Capítulo 2.9Kisha.Manejaba por las calles de forma distraída, sin pode evitar acariciarse el vientre con amor.Llevaba un milagro dentro, uno que le hacia querer derramar varias lagrimas. En este tiempo no se permitió ilusionarse sobre el hecho de poder ser madre, parecía algo totalmente imposible, había aceptado el destino que le toco.Sin embargo, eso era posible, llevaba dos frutos de su amor creciendo dentro suyo y no podía evitar el revoltijo de emociones.Una parte de ella deseaba contárselo a Ignatiev, otra había planeado su huida. Irse lejos de todo el mundo oscuro que la rodeaba, proteger a los hijos que cargaba dentro.Le dolía pensar aquello, no era una posibilidad barajadle, no poda separarse de su familia, del hombre que amaba, el jamás se lo perdonaría.Salió de sus pensamientos cuando faltaban pocas calles para llegar al casino, se acomodo en el asiento sintiendo la estrechez que comenzaba a apretarle la cintura.Siempre tubo el abdomen plano, ahora cuando se miraba a
Capítulo 3.0Kisha.Estaba desnuda frente a su madre, totalmente expuesta. El secreto que había comenzado a guardar siendo rebelado.La expresión de Nikkita era una mezcla entre alegre y confusión. Kisha no podía hacer más que mirar el bote de pastillas en las manos temblorosas, intentando encontrar su voz perdida.—¿Ignatiev lo sabe?.La voz de su madre era apenas un susurro, no sabia quien de las dos se encontraba más estupefacta.Ordenando a su cerebro a que reaccionara Kisha camino nuevamente hacia el baño, tomando una bata para envolverla a su alrededor.El cabello le goteaba, manchando con pequeñas gotitas el piso de parqué.Cuando volvió a la habitación Nikkita se encontraba sentada en la cama, la mirada fija en las vitaminas prenatales, como si aquello dos botes le fueran a dar las respuestas que estaba buscando.Se dirigió hacia ella tomando asiento a su lado.—No lo sabe, y tampoco quiero que lo sepa, aún.Tenia la voz temblorosa, diciendo aquello en voz alta se sentía peor
Capítulo 3.1Kisha.¿De aquella forma se sentirían los hombres penados a muerte?, Kisha no lo sabia, sin embargo se lo pregunto mientras subía las escaleras que la llevarían a la oficina.Le temblaban las piernas, hacia muchos años no sentía miedo. Tubo el deseo intenso de prenderse un cigarrillo para calmar las ansias que llevaba dentro.Agradeció de sobre manera no tener una cajellita al alcance de sus manos ya que, sitiándose la peor madre del mundo, sucumbiría al antiansiolitco que significaba la nicotina para ella.Cuando estuvo frente a la puerta del despacho tomo varias respiraciones intentando infundirse de un valor que no cargaba en aquel entonces. Abrió la puerta, pensando en como se disculparía de Ignatiev por esconderle un secreto de tal magnitud.—Lo siento, no estaba preparada para contártelo.Busco a Ignatiev en la habitación, encontrándolo cerca del ventana mirando hacia las personas de abajo. Tenia un vaso de Vodka en las manos, lo observo tomar varios sorbos antes de
Capítulo 3.2Kisha.Llego a la casa de la doctora Miller cuando el reloj del salpicadero marcaba las doce de la noche. Observo la vivienda a oscuras, sabiendo que Sarah estaría durmiendo.Después de todo tendría que despertarse temprano para ir al hospital.Se mantuvo dentro del coche varios minutos, analizando en su cabeza que le diría a aquella mujer que apenas conocía. Se mordió el labio, tomando una respiración tranquila se bajo del auto intentando convencerse de que estaba bien lo que haría.Llego a la puerta con las nauseas haciendo de sus entrañas un nudo.Toco una vez, y otra, y otra más.No hubo ruidos en la casa, apretó las puños sintiéndose derrotada dándose la vuelta en dirección al coche, dispuesta a continuar su plan en soledad.—Kisha, ¿Sucede algo?.Se dio la vuelta, clavando la mirada en la doctora Miller, se encontraba frente al umbral con una bata firmemente apretada a su alrededor.Su rostro era un mosaico de confusión.Kisha se acercó unos pasos, lagrimas quisiero
