Roland me contó anoche muchas de las cosas que acontecieron. Si fue como las encerronas realizadas para destruir el cartel de Colombia, no me imagino lo que orquestaron en España.Anoche llegaron a Blanco Arnold y Kevin, después de estar con sus familias vinieron a ver a Inés, después de eso llegó mi esposo. Hoy domingo me dijo que en la mañana Arnold se quedaría trabajando, en la tarde él después del almuerzo familiar en la casa de mis padres que era sagrado, quien no se encontraba era porque no estaba en la ciudad.Freddy y Arinka se quedaron en su apartamento, mientras Alfredo se ha instalado en nuestro rancho los fines de semana, del resto de días duerme en San Antonio, entre semana viene tres veces. Ya están sincronizados trabajando, turno día y noche, no me dijo cuál era el próximo objetivo, la desconfianza me la gané a pulso.Lo veo dormir, cada día lo admiro más. —comencé a acariciarle el pene—. Son las cuatro de la mañana, me embobé masajeándole los testículos, sintiéndome po
Se me arrugó el alma, ver la alegría en esa mirada. «Señor Dios, protégemelos». Cuando la maestra los invitó a ingresar, Victoria tenía los ojos cristalinos, tomó de la mano a Liam, nuestro colado tenía la boquita como pico de pollo, hacia un gran esfuerzo para no llorar. Dante se ubicó al lado de su hermano menor y Enrique al lado de su hermana. Al notar lo tristes que estaban habló.—¡Mami, papi! ¿Van a estar afuera cuándo salgamos?Debe de haber una conexión especial al ser gemelos. Lo relaciono como ese hilo invisible que hay entre madre e hijos, o Dante se las huele en el aire.—Sin falta, hijo. —miró a Liam.—Papi siempre cumple, no llores. Vamos a reírnos.Verónica era un mar de lágrimas y yo apretando culo como dice Gustavo para no ponerme a la par. ¿Cómo unos carajitos me ahuevaron?—Un cuarteto peculiar.Dijo la maestra que permaneció en silencio mientras nos despedíamos de ellos.—Liam. —Verónica no pudo hablar.—Profesora, Liam es un poco más lento para comprender, no es
La rutina ha cambiado desde que mis intrusos estaban en la escuela, ya pasó el mes. Verónica volvió a ejercer su profesión de veterinaria, feliz y mujer feliz, hombre feliz, las escapadas que nos damos para consentir a mi verga son monumentales.Parecemos recién casados, raro o no, teníamos tiempo de no culear a las diez de la mañana; nuestra rutina, aunque era muy activa, se limitaba a después que los intrusos se durmieran o antes que despertaran.En el día, estábamos vetados, cuando lo hacíamos siempre nos interrumpían y me tocaba quedar a la mitad; dejar las bolas moradas es un dolor del, putas. Verónica hoy pasa a recoger a los niños, porque va a comprarle el regalo a Gregorio que cumple mañana, Shirly quiere hacerle el cumpleaños por todo lo alto.Aníbal cada vez va mejor, ya habla más claro, ya da pasos, tiene un caminador y muletas por momento, él nos lleva a un ritmo acelerado. No ve la hora de volver a entrenar con nosotros.Rata diseñó una rutina de entrenamiento, los que es
—Roland.—Dime.—Me hubiera gustado tener un papá como tú. No creo que les dé más ganas de hacer travesuras.—Podrán hacerlas, solo que deben de tener la capacidad de entender que si las hacen y trae consecuencias tendrán que asumirlas, aquí estaré como padre. Pero jamás intercederé para sacarlos del mierdero.—¿Esa es la moraleja?—¿Cuál?—Si hacen el mal y se van a la cárcel, tú los visitarás, pero no los sacarás.—Exactamente. Si es culpable pagan, si son inocentes los defiendo a capa y espada.—Ya te mando el nombre de los medicamentos.—¡Papi! ¿Ya está limpio?Vi tanto cansancio en sus ojitos, Enrique estaba muerto, Dante esperaba mi aprobación. Al llegar le faltó un pedacito, lo señalé, su mirada quebrada me acongojo un poco, pero no puedo demostrarle nada, el menor cerró los ojos y fue el mayor quien terminó.» Descansa, yo lo hago.Volvió a tomar el trapo, sin fuerza en sus brazos lo exprimió y limpió lo que faltaba. Al terminar me suplicaba con los ojos húmedos.—Ya quedaron
