Dije, Mojón me miró, veía las fotos de todos nuestros sobrinos.—Si tú no interrumpes en el club, Any habría encontrado solo muertos. Yo he sido un sicario, suelo perder el control cuando la ira me domina, he torturado, pero los tipos que he matado han sido más lacras que yo, en ocasiones pienso que tenemos mucho porque arrepentirnos, aun así, no concibo hacerles daño a los niños.—Todo es gracias a Rolad, Simón y Miguel. Ellos nos inculcaron cero abusos, cero maltratos a mujeres, cero matanzas a niños y mujeres. Solo gonorreas peores que nosotros.—Supongo que sí, pero desde que nacieron mis hijos me he puesto más sensible.—¡No que me lo digas!, jamás pensé que yo… el despellejador sin remordimientos ahora me ahueve con el balbuceo de su hijo y me derrita con las caricias de mi esposa. ¿Será que Inés tiene razón? Y a lo mejor Dios no preparó en un campo real para ¿poder entender y soportar esto?—Confió en que sea así. Si fuéramos policías infiltrados se habrían asustado, cohibido o
Había preguntado al agente.—Y más te vale decirnos, de lo contrario se te imputará un cargo más.—No lo sé, esas son negociaciones ajenas, pero en el sótano, del lado izquierdo, hay una entrada.Todas las personas que estaban presentes fueron detenidas, los encontrados en los reservados con mujeres adultas fueron capturados. A Any solo le importaba los niños y el agente del tesoro necesitaba aprender al gerente. Se dividieron.—Rata y Rasca culo por favor jaquea las cámaras de ese lugar y la de los agentes de Cooper, que siguen al agente del tesoro. Quiero ver todo.—Cooper, no dejes a Any sola y por favor envía dos de tus agentes a escoltar al señor Leopoldo que acaba de llegar, está ingresando, es el jefe del hombre que se presentó como funcionario del departamento del tesoro. Que lo cuiden. —dije—. Huelo a podredumbre.—En seguida Sombra. Gracias. —¿Qué no nos has dicho?, o ¿qué estamos pasando por alto?Aníbal seguía atento a todo. Miré a Cereza, a él le había pedido el favor de
Roland me contó anoche muchas de las cosas que acontecieron. Si fue como las encerronas realizadas para destruir el cartel de Colombia, no me imagino lo que orquestaron en España.Anoche llegaron a Blanco Arnold y Kevin, después de estar con sus familias vinieron a ver a Inés, después de eso llegó mi esposo. Hoy domingo me dijo que en la mañana Arnold se quedaría trabajando, en la tarde él después del almuerzo familiar en la casa de mis padres que era sagrado, quien no se encontraba era porque no estaba en la ciudad.Freddy y Arinka se quedaron en su apartamento, mientras Alfredo se ha instalado en nuestro rancho los fines de semana, del resto de días duerme en San Antonio, entre semana viene tres veces. Ya están sincronizados trabajando, turno día y noche, no me dijo cuál era el próximo objetivo, la desconfianza me la gané a pulso.Lo veo dormir, cada día lo admiro más. —comencé a acariciarle el pene—. Son las cuatro de la mañana, me embobé masajeándole los testículos, sintiéndome po
Se me arrugó el alma, ver la alegría en esa mirada. «Señor Dios, protégemelos». Cuando la maestra los invitó a ingresar, Victoria tenía los ojos cristalinos, tomó de la mano a Liam, nuestro colado tenía la boquita como pico de pollo, hacia un gran esfuerzo para no llorar. Dante se ubicó al lado de su hermano menor y Enrique al lado de su hermana. Al notar lo tristes que estaban habló.—¡Mami, papi! ¿Van a estar afuera cuándo salgamos?Debe de haber una conexión especial al ser gemelos. Lo relaciono como ese hilo invisible que hay entre madre e hijos, o Dante se las huele en el aire.—Sin falta, hijo. —miró a Liam.—Papi siempre cumple, no llores. Vamos a reírnos.Verónica era un mar de lágrimas y yo apretando culo como dice Gustavo para no ponerme a la par. ¿Cómo unos carajitos me ahuevaron?—Un cuarteto peculiar.Dijo la maestra que permaneció en silencio mientras nos despedíamos de ellos.—Liam. —Verónica no pudo hablar.—Profesora, Liam es un poco más lento para comprender, no es
