Son las cinco de la mañana, hace veinte minutos salimos de la reunión con Rata, los niños siguen durmiendo, solo esperarán a que regrese el avión privado y se regresan a Blanco. Yo me quedo hasta el miércoles de la semana entrante, el jueves era mi primer día de clase. La Renacuaja hace un par de horas nos entregó una muda de ropa a cada uno de los que estábamos, fue recursiva la mexicanita. Que por cierto debe estar dormida.—Arnold. —miré a Rata.—Señor. —llegó a mi lado.—No has descansado.—Tú tampoco. —contesté, Lina nos entregó un pocillo de café—. Gracias. —Le dije a la mujer del capataz del Arenal.—Gracias por mantener a mis mocosas con vida.—No fue nada, son mis sobrinas después de todo. Además, ha sido la Renacuaja la que las ha cuidado.—Sí, cada vez aprecio más a esa jovencita, se ha sabido ganar un dinero extra, solo acepta el dinero si lo ha trabajado.—Debe estar dormida.—No, escuché a Mole que la invitaría a cabalgar, deben de estar con Julio recorriendo la finca.N
Vi el largo y apasionado beso que se dieron Arnold y Lupe, al parecer por lo que le gritó la mexicana no salió la vaina bien. —seguía arrullando a Milena, falta poco para ir al aeropuerto, hace dos horas salió Zombi y Cuajao con la instrucción de verificar la vía, hace una hora lo hizo Mole y Mueco, su trabajo es hacer reconocimiento, ninguno de los dos ha reportado nada inusual.—Rata. —Llegó Lobo, miró hacia el lugar donde estaba Arnold apretando los puños.—Lobo, sabes las reglas sagradas de nuestra organización, ¿cierto?—Sí, señor. No se mata a mujeres, nada de niños, ninguna violación, la amistad y la jerarquía se honra y la mujer de nosotros se respeta.—Olvídate de ella.—Arnold… —Lo miré fijamente. Bajó la mirada—. Tenía entendido que no es su estilo de mujer.—Ninguna de nuestras mujeres eran nuestro estilo, tal vez tienen algunas cosas, yo en lo particular nunca me imaginé casarme con un agente federal, con la certeza que puede darme una paliza en cualquier momento, porque
Eso, la penetré más fuerte y luego me moví lentamente, la sensación de sus repetidas presiones en mi verga eran el premio mayor cuando alcanzamos la liberación los dos.—Ahora si necesito dormir, Pelinegra. —Nos besábamos.—Déjame y yo termino de bañarte. —Me dejé consentir por ella, salimos—. Estaba muy enojada contigo, pero el ver que pudo haber sido el último día. —La voz le tembló, le acaricié la mejilla.—Luisa, mañana acompáñame a un lugar. —La llevaré al cuartel—. Ayúdame con el tema de inteligencia, pero no me pidas nunca más estar en enfrentamientos a menos que se nos metan a la casa y te toque. Del resto, apóyame para hacer bien mi trabajo. —Su mirada se humedeció. Me besó.—Acepto.—Bueno, después de la boda religiosa, dedícate unas horas a realizar investigación virtual.—Que sobreprotector eres. —Me acosté, ahora si estaba peor que un chupo de guardería—. Déjame aplicarte algo en esos hematomas. —Me dejé hacer, estaba más dormido cuando Luisa terminó y escuchamos el llant
Verificaba las plantaciones de la caña de azúcar, los aguacates y los mangostinos, los ingresos de la exportación del manjar de los dioses como se conoce ha dado mucho resultado, en tres semanas ya debemos estar recolectando, por eso solo puedo asistir a las bodas, los bautizos de los hijos del Patrón, la integración anual.Debía regresar a supervisar la recolecta de la fruta. El sol estaba templado y eso que no era ni mediodía aún en Mariquita Tolima. Montaba a Salpicón al lado de Armando, el capataz del Frutal, nos dirigimos a la finca.—Jefe, ¿hoy se queda a dormir? —afirmé.Debía verificar las cuentas, estábamos llegando a las cabellerizas cuando vi a mi Encanto. Dios, a veces me parece mentira que semejante mujer tan bonita se fijara en este negro, tengo lo mío, pero la verdad era que Shirly era divina.—Llegó mi mujer, claro que nos quedamos.Bajé del caballo sonriendo, me dirigí hacia la mujer que sonreía, algo bueno, debo de tener pa’ ponerla contenta. Todas las haciendas del
