¡Hola, hola! Iniciamos el fin de semana y los espositos lo saben, jijijiji Esa inauguración estuvo bastante candente, ¿no? Aunque las reflexiones de Joshua con el desarrollo y la evolución de su relación son muy certeras y bonitas. No olviden dejarme sus comentarios, saben que los respondo todos :P Nos leemos, si la salud me acompaña, mañana <3
━═ Maya ═━Despierto de golpe, sintiendo una oleada de náuseas que me revuelven el estómago. Apenas puedo abrir los ojos cuando ya estoy corriendo hacia el baño. Esta rutina matutina se ha vuelto mi nueva normalidad. Apenas llego a tiempo antes de que mi estómago se vacíe en la taza del inodoro. Joshua, como siempre, está a mi lado en un instante, sosteniéndome el cabello y frotando mi espalda con movimientos suaves y reconfortantes.—Lo siento, tesoro —murmuro entre arcadas—. No quería despertarte tan temprano. —Él se inclina y deposita un beso en mi hombro, sus palabras cálidas contrarrestando mi sensación de culpa.—No te preocupes, amor. Ya tenía que levantarme para ir a trabajar. Además, prefiero estar aquí contigo.Termino de vomitar y me lavo los dientes, sintiendo la amargura residual en la garganta. Joshua me ayuda a levantarme y me lleva de vuelta a la cama, donde nos recostamos juntos por unos minutos más. Aprecio estos momentos de calma antes de que comience el ajetreo del
━═ Maya ═━Con Flavia, esta semana ha sido un torbellino de actividades y emociones. Nos reunimos a desayunar como lo habíamos acordado, y después de eso, nos regalamos un día de spa que me renovó completamente las energías, lleno de masajes relajantes y conversaciones. Ese día terminamos de consentirnos dándonos un festín en el restaurant de Renato, quien se sorprendió al ver a Flavia junto a mí y más aún, saber sobre mi embarazo.Al día siguiente, visitamos las instalaciones de Éclat Couture, y aunque no lo dijo directamente, pude notar un entusiasmo en Flavia, quizás, considerando mudarse aquí en el futuro. La presenté con Rachel, quien quedó encantada con mi mejor amiga, e insistió en que me tomara el tiempo que quisiera, sin presiones. Cuando le comenté sobre mi embarazo, quedó tan impactada como el día en que le confesé sobre mi matrimonio con Joshua, y con mayor razón, recalcó que no había prisa por mi regreso.El jueves decidimos recorrer la ciudad, mostrarle los lugares que ya
━═ Joshua ═━La señora Taylor, nuestra vecina en Norwich, solía repetir una frase que ahora cobra sentido para mí: "El tiempo vuela cuando te diviertes, pero se arrastra cuando sufres". Cada vez que llegábamos a casa con Tyler y Owen después de una tarde llena de juegos y risas, al regresar de la escuela, ella nos recordaba esas palabras una y otra vez. Hoy, casi un mes después de habernos mudado a nuestro nuevo hogar, comprendo la profundidad de sus palabras.Es curioso cómo la vida puede dar giros inesperados, llevándonos por caminos que nunca imaginamos recorrer. Hace unas semanas, me encontraba en una encrucijada, luchando entre mi felicidad y la de Maya al ceder a las presiones externas. Recuerdo claramente cómo me sentí cuando tuve que alejarme de ella, obedeciendo las órdenes del señor Weiss. Fue como si una parte de mí se desgarrara, dejándome vacío y sin rumbo. Pero ahora, al mirar atrás, me doy cuenta de que aquellos momentos de dolor y confusión fueron la prueba tangible de
━═ Maya ═━ Me miro en el espejo del tocador, ajustando los últimos detalles de mi atuendo. Es increíble cómo ha cambiado mi vida desde la última vez que estuve en Milán. Regresé a Estados Unidos llena de miedos, obligada a enfrentar a mi abuelo que quería que me casara con un hombre al que ni siquiera conocía. Recuerdo las noches de insomnio y la ansiedad que me consumía. En ese entonces, inicié una relación pactada con Justin Turner, un hombre con quien tenía muchas cosas en común, pero con quien no había conexión verdadera. Fue esa relación la que me llevó a conocer a Joshua, el hombre que ahora es el centro de mi universo y el padre de nuestro precioso hijo de cinco años, Ian. Mientras termino de maquillarme, escucho los pequeños pasos apresurados de Ian. Mi corazón se llena de ternura al ver su carita iluminada de emoción. —¡Mami, mami! —grita, corriendo hacia mí—. ¡Vamos, vamos! ¡Quiero ver Milán y volar en el avión grande como dijo el tío Cory! —Tranquilo, mi amor. Ya