Aníbal me quiere dejar sin tímpano, ¡no puedo hablar para callarlo!, y se desata el infierno si desactivo el audio a sabiendas de que fue él quien me mandó apenas la vio llorando, tenemos una cámara en ese árbol, y yo tuve el turno nocturno, trabajando en el siguiente operativo. Abrace a Shirly mientras se calmaba.—¿Sabes si Luisa ya salió para mi casa?—No demora en hacerlo, una vez llegue al rancho, ella sale, no nos gusta dejar a los niños solos.—¡¡Preeeguntaleeee!! —gritó Aníbal y otra vez se resintió mi oído.—Shirly… —Se detuvo, ya caminaba en dirección a su camioneta—. No quiero ser entrometido, pero… ¿Quién es Cristian?La vi sonreír, «mala vaina, las mujeres cuando sonríen es porque le agrada el tipo». Churrusco comenzó a insultar.—Es un compañero, también es viudo y me agrada hablar mucho con él.Se armó Troya, se abrió el infierno para Aníbal, ahora va a tocar amarrarlo a la cama para que no se le presente a su mujer hoy en la noche.—¡Vaya!, perooo ¡que liiinda la saals
—¡Espera ahí! Quita esos pensamientos Luisa. Que uno esté molesto puede que le interese, pero que Miguel, Simón, Roland y Arnold hasta el momento lo estén no es normal. Acabo de presenciar el reclamo de Arnold a Lupe, le decía que no estemos aconsejando a Shirly a que busque marido. Perdóname, pero nuestros maridos no dan puntada sin dedal, esto no es normal. —dije mirando a la detective. Lo hicimos por un rato.—Ustedes creen… —miré a Diana quien habló.—No digamos nada hasta no estar seguras. Pero esos grandes gurúes de la inteligencia se les fueron las luces hoy, por alguna razón no pensaron... ¿Cuál es el interés en que Shirly no tenga marido?—Será… posible… —volví a mirar a Luisa.—Mi marido es experto en hacer creer que la gente muere. —Las dos se taparon la boca.—Debemos hablar al respecto sin meter a Shirly en la reunión y a Inés. —dijo Diana. Solo es cuestión de atar cabos, esto no se hace.—Si ellos hicieron eso, ¡por Dios santo que le corto los servicios a Roland por medi
Sin duda algo pasa, todos soltaron una carcajada, miré a Vero y afirmó. Hay mi querida cebollita, no tienes idea de lo que esta pequeña te la va a montar. Quiero que me digas a quien enterramos. Dios, quien sabe a qué huesos le estamos rezando, conociéndolos hasta le llevamos flores a los restos de una vaca.Clari salía de la habitación de Shirly y era evidente que la encontró llorando, Carlina, Arinka y Patricia eran las meseras. Yo no he hecho nada, la verdad no me siento nada bien, Gladis me trajo una bebida.—Toma, mi suegra me dijo que esto te ayudará un poco para el mareo y las náuseas.—Gracias.—¿Lo notaste? —Se sentó a mi lado, afirmé—. Fue evidente que se hablaban con alguien. La señora Josefina siempre me ha dicho que la actitud de ellos les ha parecido muy sospechosa.Verónica se sentó a mi lado y Luisa también se sentó al lado de su cuñada. Lupe estaba bajando de la ventana a Demetrio. La vimos llamar a Dante y este afirmó. Luego se sentó cerca.—Solo tendré dos hijos, am
Lo veo dormir, sonreí ante el comportamiento de mi Güerito, pero debe de aprender a no ser tan grosero. La verdad es que estaba muerta de celos por su interés en Shirly, pero cuando Vero, Luisa y Diana me contaron que ellas también estaban enojadas con sus esposos, por lo mismo me pareció raro, luego me contaron sus sospechas.De estos hombres se puede esperar lo que sea, lo que sea y no me extraña que Roland al ver la negativa de Shirly de dejarlo conectado gestionó todo para fingir su muerte y si cuidan a la mujer de Churrusco es porque él despertó. Salí de la cama, hoy seguiré torturando a mi marido.Me bañé, del closet saqué uno de los pantis nuevos, los que me trajo de España y me ha pedido que me ponga el de paticos, así que lo torturaré. Me lo puse, comencé a caminar por la habitación. Al mirar a la cama él me devoraba con la mirada y su miembro lo tenía como carpa de circo debajo de las sábanas. Sin apartar la mirada me puse el vestido.—¿A dónde vas?—A estar con mis papás. E