02

No podía dejar de pensar en el auto que había visto la noche anterior, era idéntico, estoy segura que era el mismo auto, pero Camerón no creé lo mismo.

Ayer después de mirar el auto, inmediatamente llamé a Camerón por el celular, le dije sobre el auto que segundos antes de que se cerraran las puertas del ascensor, estaba detrás de él, y su respuesta fue; "Estas un poco paranoica Am, te aseguró que no era el mismo auto."En toda la noche no pude dormir pensando en ello.

El sonido de mi movil indicándo que estaba recibiendo una llamada me hizo volver de mis pensamientos y buscar el aparato ruidoso con la mirada, hasta que lo ubique en la barra americana de la cocina del departamento.

-¿Hola?- dije apenas descolgué la llamada.

-¿Estas lista? Ya estoy llegando.- habló Camerón al otro lado de la linea.

Definitivamente no estaba lista, sólo me había bañado, pero ni siquiera la ropa interior tenía puesta, lo único que tapaba mi cuerpo era una toalla.

-Si- mentí descaradamente - ya casí termino.- respondí y rápidamente colgué la llamada y salí corriendo a la habitación.

Busqué desesperadamente en el closed y sin tiempo de elegir la ropa del dia, saqué ropa interior, unos Jeans negros ajustados y una camiseta del mismo color.

Me vestí lo más rápido que pude, busqué unos zapatos y listo, dejé mi larga cabellera rubia suelta y tomé mi bolso, y salí de la habitación justo cuando la puerta principal se estaba abriendo.

-¡Hola Am!- exclamó con una sonrisa radiante, la sonrisa que lo hacía ver más guapo de lo que ya era.

Sin duda mi mejor amigo era portador de una increible belleza masculina, Cam tenía el cabello completamente negro y lacio, un poco largo, su piel era tersa y tan blanca como la mía, sus ojos eran una mezcla de color miel con matices naranjas, sus ojos eran increibles, su altura era de unos cuantos centimetros más que yo, su cuerpo estaba muy bien ejercitado.

-¡Hey! ¿que tanto me observas?-habló con soberbia.

-Es que eres hermoso. - dije con burla, pero teniendo muy claro era muy cierto. Él rió con ganas.

-¡Por supuesto que sí!- exclamá siguiendome la corriente-- pero sera mejor que continues tu observación en otro momento, sin, llegaré tarde para el examen.- culmina y rió al mismo tiempo que emprendimos el camino a la universidad.

-Pense que tardarían más tiempo para acabar de pintarlo- dije cuando salí de mi edificio y la imagen del auto de cam invadio mi campo de visión.

-Pues, te equivocas pequeña.- dice galante, con altanería mientras abre la puerta del copiloto y hace un ademán con su mano libre invitandome a tomar asiento en el mullido asiento-Esta vez lo llevé a un taller de buena calidad. ¿Te gusta? Ahora se ve como nuevo ¿Verdad?- pregunta alegre ya sentado a mi lado haciendo rugir el motor del vehiculo.

-Esta muy bonito, Cam. -elogió mientras miro por la ventana el paisaje panorámico - ¿de que tienes examen?- pregunto recordando que había dicho que tenía examen.

-De leyes griegas- dice mirando al frente-ahora necesito consentrarme para hacer un repaso mental- añade empezando a murmurar cosas y yo solo rió.

Cam y yo tomamos la misma carrera; Derecho, pero él esta dos semestres más arriba que yo, ambos queremos ser abogados y seremos los mejores abogados del pais.

Al cruzar en una esquina el edifició universitario se hace presente en mi campo de visión. Estacionamos el auto y ambos bajamos.

-Hasta más tarde, Am, voy tarde para el examén- dice rápidamente besando mi frente y dándose la vuelta para luego salir corriendo en dirección a las puertas de la universidad.

-¡Suerte!- gritó, viéndolo desaparecer por la puerta del lugar. Al contrario de Camerón la primera hora de mi horario era libre, así que decidí ir por algo de desayunar a la cafeteria de la universidad y empecé a caminar hacía el interior del edifició.

-¡Ambar! ¡Espera!-me detuve al escuchar mi nombre, me giré encontrandome con el rostro de Jean, un buen amigo.

-¡Jean! ¿Donde te habías metido?- cuestioné lanzandome en sus brazos los cuales rodiaron mi cuerpo en un cariñoso abrazo.

Cuando abrí los ojos, mi vista quedo clavada en un punto fijo; El auto negro.

El maldito auto estaba estacionado en el estacionamiento de la universidad, y sentía, persivia una mirada desde el interior del vehículo, una mirada que únicamente sentía en mí, que me observaba a mí.

Decidí ignorar el auto, talvez Camerón tenía razón y yo sólo estaba exagerando, talvez solo me encontraba con el auto por casualidad o simplemente estaba siendo paranoica y lo estaba confundiendo. Sí. Definitivamente era eso.

Seguí hablando con Jean, mientras ambos caminabamos hacía la cafeteria del edifició estudiantil, tratando de iganorar la sensación de estar siendo observada por alguién desde aquel misterioso vehículo que de un día para otro lo veía todo el tiempo.

........

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