Volvió a mirarme, me besó la frente—Te di algo en qué pensar, ¿cierto?—Es una teoría, esperaré a la reunión con Rata y Alessandro por Skype, a partir de ahí sabremos qué hacer. No es descabellada tu idea, pero la veo floja, la mafia prefiere irse a muerte antes de demostrar debilidad y dejar su trono.Nos acomodamos mejor y el sueño nos estaba llamando, lo sentí abrazarme fuerte, ya había regresado a casa. El llanto de los niños me levantó, siento que no he dormido nada, pobre Roland, él ha soportado esto todos los días, salí de la cama. En ese momento ingresó Inés, con el termo y los teteros con su primera dosis, Roland estaba profundo.—Mi Vero, se nota que te encuentras de regreso, apenas los niños se quejaban, se levantaba con miedo a que le estuviera pasando algo. Cargué a Liam, e Inés cargó a Enrique, eran los que estaban llorando. —No demoran en despertar los otros.—Me siento tan feliz de volver a casa.—Tu padre ya llegó. Santiago sigue dormido.—¿Te imaginaste alguna vez e
En ese momento ingresó mi mamá y Guadalupe sonriendo, Verónica preparó los teteros, nos lo entregaba y tomábamos a uno para alimentarlo, ella cargó a Victoria, fue la última.—Amor, aunque no lo quieras, mañana buscamos dos niñeras, Lupe en menos de quince días ingresa a la universidad y no nos puede ayudar.—Pero si los fines de semana me puedo repartir entre las tres casas. —dijo, le daba el biberón a Enrique.—¡Muchacha! Nada de eso, tú debes enfocarte en tu carrera. —Le dijo mi mamá—. Puedes venir a consentirlos a todos, no como trabajo, debes hacer trabajos en la universidad, ya no es lo mismo.—Necesito el trabajo, señora Consuelo. Voy a estudiar pedagogía infantil aparte y administración, mi padre me costeará una carrera y yo tengo reunido una parte para costearme la segunda. Eso sí, en vacaciones me encargaré de todos los niños, en una sola casa. Que me los traigan desde la mañana, así ustedes descansan y yo reúno dinero para el próximo semestre.—Es admirable de tu parte Lupe
Siento que no he dormido nada, con lo que pasó la semana pasada nos tocó doblar trabajo para dejar todo listo para este fin de semana que nos reuniremos. Estiré el brazo para abrazar a mi repollito y me fui en blanco. Miré el reloj, eran las cuatro de la mañana, solo he dormido cuatro horas, ayer pasé el informe completo de Corea del Sur, no falta ninguno.Gustavo, Gladis y Arnold llegaron hace cuatro días, aunque el descerebrado de Mojón se regresa en dos y nosotros en cuatro días. Salí de la cama, mientras buscaba a mi mujer ingresé a la habitación de mi hija Melisa, mi muñequita dormía sin cobija, la arropé, le di un beso, pronto deben levantarse para ir al colegio.Mi casa fue el regalo de bodas por parte de Roland hace seis años. Era inmensa, lujosa y hermosa. Nada que veo a Clari, ingresé al cuarto de Sebastián y ese duerme como Sid el perezoso de la era del hielo. Parece contorsionista, verifiqué, estaba bien. ¿Dónde estará Clari?Caminé sutilmente, la vi en la sala mirando al
Contadas han sido las veces que impongo algo en nuestro matrimonio. Tengo el lema, «mujer feliz, matrimonio feliz». —El labio le tembló, sus ojos marrones se llenaron de lágrima, sé cuál era su temor.—No… siempre has dicho que las mujeres con silicona no te gustan. —Ahí tienes, como dice Inés, el pez muere por la boca—. Y si me quitan el seno, no vas a mirarme como siempre, mientras que la quimio…—Te acabará todo. —Le acaricié el rostro—. Siempre me reclamas por no ser detallista, ni meloso, sabes lo que siento por ti y te lo demuestro. Pero si debo recurrir a convertirme en cursi con esas maricadas, lo haré. —arrugó su frente, intentó hablar.» Si con flores, chocolates, serenatas, detalles, viajes te garantiza que solo seguiré mirando tu cuerpo y disfrutando de él, aun sin tetas que tocar o tocando silicona lo hago.—¿Me estás chantajeando Daniel Bermúdez?—Tómalo, como quieras, yo solo garantizo que sigas viva y de paso sigo respirando para así no dejar huérfano a nuestros hijos.
