Capítulo 206 - Una corazonada - mdtres

Astrid nos hizo desayuno, los hombres se fueron, no sin antes decirle al güerito que en sus manos dejaban lo más valioso. Cada mamá dejó a su hijo arreglado, yo me encargué de los hijos de Clarisa. Melisa y Sebastián luego.

Se fueron, me quedé con los seis niños, en el cuarto de juegos los metí a todos, las gemelas ya sabían gatear, a los mayores los puse a realizar rompecabezas, el que termine tendrá un premio, no me gusta ponerlos a competir entre ellos, pienso qué eso genera rivalidad entre los niños.

Pero si todos cumplen con el objetivo, todos sabrán que tienen recompensa. Enrique está en una mesa y Melisa en otra con fichas muy concentrada, Isaac y Sebastián juegan con el balón y las gemelas son las que debo vigilar más, son muy inquietas, se montan en cualquier parte, tengo un radar con ellas.

Como dice su madre, una era un terremoto y la otra era la réplica. La mañana pasó. A las diez de la mañana Arnold ingresó al cuarto de juegos con Astrid que traía la merienda, yo estaba
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