No dejo de agradecer cada día a Dios por la familia que estamos formando. Para nosotros las mañanas son nuestro momento con nuestros hijos, los bañamos, toman el sol, los vestimos y cuando comienza el concierto por hambre era cuando ingresa alguien a darnos ayuda.Por eso debemos contratar a una niñera, porque mi suegra me ayuda en la mañana y en las tardes se va a la casa de Luisa hasta que mi padre pasa por ella. Se ven tan ilusionados y ella organizando su boda, que era en dos semanas.Mientras que mis hijos duermen recargo pilas un poco, quedaron de llegar cuatro mujeres, bueno esperemos a ver. En media hora empezarán a llegar. Lupe por su malestar, no pudo ir el primer día de universidad, ingresaba el martes y solo hasta hoy jueves se fue.Anoche Arnold llamó a Roland solo con la intención de verificar si efectivamente Lupe seguía acá o si se había ido a vivir a otro lado. No quiero ni pensar en que terminaran esos dos, o terminan adorándose o matándose. Y hoy viví la ausencia
—¿Qué piensas muchacho?Mi suegro se veía revitalizado y mi madre igual… no pienses en eso, no logro poner a mi madre en una situación sexual, ella no… mejor no sigo por esa dirección.—En este momento en mis intrusos.Mentí, no queda nada bien decirle a mi suegro lo que realmente pienso, llegó galopando Miguel y Simón.» Pensando en quién de ellos amará el campo, o quién se inclinará por el diseño, o por los animales como su madre, nos llevan a un ritmo y Verónica está cansada, además de reacia a que personas aparte de la familia cuiden a los niños, las entrevistadas no le gustan, ninguna ha pasado su escáner. Lo cierto es que cuando comienzan el concierto por comida deseo que crezcan rápido, pero cuando los veo dormir y reír, no quiero que crezcan —la carcajada de mi suegro nos llamó la atención.—Perdón Roland, es que el saber quién eras, quien eres y lo que puedes ser va contra la imagen de verte en esa posición tan común y corriente de un padre amando a sus hijos, es increíble. E
Terminé de redactar varias cartas y correos para los comerciales de las empresas de transporte, vamos a implementar la estrategia enviada por Arnold. Con la última estrategia obtuvimos un incremento muy bueno en la rentabilidad de la compaña, fue un éxito total.Apagué el computador del despacho, ahora debo arreglar un problema personal con mi mujer. No ha permitido que la mire, ni la toque, y no era que necesite intimar con ella, o bueno sí, pero primero deseo que ella esté bien. Quiero dejarle en claro lo mucho que la amo, me importa una mierda si tiene o no tetas.El apartamento era como todo lo que hace el Patrón, ya estaba completamente amoblado, eso había tenido a Clari con ánimo, aunque a pesar de lo vivido, siempre sonríe, poco a poco trata de continuar, pero nuestra parte íntima era la que no avanza.También quiere quedarse a vivir acá, desde que intentaron secuestrar a nuestros hijos tiene miedo de volver, no ha dejado de agradecer que todos estuvieran en la casa cuando pasó
Ella no quería más hijos, yo quería otro más, por eso ella se cuidaba, la verdad, no sabía que no se había cuidado.—A mi favor tengo que no tenía idea que no te habías cuidado. Espero que quedes preñada Repollito. Ni se te ocurra decirme que me forre el pipi lo que resta de tiempo hasta que te llegue el periodo. Vamos a bañarnos.—Siempre te sales con la tuya.—Aquí quien manda eres tú, yo gobierno de la puerta hacia afuera, pero aquí soy una completa hueva a merced de tu culo —me dio un manotazo.—¿Cuándo será que ustedes aprenderán a hablar como personas normales?—Perdón mi Clari, te apuesto que la mayoría de los hombres lo piensan, sé que se abstienen, y nosotros no somos como todos.—No, me queda claro, ustedes son únicos.Abrimos la regadera y puse que nos cayera chorros por todos lados menos por el frente para que no le golpee las cicatrices.—Te adoro Daniel Bermúdez.—Lo sé. —comenzamos a besarnos.—Dani, debemos arreglar lo de los colegios de los niños, Roland me dijo que y