La miré por un momento.—¿Te queda tiempo?Afirmó, miré a mis hijos, estaban profundos en la cama, ya debíamos dejar que pasaran más tiempo ellos solos. Le hice señas, salimos al balcón que daba a los establos. Roland vacunaba a unas reses, estaba haciendo mi trabajo.» ¿Ves a ese hombre? —Ella me miró.—Es su esposo. —sonreí.—Guadalupe, él era el capo de capos en Colombia, si no lo sabías, era un narcotraficante. Se acostaba con ocho mujeres a la semana y no repetía. —El rostro de Lupe me confirmó lo asombrada que estaba—. Su pasado no es digno de enmarcar.—¿Qué lo hizo cambiar?—Dios y el amor, aunque llegó a Dios porque encontró el amor. No hice nada para llamar la atención de ese impenetrable, hermético y egocéntrico hombre, solo fui yo. Espero que entiendas.» La experiencia la dan los años, el tiempo, no hagas cosas que no te enriquezcan como persona, si esa persona a la que quieres demostrarle no ve la gran mujer que eres, no vale la pena. —bajó la mirada. Su pregunta es por
—Por mi parte yo solo empaco lo que voy a usar, eso sí, con la ropa acorde dependiendo a la ocasión, vengo a cuidar niños, ni modo que empaque vestidos y tacones. Necesito jaenes y tenis.Volvió a mirarme sonriendo de lado, no era la gran belleza, eso sí, era jodidamente macho, eso a mí me encanta, atractivo, bastante blanco, con un cuerpazo de vaquero de revista, me dan ganas de tocarlo se ve duro, evidenciaba las horas de ejercicio que hace, pude haberles dicho a su trasero tapas de leche, pero la verdad era que tenía un buen trasero, alto, deliro por los hombres altos. Llegamos al parqueadero.—Te llevaré a la casa de Cereza. —hace un tiempo me enteré de los apodos que tienen, el de él es horrible—. Ahí están todos. —pagó el parqueadero—. Cúbrete bien la nariz Renacuaja, el frío te puede hacer daño, no estás acostumbrada.—Gracias.Alzó la ceja ante mi respuesta cordial, no pude evitar sonreírle. Lo seguí hasta su camioneta, veo que ese era su estilo de autos. Una tremenda mujer, h
—Mira Lupe, hoy en la reunión que tuvieron con otros cinco hombres que verás y hacen parte de sus personas de confianza, cuando Simón mostró tu foto para que ellos supieran que eres parte de nuestra familia Mole y dos más quedaron encantados con tu belleza y eso a Arnold no le gustó. —El corazón me latió a mil.—Hija, te lo decimos para que sepas, pero eso no garantiza nada, como te dijimos, él es una versión superior a todo lo que ya te comentamos, es más. Roland siempre ha dicho que Arnold tiene algo innato que lo hace cruel. No quiero ilusionarte, yo estaría feliz que siente cabeza contigo, pero es mi deseo, no sé el de él.—Lo cierto es que fue evidente su actitud. —comentó Gladis—. Y estamos aquí, porque la mirada que se dieron nuestros maridos ante su actitud hizo que nosotras también captáramos. Y a mí me encanta esta familia, me han devuelto la confianza en mí. No quiero una fruta podrida sembrando discordia y alejé esa hermandad que forman esos siete hombres.—¿Arnold sintió
Astrid nos hizo desayuno, los hombres se fueron, no sin antes decirle al güerito que en sus manos dejaban lo más valioso. Cada mamá dejó a su hijo arreglado, yo me encargué de los hijos de Clarisa. Melisa y Sebastián luego. Se fueron, me quedé con los seis niños, en el cuarto de juegos los metí a todos, las gemelas ya sabían gatear, a los mayores los puse a realizar rompecabezas, el que termine tendrá un premio, no me gusta ponerlos a competir entre ellos, pienso qué eso genera rivalidad entre los niños.Pero si todos cumplen con el objetivo, todos sabrán que tienen recompensa. Enrique está en una mesa y Melisa en otra con fichas muy concentrada, Isaac y Sebastián juegan con el balón y las gemelas son las que debo vigilar más, son muy inquietas, se montan en cualquier parte, tengo un radar con ellas.Como dice su madre, una era un terremoto y la otra era la réplica. La mañana pasó. A las diez de la mañana Arnold ingresó al cuarto de juegos con Astrid que traía la merienda, yo estaba