No lo llames casualidad es una novela escrita por Andrea Paz PS y registrada en SafeCreative bajo el código: 2402156935591. Se prohíbe cualquier copia parcial o total de la obra, ya que estará infringiendo los derechos de autor._________________________________━═ Maya ═━Mamá acaba de salir por la puerta, dejándome un rastro de su perfume y sus buenos deseos para esta nueva etapa de mi vida. Con ilusión, me entregó unos aretes de diamante que han pertenecido por generaciones a las mujeres de la familia Weiss. Realmente se ve emocionada por mi boda, y no la culpo. Justin y yo hicimos nuestra mejor performance para que nadie ponga en discusión nuestro compromiso.Mi relación con mi madre nunca ha sido estrecha. Me resultaba difícil entender por qué cedía a todos los caprichos de mi abuelo, mientras que yo, en mi rebeldía, siempre he sido independiente y fiel a mis propias ideas. Somos como el agua y el aceite, aunque de todos modos la quiero mucho, ya que siempre ha sido una buena mad
━═ Maya ═━Nuestros pasos hacen eco en los pasillos de la iglesia y cuando voltea a mirarme, puedo observar con mayor detalle lo guapo y joven que es. Su espalda es ancha y es bastante alto, ya que a pesar de mis tacones, debo mirarlo hacia arriba. Su cabello es castaño y unos mechones ondulados caen desenfadados sobre su frente. Salimos por una angosta puerta que da a un callejón, donde un taxi nos espera con el motor encendido.Mi desconocido acompañante, me abre la puerta, ayudándome a subir y la cierra una vez dentro. Rodea el vehículo y aborda conmigo.—¡Qué emocionante! ¿No me digan que es una novia fugitiva? —pregunta el taxista emocionado.—Algo así… —responde el desconocido.—Siempre quise hacer algo así, ya saben: “siga a ese vehículo”, o como ahora, llevándolos a ustedes —dice el taxista sonriente, observándonos con curiosidad—. Bueno, ¿dónde los llevo? —cuestiona, con una amplia sonrisa, sin dejar de mirar a mi acompañante y a mí.—Al aeropuerto —pido.El taxi se pone en m
━═ Joshua ═━Jadeantes, alcanzamos la puerta de abordaje justo a tiempo para escuchar el llamado final del vuelo seiscientos tres hacia Las Vegas. Las luces parpadean sobre la entrada, y la aeromoza nos recibe con una sonrisa profesional. Nos dirige a nuestros asientos, donde los ojos curiosos de los pasajeros se posan sobre nosotros.Un aplauso irrumpe en la cabina, cuando la gente asume que somos una pareja a punto de casarse en Las Vegas, o dispuesta a festejar ahí nuestra luna de miel. Maya sonríe incómoda, y yo le devuelvo una mirada cómplice. La incomodidad flota en el aire mientras nos acomodamos, entre felicitaciones efusivas y risas nerviosas de los pasajeros a nuestro alrededor.Una vez despegamos, el bullicio de la cabina se disipa, y nos sumimos en nuestros propios pensamientos. Mi mente retrocede a las palabras de Sunmi y la confesión sobre sus sentimientos hacia su jefe, el mismo hombre que abandonó a Maya en el altar. «¿Casualidad o destino? El destino parece disfrutar
━═ Joshua ═━Una leve sacudida en el hombro me despierta, y abro los ojos para encontrarme con una azafata sonriente que me avisa que estamos a punto de aterrizar en Las Vegas. Miro a mi alrededor, recordando todo lo que sucedió en las últimas horas. El zumbido constante del avión parece más intenso ahora que estoy de vuelta en la realidad.Al haberme dormido después de Maya, las horas de sueño fueron breves, pero durante ese tiempo mi mente no dejó de dar vueltas. Mis pensamientos se enredaron en los acontecimientos que ocurrieron en las últimas horas: la confesión de Sunmi, el pacto entre Maya y Justin; todo es un misterio que parece no tener fin. Además, no podía dejar de preguntarme por qué Sunmi aceptó ayudar en los preparativos de la boda. Me sentía inquieto al tratar de comprender cómo pudo soportar el peso de la situación mientras ocultaba su amor por Justin, y pensar en ello me atormentaba.Demasiadas preguntas rondan en mi mente, y ninguna de ellas parece tener una respuesta