Vítor
Fueron dos días de búsqueda angustiosa y desesperada. Desde el momento en que supe del secuestro de Sophia, cada segundo parecía una eternidad. Intenté seguir pistas, contactar a conocidos, buscar cualquier información que pudiera llevar al paradero de ella, pero todo fue en vano. La desesperación y la impotencia se apoderaron de mí mientras el tiempo pasaba sin noticias.
Finalmente, Bernardo llegó con la noticia del entierro de los abuelos de Sophia. La sensación de alivio temporal por saber que este aspecto había sido resuelto fue rápidamente eclipsada por la urgencia de encontrar a Sophia. Bernardo parecía abatido, como yo, pero estaba enfocado en garantizar que esa parte del duelo fuera tratada adecuadamente.
― Bernardo, ¿y Sophia? ¿Qué descubriste? ― Pregunté, mi corazón acelerado con la ansiedad y la esperanza
SophiaAbrí los ojos lentamente, tratando de ubicarme. Estaba acostada en una cama desconocida, en una habitación extraña que no reconocía. Al mirar a mi alrededor, mi mente comenzó a llenarse con destellos de la tragedia que había ocurrido dos días atrás.Los rostros de mis abuelos vinieron a mi mente. Los vi allí, frente a mí, asesinados brutalmente por Tomás. La escena se repetía en mi cabeza, y no podía escapar de la sensación de terror e impotencia que sentí en ese momento.Intenté levantarme de la cama, pero pronto me di cuenta de que algo no estaba bien. La puerta de la habitación estaba cerrada con llave. Mi corazón comenzó a latir más rápido, y un sentimiento de desesperación se apoderó de mí. Grité, pidiendo ayuda, esperando que alguien pudiera escucharme y venir
SophiaYa estaba despierta. Estaba esperando a Tomás traer el desayuno, estos tres días aquí encerrada conseguí aprender más o menos la hora en que viene a traer el desayuno. Es dos horas después de que el sol ya ilumina este cuarto por la ventana con barrotes. Me siento en una prisión atrapada de este modo y aún va a ser peor: creo que estoy cerca de tener a mi hija, esta madrugada empecé a sentir contracciones, leves, pero sentí. Y está este viaje que Tomás quiere hacer en este estado. Hasta intenté convencerlo en la cena de ayer.***― Amor, la cena está lista. Hice cordero a la parrilla con verduras salteadas, les va a gustar. ― Entró en la habitación sonriendo y sosteniendo esas esposas. Miro ese objeto y luego lo miro a él.― Bien podrías no poner eso esta noche, ¿no? ― Me levanté de la cama, pi
VítorEstaba en otra reunión aburrida aquí en Carvalho Engenharia Ltda.. Me estaba muriendo después de la noche anterior. Mi querido hermanito me obligó a ir a esa maldita reunión. Yo no estaba de humor para ir, por no hablar de que estas reuniones con los clientes son muy aburridas. Ahora mismo me encuentro con uno de nuestros queridos y aburridos clientes. El Sr. Benjamin Monteiro, propietario de Monteiro Residencial.- Señor Monteiro, llevamos aquí más de una hora y no llegamos a ninguna parte. Ya me duele la cabeza. Mi tiempo cuesta dinero. ¿Podría dejarse de rodeos e ir al grano? - dije golpeando la mesa con el bolígrafo. Ya estaba impaciente.- Por eso prefiero a Bernardo que a ti. ¡Eres muy insolente! - refunfuñó el moreno, sentado frente a mí.¡Que me jodan! Bernardo, ¡te voy a matar por esto! Me incliné hacia delante, apoyando los brazos en la mesa de cristal y me enfrenté a él.- ¡Escuche, señor! En primer lugar, diríjase a mí como Sr. Carvalho y no a usted. Mi querido herma
Vítor- ¡NO PUEDO CREER QUE HAYAS HECHO ESO, VITOR! ¡INACREDIBLE! - Mi hermano se levantó de la mesa del comedor. Pareces muy enfadado después de lo que pasó en la reunión que tuve con el señor Monteiro.Mientras él gritaba por encima de la mesa, yo seguía saboreando mi carré de cordero. Tengo que decir que está delicioso. María, nuestra camarera, se lo ha currado.- ¡Qué maravilla! Estoy aquí diciéndote que no deberías haberle hecho esto a nuestro cliente más antiguo, ¡y ahí estás, disfrutando del cordero! - Me miró fijamente.- ¡Es magnífico! ¡Tienes que probarlo! ¡María mató a ese cordero! Es suficiente para hacerte la boca agua. - Cogí mi copa y di un sorbo a mi Chateau Latour.- Vitor, el Sr. Monteiro es nuestro cliente más fiel. ¡Pediste una garantía! ¡No exiges acciones como garantía! Luego, no satisfecho, ¡le hiciste firmar un contrato sin haber hablado con su abogado! Eso es mucho...Levanté el dedo índice señalándole, con la taza en la mano.- Inteligente. No hace falta que
