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Capítulo 04. Jamás podrás unir a licántropos y vampiros

   Dragos fue a su habitación, quería sentirse él mismo de nuevo. Jamás a lo largo de su existencia sintió lo que siente por Sophia.

   Era una liga de sentimientos y ese era el problema, Dragos había bloqueado sus sentimientos y ahora regresaron y él no podía hacer nada por frenarlos, así que luchaba contra ellos.

   «Recuerda lo que le pasó a tu padre, la diosa quiere destruirme, pero no se lo permitiré, como siempre he obrado le daré vuelta a mi desgracia y sacaré partido de ello»

   Dragos sin poder dejar de pensar en Sophia analiza lo que pasó. Se sorprendió que Sophia tuviera recuerdos de haberlo conocido, se suponía que siendo humana debía ser por completo vulnerable, pero eso demostraba que ella tenía un gran poder, solo que ella lo malogró.

   Dragos se metió a la ducha y lo invade el recuerdo de los labios de Sophia, de su aroma y sabor, furioso porque ahora tiene una erección en toda regla sale del baño y consigue informes de vampiros jefes de nidos de transformados en su escritorio, era demasiado desalentador para los pocos días que se ausentó; el mundo después de la muerte del anterior rey de los licántropos era otro.

   Preocupado por la situación decide concertar una reunión, alejarse de Sophia y centrarse en los problemas de su reino, pensó que eso le daría la perspectiva correcta y podría de nuevo no sentir nada.

    Ivantie es el más fiel y allegado de su servicio, le tenía la mesa servida con delicateses de su chef personal, Dragos contento probó la comida, cerró los ojos exasperado, no tenía sabor, al igual que todo lo que ha comido después de que probó la sangre de Sophia, la comida era cartón y la sangre de la chica del callejón completamente asquerosa.

   Dragos resignado apenas pellizcó la comida.

   — ¿Algún problema con la comida señor?

   Dragos ignoró a su sirviente.

   — ¿La chica sigue dando problemas?

   —No señor, se ha quedado callada, quería saber ¿cuál es el trato que recibirá la chica, es su rehén?

   Dragos se levantó y limpió con una servilleta de lino.

   —No sé cómo describir qué diablos es ella, Ivantie, por lo pronto dejaré que extrañe el mundo exterior, así aprende quién manda.

   —Como ordene señor.

   —Voy a la reunión con los jefes de los nidos más importantes del continente, necesito saber cómo están.

   —Señor, desde que cayó el antiguo rey de los licántropos, los nigromantes que lo respaldaban son libres y quieren reinar sobre los vampiros, lamentablemente en apenas días han diezmado la población al destruir a vampiros creadores, los torturan, los obligan a incinerarse ellos mismos al no poder darles lo que buscan, quieren entrar aquí, acabar con usted.

   Dragos apretó las mandíbulas.

   —Estoy en eso Ivantie, nuestra amiga de la torre ayudará con eso.

   En el cuarto de la torre había un extremo en lo alto donde tres bloques se habían desprendido, la luz de la luna se filtró por allí.

   Sophia en posición fetal en una esquina siente la luz de la luna en su cara y voltea hacia arriba.

   —Querías verme, aquí estoy, finge que te importo si quieres —musitó Sophia dirigiéndose a la diosa de la luna que le hace saber que la ve y escucha.

   Sophia cerró los ojos de nuevo, una vez más la debilidad fría se esparce por su cuerpo y tiene su corazón haciendo paréntesis en el bombeo, sabía que estaba muriendo.

   Se concentró en recordar a Dorian y una lágrima surcó su rostro, el recuerdo no era igual, no lo añoraba como antes y sintió rabia, no era justo que su loba dirigiera su corazón si no podía acoplarse por completo a su cuerpo, curarla y hacerla fuerte.

   — ¿Por qué me hiciste esto? —Preguntó mirando la luna—. Si no ibas a perdonarme al menos pudiste matarme, ¿para qué la lección?, ¿qué aprenderé amando a una bestia?, solo me convertiré en una —se ríe ante la ironía—. Igual ya todos me veían como una bestia y un caso perdido.

   Sophia miró hacia arriba bañada por la luz de la luna.

   —Llévame de este mundo, permíteme ver a mi padre, libérame por favor —imploró a la diosa de la luna.

   Nada ocurrió y ella lloró ahora con gritos y desespero, sacó fuerzas de donde ya no tenía y golpeó el suelo de piedra con sus puños.

   — ¿Por qué no soy yo digna de tu misericordia?, a mi hermana la llevaste al lugar de los dioses, viniste en persona a darle poderes especiales, en cambio para mí solo hay sufrimiento, y cuando creo que todo va a mejorar, me das una loba defectuosa y además me emparejas al más cruel de los seres para que me torture, a mí no me soporta ni siquiera mi familia. Sé que soy poca cosa para el mundo, pero no merezco ser un experimento. Él no me quiere, ¡jamás podrás unir a licántropos y vampiros! Solo déjame morir…

   Una explosión la hace abrir los ojos apenas, la puerta del cuarto está hecha añicos.