Capítulo 3.3Ignatiev. Ya se encontraban todos en la mansión, habían pasado más de seis horas y no tenían noticias de Kisha, ni un puto rastro. No podía más de la incertidumbre, ella cargaba a su hijo dentro y el lo había arruinado todo. Tenia miedo de lo que pasaría, de perderla. Se lo merecía por imbécil. —¿Señor?. — Salió de sus pensamientos observando al hombre que traspasaba el umbral de la puerta. Dimitrios llevaba una Tablet en sus manos y una expresión preocupada en el rostro. — Me he metido en las cuentas bancarias de Kisha, hace cuatro horas a sacado un total de tres millones de dólares en efectivo. El corazón comenzó a latirle con rapidez dentro del pecho, aquella suma solo significaba una cosa. Se iría, armando su vida en otro lugar. —¿Has registrado la población flotante en el aeropuerto?. No pudo contener el temblor en su voz, todos los presentes en la habitación se encontraban con el corazón en un hilo. Dimitrios cambio su mirada hacia el, penetrándola con las r
Capítulo 3.4Kisha.Faltaban pocos minutos para que su vuelo saliera, ya se encontraban llamando por los megáfonos a los pasajeros.Ambas se levantaron de los asientos con sus maletas en mano cuando Kisha sintió un revuelo en la entrada del aeropuerto.El corazón se le detuvo unos segundos al observar aquellos hombres vestidos de negro, liderados por tres demonios que conocía muy bien.Las personas comenzaron a apartarse del camino de Sasha, Marck he Ignatiev, reconociendo el peligro en el porte elegante de cada uno de ellos.La estaban buscando, pero ella se subiría en un avión mucho antes de que pudieran encontrarla.—Muévete, tenemos que subir al avión antes de que nos vean.Empujo a Sarah, demasiado hechizada por los hombres que caminaban como si todo el mundo les perteneciera.Comenzaron a meterse entre el gentío, Kisha con los nervios a flor de piel, mientras empujaba a los pasajeros que comenzaban a formarse.Llegaron primeras a las mujeres recibiendo los boletos, ganándose una
Capìtulo 3.5Kisha.Jamás había tenido una experiencia tan cansadora como aquella, embarazada, somnolienta, hambrienta, con el trasero entumecido y un corazón roto.No podía pasarle nada más.Acababan de llegar a Santa Catarina, eran las doce del mediodía y el sol parecía azotar la tierra con todas sus ganas.Comenzaron a arrastrar las maletas fuera del aeropuerto, Kisha sudaba como nunca antes en su vida. No estaba acostumbrada al calor, solía pasar los veranos en Rusia envuelta en pantalones térmicos y chaquetas abrigadas, esto parecía el maldito infierno.—¿Cuándo harà frìo?.Observó a Sarah, sudando al igual que ella. Ya se había desecho de los abrigos, quedando en una camiseta de mangas cortas.Le dedico una sonrisa burlona, guiandola fuera del lugar.—Nunca, aquí es una zona tropical, siempre hace calor, las noches son cortas, los días largos y los hombres tan ardientes como el mismísimo sol.Kisha apenas sonrió, recordando al único hombre ardiente que quería en su vida. El hom
Capìtulo 3.6 Kisha. Su cuarto era la cosa más hermosa que nunca había tenido el placer de apreciar. Una cama King Size en medio de la habitaciòn amplia, baño privado con bañera, un vestidor enorme en el que podrían entrar diez personas. Y lo más hermoso un extenso balcón de cara al patio trasero, donde una brisa cálida entraba a raudales acariciando la piel. Se imaginó allì en las noches, observando la luna y las estrellas. Su corazón brincó de una felicidad que pronto fue opacada. Le encantaría estar allì con Ignatiev, compartir una noche mágica a la luz de unas estrellas que aùn no conocía. —¿Puedo pasar?. La voz de Sarah la sacó de sus pensamientos, sacudió la cabeza limpiándose unas lágrimas que no sabía cuando había salido de sus ojos. —Sì. Miro como la puerta se abría para darle paso a la doctora Miller, en sus manos había una pila de ropa pequeña. —Te he traído un par de cosas, son de mi mamá, espero que te queden. Kisha tomó las prendas en su mano, observando dos