice el rey, mirando a su hija en forma acusadora— Entre más pronto mejor, así evitaremos las habladurías y que tu error se empiece a notar.La princesa echa toda una furia, pega un puño a la mesa. Se levanta de golpe haciendo mucho ruido.—No toleraré que le digas error a tu propio nieto, padre— le reclama molesta la princesa.Interrumpen las mucamas para terminar de colocar los preparativos para el desayuno. En eso Fark se acerca con una jarra de zumo de cereza y le guiña un ojo a la princesa para que se c
—Han pasado ya dos meses. —dice la Princesa afligida, acariciado su vientre ya un poco vistoso.Morgana Camina de un lado al otro, por la habitación, un poco ansiosa. Con su vestido blanco, lista para dar el sí. Esperando el momento de ir al altar.—Mi pequeñín, volveremos a estar junto a tu padre, lo prometo—dice ella con lágrimas en los ojos.(…) De repente tocan la puerta sin previo aviso, va a su tocador para verse en el espejo, se pasa las manos por las mejillas, limpiando su rostro delicadamente para no arruinar el maquillaje.—Adelante — dice Morgana, acostandose en su cama.Ve como el pomo de puerta es girado, conjunto a esto se escucha el rechinar de esta misma al ser abierta. Ve como su sirvienta entra en la habitación, hace una pequeña reverencia y le dice:—Disculpe su Majestad —dice la sirvienta, acercando se acerca a ella lentamente— su padre le está esperando en el pasillo, quiere saber si ya está lista.Morgana voltea y la mira dolorosamente, y le enseña una so
Lumiere se acercó lentamente a Morgana, inclinándose para besarla, pero Morgana con agilidad coloca su mejilla, para darle el beso, todos los presentes celebran felices mientras que los recién casados se miran fríamente, Morgana lo abraza y se acerca el para que solo él pueda escuchar lo que tiene que decirle.—Te recuerdo qué fue por conveniencia, aunque ahora estemos casados, ni creas que sobrepasaras mis cláusulas —dice Morgana en voz baja le sonríe forzosamente.—Quizás algún día llegues a amarme —dijo Lumiere con la mirada retadora.Los presentes se levantan para desearle lo mejor a la gran pareja y se escuchan aplausos por todo el salón. Ambos se colocan enfrente y se abrazan mostrando su felicidad. Después de escuchar a todos los presentes, caminan agarrados de la mano, en dirección a la salida, salen del salón y le entregan a Morgana un ramillete de rosas con una nota, Lumiere se despega de Morgana para saludar a algunas criaturas. Morgana en ese momento se aleja un poco del
— Celegrom, —dice Morgana feliz, corriendo hacia él— sabía que jamás me dejarías plantada.Camina hacia ella, la abraza fuerte sonríe y la abraza dulcemente.Le corresponde el abrazó y lo besa con pasión, como si él se le fuera a desvanecerse entre sus brazos.Felices por su encuentro sin ser precavidos de sus alrededores, detrás de los arbustos se encontraba Lumiere observando escuchando lo que decían la feliz pareja. —Te extrañamos —dice Morgana mientras unas lágrimas ruedan por sus mejillas. —También los extraño —dijo Celegrom mientras seca sus lágrimas con dulces besos.Se separan, sentándose en la hermosa alfombra de flores azules que le ofrecía la madre naturaleza. —Mi hermosa luna, —dice Celegrom — estaremos pronto en conseguir la victoria en esta guerra y regresare a tú lado.Lo mira esperanzada juntado sus manos con las de él. —Mi valiente caballero—dice Morgana dulcemente —. Ya han pasado dos meses, mi padre me obligó a casarme con Lumiere unas semanas después que te
—Oh no, padre. Está vez no. —dijo Morgana con voz fuerte.—Esposa mía —dice el rey Lumiere, mientras se coloca en su asiento con altivez, mirando a Celegrom en forma de victoria. — ¡Cállate, Lumiere! —grita la reina Morgana, y dirige su mirada hacia su padre retadoramente —. ¿Mi estado? No querrás decir...-No, pequeña —dice el rey Abaduel, bajando su mirada afligido —. Desde ese fatídico día, pensé que te perdería, eres lo único que me queda desde la muerte de tu madre.Camina hasta su padre, secándose las lágrimas con la manga de su vestido color violeta dándole un abrazo. El Rey se levanta de su asiento mirándola muy elegante.—La decisión está tomada —dice el rey Lumiere, en forma altiva.Morgana, mira con odio al dichoso rey, y camina planteándose al frente de él. —No estoy hablando contigo —dice la reina Morgana, asesinándolo con la mirada —, así que deberías limitarme y recordar que no bajaré mi cabeza ante ti.-Oh, disculpe mi señora esposa, no quise ofenderla —dijo el