Dominic enterraba su cabeza entre sus manos, sentado en el borde de la cama. Su cabello rubio chorreaba agua por sus brazos pues no había tenido mente ni para secárselo bien. Detrás de él se encontraba el cuerpo del omega, su omega, que había esto inconsciente por casi dos días.
No quería recordar, pero las imágenes de lo que vio cuando despertó de su celo lo atormentaban aun dejándolo con un total insomnio. Las laceraciones, los diversos moretones, los dedos marcados en cada parte de su cuerpo, las profundas mordidas alrededor de su cuello y pecho que en ese momento tenían un color horrible, su propio semen que aún continuaba saliendo del ano del chico y aquél marca en su nuca que se ponía cada vez más morada a cada segundo que pasaba.
Dominic manejaba de vuelta con Aidan en el asiento del copiloto. Llevaba toda la tarde callado y mirando hacia la ventana. Se removía a cada rato, dándole a entender al alfa que su cuerpo dolía en las diversas partes donde hacía presión la posición. Su cuerpo estaba cubierto completo, un pantalón de tela suelta que llegaba a sus tobillos y una abrigo de mangas largas y cuello de tortuga. A pesar de que la temperatura era alta, él no quería dejar a la vista las diversas evidencias que marcaban su piel.El alfa apretaba el timón tan fuerte que los nudillos estaban blancos e intentaba controlar sus feromonas lo mejor que podía. Se sentía cansado, muy cansado. No había dormido ni tampoco cogido el respectivo descanso que se supone necesitaba su cuerpo después de 24 horas de sexo intenso. Pero Ma
De todas las personas que podía encontrarse tenía que ser aquella con la que peor había terminado su relación.-Madre--Vaya dichosos los que te ven ¿Cómo te lleva tu nueva vida?- le preguntó con ironía- Al parecer no mejor que cuando estabas bajo mi supervisión- las palabras las decía con cierto rechazo.Aidan se levantó para enfrentarla a la par pero los colores a su alrededor se difuminaron y volvió a caer sentado cuando el dolor en su pecho se hizo más fuerte.-Mírate- la madre resopló- Acaso tu nueva pareja a la que le abres las piernas te dejó botado- giró la cabeza.
Julian estuvo delante de la puerta en cuanto sintió el primer toque y la abrió revelando el cuerpo grande y sexy del alfa que quería. Madox le sonrió y dio un paso dentro del apartamento rodeando su cadera con el grueso brazo y lo atrajo hacia él. Lo impulsó hacia arriba agarrando su nalga con ansias y atrapó sus labios de forma dominante.Julian se derritió en sus brazos como siempre ocurría cada vez que las feromonas del alfa lo envolvían de aquél forma. Envolvió sus brazos en la estrecha cintura y dejó que la lengua de él hiciera estragos dentro de su boca. Al separarse sus piernas eran casi gelatinas y los ojos de Madox lo miraban con un ansia salvaje que casi le hizo olvidar el objetivo de por qué lo mandó a llamar.-T&ua
Dominic llegó casi sin aliento al hospital, y apenas la enfermera de guardia le había dicho dónde estaba Madox volvía a correr doblando la esquina y viéndolo sentado junto a un chico joven. Tenía los ojos cerrados y la cabeza recostada en la pared detrás de él. Su expresión era sombría.Sabía por el lazo que los unía que su pareja no había muerta, o sino, él no estaría de pie, pero dedujo que su estado no era nada bueno como para que su amigo estuviera así. Madox lo sintió y abrió los ojos frunciendo el ceño al verlo. Se levantó y caminó hasta ponerse delante de él. Sus feromonas alfas inundaron todo el lugar mostrando su rabia y las de Dominic respondieron en respuesta. Era un instinto natural de alfas rechazar a otro alfa aun si eran
Dominic se detuvo al lado de la cama de Aidan y tomó su mano suavemente, vacilando si era correcto tocarlo. Uno de sus dedos rezó la herida de sus labios y no pudo evitar temblar. Sus ojos se llenaron de lágrimas y solo pudo cubrirse el rostro para intentar quitarlas pero fue inútil. Su pecho estaba tan apretado que apenas si podía decir algo. Si pudiera invertir los papeles estaría mucho más tranquilo.Julian observó como el amigo de su alfa se quedaba al lado de la cama donde su omega descansaba. La forma en que lo miraba, como sufría por él, la atmósfera entro los dos. A pesar de la situación sintió envidia. Si fuera él la que estuviera en esa cama ¿Madox estaría a su lado? Lo más seguro es que no. Él era uno más de los omegas o betas con los que é
A pesar de haber dormido por algunas horas, Dominic no había descansado nada. Cómo podría hacerlo cuando su omega estaba en esa situación y su empresa no había recesado su trabajo, llegando a un punto clave del proyecto. Su cabeza quería colapsar, pero por alguna razón no dolía como días anteriores. Algo se movía sobre él, de forma deliciosa masajeándola.Abrió los ojos lentamente encontrándose con un par de orbes familiares y se incorporó tan rápido que se tambaleó en la silla.-Aidan- pronunció su nombre exaltado, pero cuando fue a tocar su mano para tomarla, apretarla, besarla se detuvo.No se sentía con el derecho de tocarli. Él esbozo una sonr
Dominic se alegró que Julian no estuviera marcado por su amigo. Lo conocía desde hacía mucho y aun así había momentos como este que no podía leerlo. Madox era la cúspide de todo alfa, poderoso, prepotente y cruel cuando se lo proponía. Por suerte había trabajado en esos aspectos para no espantar a todos a su alrededor, pero nunca sabría su verdadera personalidad. El teléfono de él sonó hasta que fue descolgado del otro lado oyéndose del otro lado de la llamada una voz grave.-Hello Nicolás I need a favor- Madox habló en un perfecto inglés. Dominic esperó a que terminara la conversación que no pasó de muchas oraciones pero tradujo que ese tal Fernando le debía mucho y que necesitaba de su ayuda. El resto se lo mandó en un mensaje. -Ya está- dijo Madox una vez terminó –ahora hacia la estación de policía-
Dominic y Madox se dirigieron a una zona alejada de la cuidad conformada principalmente por fábricas abandonadas y vertederos de chatarra. El sol casi se estaba ocultando así que los rayos amarillentos danzaban sobre el cabello alborotado de Dominic. Ya llevaban rato parte del día y a esa altura no tenía idea de lo que el otro alfa tenía en mente. -Ya llegamos- anunció este con una sonrisa extraña en los labios. Habían estacionado frente a un almacén en las partes más profundas. Era grande y estaba rodeado de varias personas que custodiaban. Los dos se bajaron y los hombres prestaron atención a ellos pero se calmaron al detectar la presencia de Madox. -¿Ellos son? – preguntó Dominic intrigado. Todos eran hombres altos, fornidos, atractivos si se les quitaba las gafas oscuras.
Último capítulo