Dalbert Brown
Mi gatita quería jugar, y le di el gusto, es por eso que en estos momentos la veo retorcerse de placer, pero es momento de dejarla respirar. Guardo el pequeño control en mi chaqueta y me dispongo a descansar de esta borrachera.Despierto sintiendo que me mueven y lo primero que hago es buscar el control, y cuando lo siento, sonrío. No quisiera que acabe el juego antes de tiempo.Observo a mi esposa, quien me mira sonriente, detallo su pequeño vientre y me siento el hombre más afortunado.- ¿Falta mucho por llegar? – iba a responder, pero esa puntada en la cabeza me lo impide. Cierro mis ojos con fuerza para alivianar el dolor producto de la resaca.Olivia l pide algo a la azafata, que por cierto, eSantorini es un lugar hermoso, tranquilo que emana mucha paz, como lo que Oli busca, y definitivamente no me equivoque, pues el brillo en sus ojos y la sonrisa en sus labios la delatan con cada paso que damos en nuestro recorrido por el lugar. En varias ocasiones le pregunto si se encuentra cansada, con sed o calor, sin embargo, sus respuestas son siempre un Estoy bien, pero sé que está mintiendo, su emoción la juega en contra y eso no lo puedo permitir.- Llevas un embarazo de cinco meses cariño, sé que estas cansada, la lentitud de tus pasos te delata. - Hace calor. – se excusa. - Te cargaré. – hace un puchero. - Es que estoy tan feliz, Dalbert.- Pero no puedes esforzarte, tenemos más días. – asiente entendiendo mi preocupación y sin esperar más, nos marchamos a nuestro nido de amor. Olivia ingresa a sanitario, se da un baño y se lanza en la cama olvidando que está embarazada y a mi casi se me sale el corazón al verla hacer eso. ¿Acaso se ha vuelto l
La semana paso rápido y ahora ya nos encontrábamos camino al aeropuerto para volver a nuestra rutina. Oli ha insistido en que volverá al trabajo hasta que ya no pueda más y he aceptado, pero con la condición de que tendrá ayuda de la secretaría. Aceptó. El viaje fue largo por lo que durante todo el camino mi gatita se durmió y no la moleste, al contrario, la levante en brazos y la llevé en la habitación que se encuentra en el jet para un mejor descanso. La cubrí con una manta y salí del lugar. Tomé mi portátil y me concentré en el trabajo. Estaba preocupado por no descubrir quién era el causante de las bajas que sufría mis empresas, pues he perdido muchos clientes, muchos socios se alejaron y dieron baja a los contratos por las pérdidas repentinas. Pero ya el dinero estaba bloqueado, era imposible que se sigan haciendo má
Mis hombres se acercan cerca, con las armas hasta el hombro. Luis se acerca de inmediato para verificar si me encuentro bien. - Estoy bien. – lo miro, y este entiende de inmediato, y le hace unas señas a sus hombres y estos se dispersan para empezar a inspeccionar lo zona. - ¿Vio a alguien?- No pude reconocerlos, pero empiezo a creer que la azafata tenía razón. - Entiendo. – dice, mientras me escolta hasta el edificio, donde debo hablar con unos agentes para después ir a hacer la denuncia en la jefatura. Trato de mantener la calma para que no noten mi frustración, pero realmente me preocupa esta situación, pues no sé si están atentando contra mi o contra Olivia. Pero definitivamente el odio es bastante hacia nosotros para hacer tal desfachatez.Ya imagino la prensa mañana, querrán comernos vivos. De hecho, ya es hora de retirarnos, pues algunos ya están llegando y mis hombres ya se han percatado, pues en estos momentos ya me están conduciendo dentro de la cami
