—Te amo, señora García. Serás el mejor juego de mi vida.Limpió el par de lágrimas traicioneras que salieron de mis ojos.—Pueden besar cada uno a su esposa.Dijo el tipo disfrazado. Un estremecimiento recorrió mi cuerpo cuando los labios de Miguel se apoderaron de los míos, me encanta su manera tosca y fuerte con la que me toma, aunque, cuando lo hizo suave en la casa de la señora Consuelo, me gustó.Todo lo que me ha dado y mostrado mi marido lo adoro. Me cargó y caminó hasta llegar al lugar donde entregaban los certificados. Los documentos se los llevaría Inés para arreglar el tema legal a nuestro regreso en pocos días.—Hemos hecho muchas cosas juntos.Comentó Miguel cuando Roland y Simón llegaron a nuestro lado con sus esposas de la mano, Luisa estaba radiante.» Pero jamás me imaginé que nos casaríamos el mismo día en el mismo lugar nosotros tres.—Cosas de la vida y buenas anécdotas para que les cuenten a sus hijos.Dijo Roland. Los ojos en blanco de Vero me dieron a entender q
Mi celular sonó muy temprano. Estos dos días de luna de miel ha sido eso, una verdadera luna de miel, conociendo este bello país y su alegre colorido, la piel bronceada me queda muy bien —la mano de mi marido acunaba mi seno, ya es su costumbre.Volvió a sonar el celular y escuché el gruñido de Roland en mi espalda, me hizo reír, no creo que tengamos más de tres horas de habernos dormido, las deliciosas sesiones de sexo impartidas por mi marido nos tienen ocupados la mayor parte del tiempo cuando estamos solos. Contesté antes de que finalizara, era Miguel.—Buenos días. ¿Pasa algo?—Buenos días, Verónica. Hoy es el cumpleaños de mi esposa. Yo le tengo el regalo, se lo compré hace varias semanas en Bogotá. Quiero que sea un día especial, nunca se lo han celebrado, me gustaría regalarle tantas cosas que no tengo idea de que puedo darle primero.—Cálmate, ella querrá algo sencillo, déjame a mí y a Luisa la organización para esta noche. Por ahora, la invitaremos a desayunar, luego a almor
El día lo pasamos en una maratón, Roland aún no me ha dicho nada, solo fui consciente de los cambios realizados que llamaron mi atención. Comenzando por Miguel quien alquiló un vehículo y él era quien lo manejaba, mientras Simón se le dio por rentar una moto.Después del relajante masaje, nos arreglamos para el almuerzo, los encontramos en la recepción, pasamos un agradable momento en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, una vez regresamos al hotel continuaba el famoso plan de cumpleaños.En esta ocasión era pasar la tarde en el salón de belleza, lo que las grandes mentes no captaron era que la persona cumplimentada era una y los servicios incluidos eran dirigidos para las tres. Ninguna mencionó nada, ellos sabrán en lo que están.Entré a la habitación debía arreglarme para ir a bailar, vi un bello vestido negro en la cama con una nota, el resto de la ropa estaba en las maletas, como si nos preparáramos para huir en cualquier momento. La nota era bastante específica.«Has jod
No puedo contener mi felicidad en este momento, así arda Roland en cólera, yo no puedo estar más feliz. Menos mal salió en la mañana en compañía de Miguel y Simón a supervisar la compra del nuevo ganado.Este año a su lado ha sido el mejor regalo otorgado por la vida, han pasado tantas cosas, todo era bendición divina, hace tres meses nacieron las gemelas Moreno, Roland anda loco de felicidad con sus dos sobrinas, eso me da algo de esperanza para lo que se me viene, puede que se enoje un poco nada más.Debo dar gracias y aprovechar la euforia de las bebés, lo cierto era que Milena y Andrea Moreno serán mi escudo, toda la familia estará feliz menos el padre. Dios pon en mí las palabras correctas para decirle a Roland del embarazo —miraba la imagen en el espejo, no se ve nada, sigo con el vientre plano.Tenía la prueba irrefutable de embarazo, Diana ayer que fue al médico, trajo los test, desde hace más de un mes me sentía rara, solo mi asistente tuvo la malicia al considerar la posibil
