Aidan tomó la mano que le ofrecía su alfa para bajarse del auto delante del restaurante más caro de toda la ciudad. Como cuando tu alfa te quiere demostrar que tiene dinero y mucho. No lo criticaría, era parte de su naturaleza dominante ser así y más cuando estaban cortejando.
Porque si, Dominic lo estaba cortejando en serio, y además sabía las intenciones de por qué lo había llevado allí. Lo conocía bastante bien y no era precisamente un alfa disimulado, y mucho menos su amigo Madox que casi lo gritó para toda la casa antes de salir esa misma mañana. Pero él no iba a arruinar su sorpresa.
Estaba de muy buen humor después de preguntarse cómo le había ido a Julian y esta le había comunicado diciendo que le había ido de maravilla en todo el trayecto. Madox resultó un enamorado empedernido después de todo y alguien que l
Aidan realmente temblaba ese día. Sus manos estaban tan frías que estaban tiesas. Porque el reflejo delante del espejo era algo realmente asombroso.Él con un traje blanco mientras terminaban de acomodar su cabello. Porque si, ese era el día de su boda. Y él aún no se lo podía creer.El sonido de la puerta la hizo reaccionar y mirar sobre el hombro. Un chico menudo, con una barriga de ya seis meses, enorme para su tamaño enfundada en un traje sencillo de pantalón y camisa amplia azul pastel de cuello alto, entró en la habitación.-Julian- le sonrió a su amigo con una enorme sonrisa.-Crees que me perdería la boda de mi mejor amigo- él se acercó y se detuvo a su lado- Soy tu padrino, claro que vendría. Aunque te confieso que estuve toda la semana convenciendo a Madox que de que dejara salir del hospital. Está más siquiátrico
- Speicer, Spanky, agárrenlas- la voz alta de Madox resonó en todo el patio seguido por el ladrido de dos perros y el chillido de dos niñas.-En serio no sé cómo fue que le pusiste esos nombres a tus perros. Debería darte vergüenza gritarlo todo el tiempo- Dominic pasó por su lado llevando una bandeja a la mesa de picnic que estaban preparando en el chalet.-No quiero oír eso de ti que querías ponerles Baner y Flapi- se quejó Madox bajando los escalones y recibiendo lo que sus dos enormes y juguetones Golden Retriever traían consigo.Cada uno soltó el borde del vestido de las dos niñas de cuatro años y se sentaron al lado de ellas.-Lo único que sacaron de su madre fueron sus ojos. Son igualitas a ti- Dominic le pasó el brazo por encima del hombro- Hasta en el carácter. Mira esos pucheros- se rio.-Cállate y ay&ua
En un mundo dividido por castas donde los alfas mandan, los betas trabajan y los omegas obedecen. Dominic se encontraba en la cima y en el mejor momento de su vida. Proveniente de una familia multimillonaria con un legado de alfas poderosos, dominantes y con poder se podía dar el lujo de hacer lo que les viniera en gana y mucho más. ¿Quién se les opondría? Nadie. Pocos podían enfrentarse a quienes tuvieran su nombre. Además, con una apariencia digna de su estatus y la fortaleza digna de un alfa hecho y derecho para imponerse sobre muchos, no tenía razones para quejarse a sus 32 años. Aunque A diferencia de todos los de su alta casta, Dominic no buscaba su pareja destinada, no quería nadie que le hiciera perder su cabeza al punto de querer abandonarlo todo. L
-Es imposible- varios exclamaron a la vez, recibiendo de respuesta una ceja levantada del alfa, ante la nueva propuesta que había dado.Dominic era alguien rápido y que tenía prioridades en su vía. Ahora mismo, su pareja no era una de ellas. Sino era el trabajo y la reunión delante de él. Por lo que se había recompuesto después del impacto de conocer a ese extraño joven y proseguía. Aun así no podía evitar mirarlo disimuladamente.-En ese caso solo tendré que buscar personas más competentes que desarrollen el proyecto- dijo serio.-Por favor, presidente cálmese- uno de los ejecutivos del área de producción habló algo alarmado. Casi todos estaban entrando en un e
-Mamá- el niño ignorante de ciertos asuntos caminaba contento al lado de su madre -Te imaginas que sea una alfa, o un omega, como se sentirá- exclamaba con entusiasmo y curiosidad.-Serás un beta- afirmó la madre con su voz dura, como siempre.-Mamá eso no lo puedes saber, después de mi accidente no hay nada que indique que vaya a ser beta. No puedes ser más flexible en el tema--No me repliquesAidan. Serás un beta, estoy segura de eso y más te vale, nuestro futuro depende del resultado de hoy-El niño giró su rostro hacia el otro lado frunciendo el ceño. Siempre era así con
Dominic se dejó caer sobre su cama y reflexionó sobre los sucesos del día que aun rondaban su mente. El reloj marcaba las 12:00 de la noche y estaba seguro que no pegaría ojo. Su cuerpo vibraba impidiéndole hacerlo. Cada fibra estaba activa del encuentro con aquel misterioso joven que escondía más de lo que aparentaba. O tal vez era él el que estaba mal. Mañana llamaría a su doctor y amigo, todo aquello tendría que tener una respuesta y la necesitaba rápido.Oyó la puerta abrirse del baño adyacente y se retiró la mano de los ojos para ver a su amante salir con una escotado y corto vestidito que no dejaba nada a la imaginación. Otro hombre hubiera babeado en ese momento, con las blancas y torneadas piernas y la piel reluciente y aún húmeda del baño. Dulse sa
Dominic se recostó en el marco de la puerta de la Oficina de Diseño, mirando a su supuesta pareja destinada inmersa en su trabajo, sin prestarle atención a su alrededor. La presencia del alfa era tan intimidante que casi todos se dieron cuenta que estaba ahí menos quien debía.-Presidente- uno de los demás empleados exclamó y el resto de ellos dejaron de hacer sus tareas y se levantaron de sus asientos nerviosos. Aidan solamente alzó la mirada de la pantalla y frunció el ceño.El alfa aprovechó que le prestaba atención y lo llamó moviendo el dedo índice, acción que lo hizo cerrar sus ojos y suspirar. Aidan se levantó de la mesa apretando los puños y ganando toda la paciencia posible, no queríaestar al lado
Aidan se reflejó en el espejo e hizo una mueca al ver el estado de su cabello. El estrés era fatal y le pasaba factura a todo. Én él, su fibra capilar era la que más sufría. El brillo había mermado y las puntas parecían resecas. Tanto esfuerzo intentando mantener una melena de lujo y en unos días todo el trabajo se había ido por la borda.En los últimos tres días su presidente se había mantenido a ¿raya?, después de la conversación algo subida de tono. Pero mantenerse en guardia todo el tiempo e intentar esquivarlo, había puesto sus cronómetros de estrés al máximo.Buscó en la gaveta de su cómoda una tijera. Cuando no había solución era mejor cortar.