Vitor- ¡Joder, Bernardo! ¡Es una mierda que me hayas traído a esta clínica de mierda! ¡Te dije que estoy bien! - Me quejé.Estábamos en una sala esperando al médico, que fue a buscar los exámenes.- Debido a esto, tuve que cancelar un almuerzo con una rubia. Porque mi querido hermano estaba preocupado por mi salud.- ¡Puedes parar, Vitor! Luego vuelves a hacer un trato con esa mujer. Sabemos muy bien que no es importante... - dijo Bernardo mirándome fijamente. - ¿Cómo que no es importante? - Le corté. - ¡El sexo es importante! ¿O crees que un hombre de mi tamaño se va a masturbar como un adolescente? ¡Venga ya! - recalqué.Agachó la cabeza de un lado a otro, sin creérselo.- Escucha, Vitor, hace dos meses que no estás bien. Cansancio, fuertes dolores de cabeza, náuseas, dolor en las rodillas... - Desvió la mirada hacia la puerta, para ver si había llegado el médico. Cuando no apareció, volvió a mirarme. - No olvides que delante de los proveedores que habíamos contratado esa mañana,
VitorHace quince días estaba en casa descansando después de que el médico me diagnosticara leucemia. Al principio no quería que volviera a trabajar, pero le convencí de que si no lo hacía, ¿quién se haría cargo de la empresa? Yo soy el que hace todo en la empresa para que no vayamos a la quiebra. Bernardo no podía ocuparse de la empresa, tenía que ir a la clínica a hacerse las pruebas que le había mandado el médico. El médico me dio unas medicinas para el dolor de cuerpo que sentía y también para aliviar las manchas que me estaban apareciendo en el cuerpo. No podía permitirlo. Especialmente si tenía una chica caliente follando conmigo. Estábamos sentados de nuevo en esta clínica esperando a que el doctor volviera con los exámenes.- ¿Por qué coño tarda tanto este médico en traer los exámenes? - me quejé, echándome hacia atrás en la silla y dando golpecitos con el pie en el suelo.Me di cuenta de que mi hermano estaba callado y pensativo, con el torso hacia delante, apoyado con los b
VítorMe acerqué a la silla y tiré de ella para sentarme. Pensaba que todo estaba perdido, empezaba a aceptar mi muerte, porque no iba a estar hospitalizado y tumbado en una cama tomando un cóctel de medicamentos, enfermo y calvo para quizás curarme de esta puta enfermedad. ¡Ni hablar! Pero parece que estoy teniendo suerte. Este doctor dijo que hay otra manera.- Estoy sentado aquí, doctor. ¿Ahora me lo explicará mejor? - pregunté echándome hacia atrás en mi silla mirándole.- Sí. Hay otra alternativa, pero... -en ese momento mi hermano se acercó y sacó una silla para sentarse. Yo prestaba atención a lo que decía el médico.- ¿Es eso cierto? - preguntó Bernardo al médico. Miré a mi hermano.- ¿De verdad, Bernardo? ¿Estás dudando del médico, tú más que nadie? - le dije irónicamente, y entonces volvió la cara para mirarme. Le sonreí.- Esto es serio, Vitor, ¿y tú crees que es gracioso? - Me señaló.- Señores, sé que en este momento están alterados y también nerviosos, pero puedo decirle
SophiaEstaba allí de pie preguntándome de qué quería hablarme mi jefe. Y de repente sentí una mano en el hombro, que me hizo dar un respingo del susto.- Hola, Sophía. Cálmate, soy yo, Tomás. - Me cogió la mano.Le miré y se me saltaron las lágrimas.- ¡Sofía! ¿Por qué lloras? Voy a ir allí y enseñarle a ese viejo idiota...Se estaba arrancando el delantal y tirándolo a la encimera, que está allí en la cocina. Se iba y le cogí del brazo.- ¿Qué vas a hacer? - Tiré de él para que no se fuera. Luego levanté la mano y me sequé la cara.- ¡Voy a ir a decirle que no te trate así! - dijo mirándome.- No hagas eso. Me preocupa otra cosa... -le dije a Tom, que se acercó.- ¿Qué te preocupa? - me preguntó cogiéndome la mano.- ¿No has oído lo que ha dicho?Negó con la cabeza. Justo cuando iba a hablar, alguien se acercó.- Sophia, la pareja a la que estabas tomando nota ya está lista", dijo el ayudante de Tomas. Giré la cara para mirarle.- Caramba, acabé olvidándome de los clientes. - Suspir