Esa era una respuesta de Dios para que no lo matara, pero necesitaba hacerlo, solté dos tiros al lado de ese tipo, que se meo en los pantalones.—Soy un asesino entrenado, trabajo para el gobierno. No quiero verte nunca más en la vida de mi hermana, hoy te perdono solo porque ella me lo pidió, la próxima te pelo. —Le puse el arma en el hombro y disparé, el tipo gritó—. ¡Esto es para que no vuelvas a golpear a una mujer!Tomé de la mano a mi hermana, ya la tenía de nuevo conmigo, en mi vida, bajo mi protección. Caminaba mal, la ayudé, tratando de llevar el peso, pero vi que no podía caminar más de tres pasos, estaba experimentando la relajación de la tensión.—Shirly.Mi novia cargaba al más chico y la niña la tenía de la mano. La ropa era bastante vieja y desgastada. La gente había salido a ver qué pasada. El entrenamiento riguroso en que nos sometió la organización del Patrón para ser los mejores daba sus frutos, antes de cargar a mi hermana.Yo le daba la espalda a la casa donde viv
Le di un puño al niño del grupo, seguíamos a Rasca Culo, él por jerarquía era quién toma el control al no estar El Patrón, Rata o Cebolla. Entramos al auto, al estar dentro Gustavo me pasó su celular.—Patrón.—Hiciste lo correcto, yo lo hubiera llenado de tiros y que el señor Dios me perdone, de solo imaginarme que le hagan algo a mi Pecosa, mato y como del muerto. Felicidades, por fin la encontraste, lamento el modo, lo importante es que ya está bajo tu cuidado.—Todo gracias a Shirly, se le metió entre ceja y ceja que podía ser mi hermana y resultó. Dicen que se parecía a mí.—Gladis ya va con tus sobrinos Aníbal, llega a primera hora.Era la señora la que hablaba, en el fondo escuché el llanto de uno de sus hijos. Eran las tres de la mañana.—Churrusco, descansa. Apoyamos la decisión que tomes, estoy feliz por ti. Mañana cuando le cuente a Inés va a querer viajar, pero prefiero que vengas tú, sabes que es reciente el intento de secuestro a los hijos de Cereza. —Gracias, Patrón. N
No dejo de agradecer cada día a Dios por la familia que estamos formando. Para nosotros las mañanas son nuestro momento con nuestros hijos, los bañamos, toman el sol, los vestimos y cuando comienza el concierto por hambre era cuando ingresa alguien a darnos ayuda.Por eso debemos contratar a una niñera, porque mi suegra me ayuda en la mañana y en las tardes se va a la casa de Luisa hasta que mi padre pasa por ella. Se ven tan ilusionados y ella organizando su boda, que era en dos semanas.Mientras que mis hijos duermen recargo pilas un poco, quedaron de llegar cuatro mujeres, bueno esperemos a ver. En media hora empezarán a llegar. Lupe por su malestar, no pudo ir el primer día de universidad, ingresaba el martes y solo hasta hoy jueves se fue.Anoche Arnold llamó a Roland solo con la intención de verificar si efectivamente Lupe seguía acá o si se había ido a vivir a otro lado. No quiero ni pensar en que terminaran esos dos, o terminan adorándose o matándose. Y hoy viví la ausencia
—¿Qué piensas muchacho?Mi suegro se veía revitalizado y mi madre igual… no pienses en eso, no logro poner a mi madre en una situación sexual, ella no… mejor no sigo por esa dirección.—En este momento en mis intrusos.Mentí, no queda nada bien decirle a mi suegro lo que realmente pienso, llegó galopando Miguel y Simón.» Pensando en quién de ellos amará el campo, o quién se inclinará por el diseño, o por los animales como su madre, nos llevan a un ritmo y Verónica está cansada, además de reacia a que personas aparte de la familia cuiden a los niños, las entrevistadas no le gustan, ninguna ha pasado su escáner. Lo cierto es que cuando comienzan el concierto por comida deseo que crezcan rápido, pero cuando los veo dormir y reír, no quiero que crezcan —la carcajada de mi suegro nos llamó la atención.—Perdón Roland, es que el saber quién eras, quien eres y lo que puedes ser va contra la imagen de verte en esa posición tan común y corriente de un padre amando a sus hijos, es increíble. E