Su cuerpo estaba caliente.—Hasta que lo reconoces. —La cargué—. Ahora debes descansar.La llevé a su cama, la metí debajo de la cobija y ella se acomodó abrazando una de las almohadas. La dejé en su recámara, terminé de arreglar el resto de las cosas. A la hora ingresé a su cuarto y dormía.Entré a la otra habitación donde había organizado una moderna oficina, me puse a trabajar y hacer los trabajos, como tengo horario especial, debo entregar varios trabajos. Eran las diez de la noche, tenía hambre, antes pasé por mi habitación en busca del kit de los primeros auxilios, saqué el termómetro.Entré a la recámara de Lupe, vi que temblaba, me asusté, al tocarla estaba hirviendo, le puse el termómetro y le marqué a la doctora Jones, pero no me contestó. El aparato pitó y tenía casi cuarenta y tres grados.» ¡Mierda, Renacuaja!Tomé el celular, cargué a Lupe, entramos en el baño, puse mi celular en la tapa del inodoro y con todo y ropa nos metimos debajo de la ducha. No tengo puta idea de
—Te dije que nos iríamos juntos. —Lo miré, tratando de retener las lágrimas.—Puedo pagarme un autobús.Di media vuelta y continué hacia la parada de autobuses, no había caminado ni media cuadra cuando este troglodita, tarado, idiota, güerejo pendejo me cargó cómo si fuera un bulto, me llevó hasta su camioneta, me metió en el puesto de copiloto, puso sus manos en mis piernas.—No fue mi intensión salirte con grosería.Un sentimiento fue creciendo, me cubrí la cara, no quiero verme como una niña llorona, pero la verdad era que se sintió feo y comencé a hacer lo que menos quería.» Renacuaja no llores.—Solo quería agradecerte por lo que hiciste ayer conmigo al salvarme de una convulsión, ¡y si me humillaste!, yo no tengo dinero para…Los labios de Arnold me callaron y como me dieron en la torre por estar enamorada volví a perderme en esa manera salvaje de besarme, era el primero en hacerlo y hace que todo mi cuerpo se estremezca, sus manos apretaban mis muslos, abrió mis piernas para p
—No me las dijo, solo quiere hablar con ustedes siete. También tenía que dar la otra noticia, esa era solo para mi marido. Miré a Simón. Él ya me había dicho que me veía los senos más grandes.—Bueno, lo que sea lo sabremos mañana.Dijo mi hermano, uno de mis sobrinos comenzó a llorar, Roland sacó un tetero y cargó a Liam, Verónica copió mi idea de los colores, y así los podemos identificar.—Simón.Saqué la prueba de embarazo y se la entregué, ver el rostro de mi marido hace que mi pecho se expanda de alegría.» Cerramos la fábrica, no me voy a desconectar, pero ahora si voy a planificar.Mi marido me besó, se había arrodillado, besó a sus dos hijas y luego a mi vientre. He visto el grado de frialdad en él para temas de una operación, era un hombre rudo y me gusta, luego veo su parte noble, tierna esa que solo si eres familia te muestra era la que me tiene completamente a sus pies.—Te amo, mi regalo de bodas no se comprará con el que me diste.—¿Y qué era? —Esa picardía de hombre m
Si algo me encanta de mi semental eran los deliciosos mañaneros que nos jalamos, el primero que se levante enciende al dormilón, por eso estaba sumergida en la delicia de las caricias propinadas por la boca de mi Negro. Tenemos sexo sin tapujos y donde quiera lo hacemos, con ese concepto hemos inaugurado todas las propiedades del consorcio. La lengua de Aníbal hace estragos en mi entrepierna y solo puedo gemir de placer.—Encanto hoy amanecí más caliente que nunca.Vaya buenos días, sentir su miembro invadir mi vientre y con el dedo seguía atormentando mi lugar más sensible, lo hace para garantizarse un rapidito bien desbocado, en menos de nada estamos desbocados en el placer.» Apriétalo así amor.Sabe cuándo hablar y cuando callar y a mí me encanta que me diga cochinadas, comenzó a moverse más fuerte y azotó con ímpetu mi clítoris con su dedo y los dos al tiempo gritamos bajo las repercusiones de convulsiones. Cayó sobre mí.—Este si son buenos días mi negro. —Se metió un seno a su