Brown.
Ese es mi apellido, mi madre dice que es un honor ser una Brown pero no lo veo así, ¿que tiene de especial ser un sirviente? Ser el alimento de un vampiro frío y arrogante.
Pronto cumpliré mis 16 años, y es la edad en que tengo que convertirme en sirvienta de un vampiro, pero la verdad es que tengo miedo.
—ser una sirvienta es un honor Anne, te conviertes en la otra mitad de un vampiro, compartes un vínculo, sentiras el poder correr por tus venas —esas eran las constantes palabras de mi quería madre.
Es verdad que ya nunca envejeceria, tendría los mismos dones que un vampiro pero... No deseaba ser inmortal ni tampoco el poder, ser sirvienta era estar atada a alguien para toda la eternidad y no estaba lista para ello.
Tengo una vida perfecta, o bueno casi perfecta si no fuera por el simple hecho de ser una sirvienta.—¿me estas prestando atención? —mi amiga Regina refunfuña como niña pequeña.—lo siento —sonrió apenada.Ella pone los ojos en blanco y suelta un suspiro exasperada, es la quinta vez que me sucede lo mismo esta semana, pero no dejo de pensar en que pronto será mi cumpleaños, Regina es mi mejor amiga desde que entré a esta escuela, es baja con cabello color negro, piel blanca con ojos color café, sus labios son rojos y finos, su cuerpo es de envidia, tiene curvas muy bien definidas.—¿estas bien? —pregunto preocupada.
Me mire en el espejo por un largo rato, escudriñando cada rincón de mi, tengo cabello largo y rojizo, ojos color verde oscuro, piel blanca y tersa, piernas largas y cintura definida, pechos un poco grandes y trasero firme, sonreí de lado mientras me decía a mi misma que estaba siendo muy pretensiosa.Salí de la ducha y me gire bruscamente al sentir una mirada penetrante sobre mi, pero no había nadie en toda la habitación, convertí mis manos en puño y negué con la cabeza seguro fue solo mi imaginación.Hoy es el día que saldré con Leo, no pude evitar sonreír como una tonta al recordar su sonrisa tan perfecta, salte en toda la habitación como una adolescente enamorada al pensar en las posibilidades de este gran día. Pero el sonido brusco del telé
Era la cita perfecta con el chico perfecto, Leo es caballeroso y muy gentil, siempre tiene comentarios elocuentes y muy bien pensados.—¿asi que no piensas celebrar tu cumpleaños? —pregunta Leo de forma incrédula.—mi familia no... —¿que podía decir? ¡Claro que habrá una celebración, me unire a los vampiros en mi cumpleaños y me convertiré en una sirvienta como obsequio de cumpleaños! Suena ridículo y absurdo.—comprendo, no te preocupes Anne —respondió Leo con una sonrisa compasiva.Leo me tomo la mano minutos después y yo no podía contener la emoción a
Leo me dejo en casa y camino conmigo hasta la puerta, sus manos me sujetaron de la cintura con cuidado y sus bellos ojos color miel me miraban con Ternura.—a sido un día increíble gracias Anne —Sonrió y acerco sus labios a los míos y nos fundimos en un profundo beso, sus labios eran tan suaves y adictivos que no quería separarme de ellos, pero tenía que pensar sobre lo que haría después.—gracias por traerme a casa, adiós Leo —dije con un nudo en la garganta.—nos vemos el lunes en clase —esas palabras rompieron mi corazón, no podía... No lo vería.—fue una cita perfe
Sentía que mis ojos pesaban demasiado como para abrirlos, murmullos se comenzaban a escuchar en el lugar.—señor Vintag, lamento las molestias que Anne a causado —podía reconocer esa voz, era de mi madre.Me levante con dificultad y observe la habitación en la que me encontraba, era inmensa con una gran cama con sábanas negras, las paredes eran de color blanco con pequeñas decoraciones rojas, había una mesa de noche junto a la cama y un escritorio cerca de la ventana, había un armario espacioso y un balcón precioso. La habitación se miraba realmente lujosa sin duda tenía que estar en un lugar importante.Salí al balcón con paso lento para no hacer ruido pero en el fondo sabia que era inútil, los vampiros pod
Sentía que mis ojos pesaban demasiado como para abrirlos, murmullos se comenzaban a escuchar en el lugar.—señor Vintag, lamento las molestias que Anne a causado —podía reconocer esa voz, era de mi madre.Me levante con dificultad y observe la habitación en la que me encontraba, era inmensa con una gran cama con sábanas negras, las paredes eran de color blanco con pequeñas decoraciones rojas, había una mesa de noche junto a la cama y un escritorio cerca de la ventana, había un armario espacioso y un balcón precioso. La habitación se miraba realmente lujosa sin duda tenía que estar en un lugar importante.Salí al balcón con paso lento para no hacer ruido pero en el fon
—¿¡tienes idea de los problemas que causaste!? —gritaba mi madre con enojo y decepción.—y tu, ¿tienes idea de todo lo que deje por estar aquí? Yo no quiero el poder mamá, ¡quiero una vida normal! —¿era tan difícil entender eso?Mi madre suspiro con decepción mientras que caminaba en dirección a la silla frente a mi.—no puedes escapar de esto Anne, entiendelo de una ves y resignate —murmuró entre dientes con desdén.—eso ya lo veremos —la mire desafiente y ella se levantó de golpe para caminar a la salida.
Me sentía nerviosa y ansiosa por discutir con Neferet sobre mi estadía en este castillo, no esperaba que fuera permanente, tenía la esperanza de salir y visitar a Leo... Saber que esta bien y poder darle una explicación sobre lo que pasó.—¿estas bien? Te veo muy nerviosa —comentó Esmeralda con expresión divertida.—supongo que lo estoy, Esmeralda ¿tu crees que el señor Neferet me deje ir en unos meses? —la expresión de Esmeralda se vuelve seria y me mira de reojo por un momento, parece incomoda y sorprendida por mi pregunta.—no será algo tan sencillo Anne, el... Espero mucho por ti —dijo al cabo de un rato.