   — ¡Sophia!, hey no te mueras niña, lucha un poco más.

   Sophia trata de ubicar quien le habla, pero ya no puede ver nada.

   —Zack, te juro que si Sophia muere no moveré un dedo para defenderte, solo a ti se te ocurre confiar en Dragos Vlad.

   Cuando Zack de camino a Transilvania le explicó a su esposa lo que había ocurrido y que él sabía antes de la transformación de Sophia que Dragos era su pareja destinada se puso furiosa, al llegar al reino de Dragos y enterarse que estaba en la torre fue peor.

   —Agata, mi vida, Dragos no sabe que ella está tan mal, no le dije que mientras más sangre de él consuma más cantidad necesita hasta que finalmente deba completar el vínculo, él no la quiere muerta.

   —Pues es exactamente lo que está pasando, Briana le declarará la guerra a los vampiros si muere su hermana y a ver qué lado tomas.

   Zack conjuró una ampolla de sangre y la ofreció a Agata.

   —La sangre de Dragos tiene varios usos, tengo algo conmigo.

   —Dame acá despreciable mentiroso —le arrancó Agata y la abrió en los labios de Sophia.

   —Agata, no te enojes conmigo, yo siempre estaré de tu lado, no de nadie más.

   —Ahora mismo estoy muy enfadada contigo, porque nos comprometimos a cuidar a Sophia cuando Dragos no le hace caso ni a la misma diosa.

   —Dragos no la dejará morir, pero recuerda que le prometiste ayudarlo a tolerar la necromancia y si no le cumples no quiero a Dragos como enemigo y la única manera de que puedas conseguir ese hechizo es con Sophia, solo estoy velando por nuestra seguridad.

   —Ve al castillo, Sophia es la reina de este sitio y si no le dan el puesto al menos le darán un lugar en el castillo y no en esta pocilga para reos.

   Zack se acercó y le robó un beso a Agata antes de desaparecer, Agata sonrió, ella amaba a su esposo, aunque fuera un muérgano.

   —Sophia, ¿estás mejor? —Indagó Agata angustiada dándole golpecitos en la mejilla.

   Sophia abrió los ojos poco a poco.

   —Agata… Sí, me siento mejor.

   —Ahora tengo varias cosas que hablar contigo, porque si quieres mantenerte con vida en el reino de Dragos Vlad tienes que aprender a comportarte.

   —Yo no me arrodillaré ante un vampiro despreciable.

   —Sophia, si del cielo te caen limones, aprendes hacer limonada y no te preocupes, no creo que siendo pasiva logres avanzar con Dragos, debes comportarte como una Loba Alfa, Sophia Lewis, eso es lo que eres, una Alfa loba que ahora es reina de los putos colmilludos…

   En cuanto Zack llegó al castillo, Dragos salió de sus aposentos y lo miró sonriendo.

   — ¿Dónde está Sophia? —preguntó Zack.

   —No te hagas que con lo metomentodo que eres ya debes saber que está en la torre.

   — ¿Le diste sangre antes de tirarla en el lugar más horrible de tu reino?

   —Claro que le di.

   — ¿Cuándo?, estaba prácticamente muerta cuando llegamos —espetó Zack molesto—, Agata le dio de mis ampollas que guardo con tu sangre para emergencia.

   — ¿No murió? —preguntó Dragos sin mostrar preocupación alguna.

   —Se salvó, pero apenas —confirmó Zack y caminó junto a él ya que Dragos ni siquiera paró a conversar.

   Dragos caminó resuelto hacia la entrada, lo esperaba el chofer con la puerta del auto abierta.

   — ¿A dónde vas, Dragos? —Inquirió Zack exasperado.

   —Mi reino estuvo descuidado por el tiempo que pasé fuera, convoqué una reunión de líderes de nidos, ahora que los vampiros están consiguiendo parejas destinadas es un problema enorme las uniones con otra raza, estamos siendo atacados y muchos se irán a otros bandos por miedo.

   —Deben escoger un bando y lo conveniente es que te abandonen, pero los hijos híbridos de quienes tengan parejas licántropos estarán bajo el dominio de Gerald, tu medio hermano híbrido, es por eso que debes hacer un pacto con la manada suprema.

   — ¿Y no fue lo que hice? —Expresó Dragos abriendo las palmas—. Le quité a la niña malcriada, soy familia de ellos ahora.

   Dragos se montó en la parte de atrás del vehículo.

   —Dragos, no puedes irte sin Sophia, ella necesita más sangre cada menos tiempo.

   —Tardaré a lo sumo dos días en regresar, sé que tienes suficientes ampollas.

   —Esas son para una emergencia para mí.

   —Yo no estaré, eso implica una emergencia para todos, no la dejes morir.

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