La rutina ha cambiado desde que mis intrusos estaban en la escuela, ya pasó el mes. Verónica volvió a ejercer su profesión de veterinaria, feliz y mujer feliz, hombre feliz, las escapadas que nos damos para consentir a mi verga son monumentales.Parecemos recién casados, raro o no, teníamos tiempo de no culear a las diez de la mañana; nuestra rutina, aunque era muy activa, se limitaba a después que los intrusos se durmieran o antes que despertaran.En el día, estábamos vetados, cuando lo hacíamos siempre nos interrumpían y me tocaba quedar a la mitad; dejar las bolas moradas es un dolor del, putas. Verónica hoy pasa a recoger a los niños, porque va a comprarle el regalo a Gregorio que cumple mañana, Shirly quiere hacerle el cumpleaños por todo lo alto.Aníbal cada vez va mejor, ya habla más claro, ya da pasos, tiene un caminador y muletas por momento, él nos lleva a un ritmo acelerado. No ve la hora de volver a entrenar con nosotros.Rata diseñó una rutina de entrenamiento, los que es
—Roland.—Dime.—Me hubiera gustado tener un papá como tú. No creo que les dé más ganas de hacer travesuras.—Podrán hacerlas, solo que deben de tener la capacidad de entender que si las hacen y trae consecuencias tendrán que asumirlas, aquí estaré como padre. Pero jamás intercederé para sacarlos del mierdero.—¿Esa es la moraleja?—¿Cuál?—Si hacen el mal y se van a la cárcel, tú los visitarás, pero no los sacarás.—Exactamente. Si es culpable pagan, si son inocentes los defiendo a capa y espada.—Ya te mando el nombre de los medicamentos.—¡Papi! ¿Ya está limpio?Vi tanto cansancio en sus ojitos, Enrique estaba muerto, Dante esperaba mi aprobación. Al llegar le faltó un pedacito, lo señalé, su mirada quebrada me acongojo un poco, pero no puedo demostrarle nada, el menor cerró los ojos y fue el mayor quien terminó.» Descansa, yo lo hago.Volvió a tomar el trapo, sin fuerza en sus brazos lo exprimió y limpió lo que faltaba. Al terminar me suplicaba con los ojos húmedos.—Ya quedaron
Aníbal me quiere dejar sin tímpano, ¡no puedo hablar para callarlo!, y se desata el infierno si desactivo el audio a sabiendas de que fue él quien me mandó apenas la vio llorando, tenemos una cámara en ese árbol, y yo tuve el turno nocturno, trabajando en el siguiente operativo. Abrace a Shirly mientras se calmaba.—¿Sabes si Luisa ya salió para mi casa?—No demora en hacerlo, una vez llegue al rancho, ella sale, no nos gusta dejar a los niños solos.—¡¡Preeeguntaleeee!! —gritó Aníbal y otra vez se resintió mi oído.—Shirly… —Se detuvo, ya caminaba en dirección a su camioneta—. No quiero ser entrometido, pero… ¿Quién es Cristian?La vi sonreír, «mala vaina, las mujeres cuando sonríen es porque le agrada el tipo». Churrusco comenzó a insultar.—Es un compañero, también es viudo y me agrada hablar mucho con él.Se armó Troya, se abrió el infierno para Aníbal, ahora va a tocar amarrarlo a la cama para que no se le presente a su mujer hoy en la noche.—¡Vaya!, perooo ¡que liiinda la saals
—¡Espera ahí! Quita esos pensamientos Luisa. Que uno esté molesto puede que le interese, pero que Miguel, Simón, Roland y Arnold hasta el momento lo estén no es normal. Acabo de presenciar el reclamo de Arnold a Lupe, le decía que no estemos aconsejando a Shirly a que busque marido. Perdóname, pero nuestros maridos no dan puntada sin dedal, esto no es normal. —dije mirando a la detective. Lo hicimos por un rato.—Ustedes creen… —miré a Diana quien habló.—No digamos nada hasta no estar seguras. Pero esos grandes gurúes de la inteligencia se les fueron las luces hoy, por alguna razón no pensaron... ¿Cuál es el interés en que Shirly no tenga marido?—Será… posible… —volví a mirar a Luisa.—Mi marido es experto en hacer creer que la gente muere. —Las dos se taparon la boca.—Debemos hablar al respecto sin meter a Shirly en la reunión y a Inés. —dijo Diana. Solo es cuestión de atar cabos, esto no se hace.—Si ellos hicieron eso, ¡por Dios santo que le corto los servicios a Roland por medi