Olivia CampbellOtro peluche de felpa descansaba en mi regazo. Estaba en entrando en el octavo mes y Dalbert solo se dedicaba a traer regalos para mi niña, porque si, será una princesa. Si conmigo es un sobreprotector de lo peor, imaginen como será con ella que todavía no ha venido al mundo. Sus tíos tambien me han consentido bastante, muchos regalos de aquí para allá, tanto que tuvimos que habilitar otra habitación para sus juguetes. Paulo emocionado por ser padrino que Dalbert se le sube el enojo fácilmente. A pesar de haber pasado dos meses y medio de lo ocurrido y evitar que Dalbert ponga una demanda a todas las revistas y canales del país por el golpe que recibí. Logramos hacerle entrar e
Luego de que el avión de Dalbert despegó, decidí salir de allí e ir directamente al lugar donde se realizaría la construcción del club. Trataría de manejar lo mejor que puedo desde aquí y darle el menor trabajo posible.Luis y José son los que se quedaron a cargo mío, por el hecho de ser de la entera confianza de mi esposo, y para ser francos se han mostrados muy atentos. Los hombres que Andréi puso para mí, difícilmente se hacen ver, realmente son difíciles de notar, a excepción de uno, que lo reconocí en el club en Rusia. Río internamente. El lugar donde llegamos es amplio, y ya se encuentran ambos caballeros observando el terreno. Bajo con los planos en la mano y mi portátil. José se apresura a ayudarme, porque de mi panza me es imposible. Solo agradezco que la camioneta sea levemente alta de lo contrario no podría leva
- Solo quise ver cómo quedó la empresa. – me encuentro hablando con un histérico Dalbert, pues según él me arriesgue al estar cerca de dos personas peligrosas. Acaso no piensas en la gravedad del asunto. Imagínate si se hubieran dado cuenta de tu presencia, y tu embarazada. - Tengo un escuadrón cuidándome el culo, ¿piensas que se acercarían?- No me importa. – grita al otro lado de la línea. - Deja de gritar o te voy a colgar. – le hablo en el mismo tono. – Me pones nerviosa. – con esto último parece calmarse. Mi hermano empieza reír al igual que algunos de los hombres de seguridad. – Eres sofocante, Dalbert. Pero volviendo al tema, Gabriella era una de la que conocía el acceso a la empresa y Jessica. - Jessica es buena estratega, pero dudo que se buena con hacker. – le doy la razón. – Hay más personas
Despierto desorientada, un tanto adolorida y cansada, la luz de la habitación me molesta y un gruñido por el dolor de cabeza es lo que sale de mi boca y un cuerpo gigante se acerca a mí para socorrerme. - ¿Mi bebé? – el solo tiene el rostro lleno de lágrimas, lo que hace que me alarme. - Ya lo traerán para que la alimentes. – avisa, liberando la tensión de mi cuerpo al oír esas palabras. – Siento tanto no haber estado contigo. Me siento el hombre más estúpido por dejarte sola. - No. No, cariño. No es algo que se pueda predecir con exactitud, y tú, tenías cosas importantes que solucionar. - Nada, escúchame bien. – tomando mi rostro con sus manos. – Nada es más importante que tú y mi bebé. Eso tenlo por seguro. – asiento con lágrimas en los ojos, hasta que la puerta se abre, dando paso a una enf
Dalbert BrownEn estos momentos me encontraba embelesado por tanta belleza, obsesionado por protegerla y enamorado por esta cosita diminuta. Juntos salimos de la habitación de hospital una vez obtenemos el alta, con mi hija en brazos y Olivia a mi lado, disponemos a subir un piso más para llegar a la habitación de mi padre.Por alguna razón me encuentro muy tranquilo, sin embargo, Olivia parece más nerviosa de lo normal, y me irrita, porque el motivo es absurdo. Teme no caerle bien. ¿Por qué rayos se preocupa en caerle bien a alguien a quien ni siquiera considero familia? Me abstengo a decir algo y solo caminamos a pasos demasiado lentos para mi gusto hacia la dichosa habitación. Ya he ce