Capítulo 5

Matthew

El eco de mis pasos resuena en la enorme sala vacía mientras camino de un lado a otro, esperando. He estado en muchas situaciones incómodas a lo largo de mi vida, pero esta... esta supera cualquier cosa que haya imaginado. Pedirle a una camarera que finja ser mi novia. Suena ridículo incluso en mi cabeza, pero no tengo opción.

La puerta se abre, y la veo entrar. Isabella. Su cabello rizado enmarca su rostro de forma casi desordenada, pero hay algo en su porte que me llama la atención. Camina con la cabeza en alto, segura, como si estuviera entrando a cualquier lugar excepto la mansión Carrington. No puedo evitar admirar su confianza, su determinación, incluso cuando sé que está enfrentando dificultades.

"Gracias por venir", le digo, tratando de sonar casual. Ella asiente, pero no dice nada al principio. Sus ojos me observan con cautela, como si estuviera midiendo cada palabra que digo. No puedo culparla.

"¿Por qué estoy aquí?", pregunta finalmente, cruzando los brazos frente a su pecho. La franqueza en su tono me toma por sorpresa, pero decido que es mejor ser directo.

"Necesito tu ayuda", le respondo. "Quiero que te hagas pasar por mi novia en una boda."

La incredulidad cruza su rostro por un segundo, y por un momento creo que va a reírse en mi cara. Pero no lo hace. En cambio, su mirada se vuelve más intensa, como si tratara de leer entre líneas.

"¿Por qué yo?" Su pregunta corta el aire entre nosotros. "No tienes otra opción... o es solo porque me viste peleando aquella noche?"

Sus palabras me hacen retroceder. No lo había pensado de esa manera, pero ella tiene razón. Tal vez lo que vi en ella esa noche, su valentía, su decisión de defenderme sin esperar nada a cambio, fue lo que me empujó a hacer esto.

"Hay algo en ti", confieso, sin mirar directamente a sus ojos. "Tu determinación, tu coraje. Quiero que me ayudes a mantener una fachada, pero sé que no eres como las demás mujeres que conozco. Tú no te conformas."

Isabella frunce el ceño, claramente incómoda con lo que acabo de decir. "No sé qué piensas que soy, pero no soy parte de tus juegos, Matthew."

Le devuelvo la mirada, sorprendido por la fuerza en su voz. "Esto no es un juego para mí. Créeme, si pudiera hacerlo de otra manera, lo haría. Pero mi familia espera que aparezca en esa boda con alguien, y no puedo confiar en nadie más para esto."

Por un momento, el silencio nos envuelve, pesado y lleno de preguntas sin respuesta. Finalmente, ella suspira y toma asiento en una de las sillas cercanas, sin dejar de observarme. "Si voy a aceptar esto, necesito saber más. No voy a entrar a ciegas en tu mundo de ricos y falsedades."

Me siento frente a ella, dispuesto a ser tan sincero como sea posible. "¿Qué quieres saber?"

Isabella me mira directamente, sus ojos oscuros reflejan un cansancio que no había notado antes. "¿Por qué estás tan desesperado como para pedirle esto a alguien como yo? ¿Por qué no a alguien de tu círculo?"

Respiro hondo, sabiendo que la verdad no será fácil de digerir, ni para ella ni para mí. "Mi hermano va a casarse con mi ex. La mujer que se supone que iba a ser mi esposa decidió que mi hermano era mejor opción. Y ahora, todos esperan que yo me presente solo, derrotado, mientras ellos se burlan de mí a mis espaldas. No puedo permitirme eso."

Ella no dice nada al principio. Solo me observa, como si intentara procesar todo lo que acabo de confesar. Finalmente, habla, su voz más suave de lo que esperaba. "¿Y qué gano yo con esto? Porque no soy la chica que solo aparece para ayudarte a mejorar tu imagen."

Sonrío. Era justo lo que esperaba de ella. "Dinero. Puedo pagarte lo suficiente como para cubrir el semestre de la universidad, y más. Y sé que necesitas el dinero."

Isabella desvía la mirada, claramente molesta de que yo sepa tanto de su vida. Pero no lo niega. Ambos sabemos que estoy en lo cierto.

"No quiero tu caridad", dice, pero su tono es más vacilante.

"No es caridad, Isabella. Es un trato. Me ayudas, y yo te ayudo. Solo será por unos días. Solo tienes que fingir que somos algo que no somos."

Ella se queda en silencio por unos minutos, considerando la propuesta. Veo cómo su mente trabaja, evaluando los pros y contras. Finalmente, se vuelve hacia mí de nuevo, con una expresión firme.

"Está bien. Acepto. Pero quiero dejar algo claro: esto es un acuerdo de negocios. Nada más. No pretendas que soy una de esas chicas a las que puedes manipular."

Asiento, respetando su postura. "Lo entiendo."

La tensión en el aire parece aliviarse un poco, pero sé que aún queda mucho por discutir. Le paso un vaso de agua y, por primera vez, Isabella parece relajarse un poco.

"Vamos a necesitar conocernos un poco más", dice, con una media sonrisa que casi parece una broma. "Si vamos a engañar a tu familia, al menos debemos tener una historia coherente."

La miro, sorprendido de lo rápido que se está adaptando a la situación. "Tienes razón. ¿Por dónde quieres empezar?"

Ella se encoge de hombros. "Supongo que lo básico. Nos conocimos en la fiesta, pero... ¿cómo seguimos viéndonos? ¿Cómo empezamos esta relación?"

Pienso por un segundo. "Podemos decir que te busqué después de aquella noche. Que no podía sacarte de mi cabeza. Lo cual, honestamente, no está tan lejos de la realidad."

Isabella rueda los ojos, pero sonríe. "Está bien. Supongo que eso puede funcionar. Pero tenemos que ser más específicos."

Y así pasamos la siguiente hora, hablando de nuestras supuestas vidas juntos, armando una historia que sea lo suficientemente creíble. Descubrimos que no tenemos mucho en común. Ella es una luchadora, una soñadora. Yo... bueno, soy lo que soy. Pero, a pesar de nuestras diferencias, no puedo evitar admirarla más con cada palabra que dice.

En un momento, mientras ella habla sobre su vida, menciona algo que me deja en silencio por un instante. "Soy huérfana", dice, sin drama, pero con una sinceridad que me golpea. "Cuando cumplí 18, decidí que no podía seguir esperando que alguien viniera a salvarme. Así que me fui, empecé desde cero."

La miro fijamente, sintiendo una mezcla de admiración y respeto. ¿Cómo alguien como ella, que ha tenido tan poco, puede ser tan fuerte? Es un contraste brutal con mi vida, donde todo me ha sido dado sin esfuerzo.

—Te admiro - digo sin pensar. Ella me mira sorprendida, pero no responde. Solo asiente ligeramente, como si estuviera aceptando mis palabras a regañadientes.

Y en ese momento, me doy cuenta de que este trato es mucho más que una fachada. Isabella no solo va a ser mi novia falsa. Va a desafiar todo lo que creía saber sobre las personas, sobre la vida, y sobre mí mismo.

Gracias por leer este capitulo.

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