Capítulo 162 - Apuesta - mddos

Estoy que mato a Simón, ¿en dónde quedó su madurez? Llegamos ayer a Blanco, ahora estamos en familia y a mi susodicho novio se le dio por ser un celopata. Desde mis veintidós raños trabajo en la agencia rodeada de muchos hombres, ¿acaso no comprende que solo él era quien ha logrado vencer mis barreras? ¡No!, al señor se le dio por exigirme que deje de trabajar. ¡Qué sueñe!

—Me imaginé que estarías en este lugar.

Era Roland, lo abracé fuerte, me dio un beso en la frente. ¿Qué tienes Pecosa?

—Nada, solo práctico.

Estaba en la bodega que mi hermano me había construido al descubrir que me gusta practicar tiro al blanco, ya sea con arma o con arco. Fue un bello regalo de su parte, tiene de todo.

—Claro, Luisa, ¿tienes mis permisos? Sabes que no me puedo mover de Blanco sin un salvoconducto de Any.

—Si ya los tienes, además ella sabía de la apuesta, tienes permiso hasta para durar una semana en Brasil ni un día más. —Me levantó en voladas y no pude evitar reírme—. ¡Bájame Maluco!

—Salimos m
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