Estaba a nada de cometer una de sus burradas. No dije nada, lo miré esperando a que hablara.—No te hagas la bru… tonta —dijo entre dientes, si esas son las palabras que salen de su boca, no me imagino las que estarán en su mente—. ¿Quieres que sea específico?—Cuidado con lo que dirás Roland, piensa antes de hablar.—¡¿Cómo pudiste embarazarte?! ¡Lo arruinaste todo! —El corazón se me quebró un poco, recordé a mi hijo, debo ser fuerte—. Ahora mismo nos vamos a que te saquen a ese intruso, porque será un gran estorbo. —hasta ahí llegó mi cordura, su reloj comenzó a sonar—. ¡Eso! ¡Anda! Llama a tus héroes. ¡Me importa una mierda quienes vengan!, ¡vas a solucionar ese problema!Mis ojos se humedecieron, si me igualo a su enojo, puedo afectar a mi bebé. Las lágrimas salieron.—Lo siento, yo tampoco esperaba esto, pero la abominación qué pides que haga nunca lo haré.—¡Verónica!No le aparté la mirada, con el corazón comprimido terminé de decir lo que necesitada aclarar.—Tal vez a ti te s
Verónica esperaba sentada en unas de las sillas del consultorio, la señora me esperaba. Me temblaba hasta la mierda, estoy que me cago del susto. Entré a ese consultorio como si fuera al matadero —¡¿te ahuevaste?! A caso no has hecho cosas peores en tu vida y ahora estás que te meas ante la posibilidad que te confirmen que serás padre. ¡Ahora si me jodí, nunca he sido un cobarde!—Buenas tardes, me llamo Saray Jones, señora Sandoval, me decía que no sabe con exactitud el tiempo de gestación. —No diré nada, creo que calladito he de verme más bonito.—Es correcto doctora, me cuido con la inyección trimestral y la última vez que me la puse fue hace dos meses y medio, de hecho, en diez días tenía la cita para volvérmela a poner.—Ningún anticonceptivo es cien por ciento efectivo, lo único que evita un embarazo es no tener relaciones, cosa imposible en una pareja de casados.—Efectivamente.Dijo Verónica, me di mi primera cachetada por lo idiota. Fui un bruto con la «B» mayúscula de burro.
Un susurro me despertó, no me moví, quise escuchar lo que les decía a sus hijos. Estaba a un lado de la cama, acostado de lado, con sus labios pegado a mi vientre.—Perdónenme, entiendan un poco, he sido un mal hombre en mi pasado. —acariciaba mi vientre—. Aunque yo no sea un santo e hice cosas malas, no quiere decir que ahora no sean importantes, aun así, les quiero decir que su madre es todo lo opuesto, al menos la escogí bien.» Son unos intrusos en mi vida, y aquí, quiero jurarles que trataré de convertirme en un buen padre día a día, no tengo un buen recuerdo del mío y eso era lo que me aterraba, esa era mi negativa a tener hijos… pero ahora están aquí, son parte de mí. Su tía Diana me dijo algo muy cierto y es que a partir de ahora trataré fervientemente ser un hombre al que ustedes puedan admirar y llamar con orgullo papá.—Es un bello discurso. —Era muy temprano.—Verónica se supone que estaba dormida. —Me reí.—Cielo, no podemos hacer el amor, pero dame un beso de buenos días
Salí sobre las cinco de la mañana, sonreí cuando le dije a Verónica que era mejor que me dedicara al trabajo desde la madrugada para evitar un dolor de testículos, por no hacerle el amor, más por lo acostumbrados que estamos a nuestro infaltable mañanero.—Patrón, ¿por qué tan madrugador? —saludé a Jacinto. Me puse el sombrero.—Jacinto, es mejor evitar tentaciones. —sonrió.—Felicidades por sus hijos.—Gracias. —siempre trabajo a la par con ellos, pero yo empiezo después de siete.—Ya las vacas fueron ordeñadas, a las seis debe llegar el nuevo lote de ganado. —afirmé.—Hay que marcarlas una parte hoy y la otra mañana.—Patrón, la restricción es por los primeros tres meses a menos que presenté algún problema. —solté la carcajada. No dijo nada más y él continuó con sus labores.Me acerqué a Amón estaba aislado, Hathor estaba preñada de nuevo, tenía seis meses de gestación, el potro hijo era una copia de su padre y le pusimos Zeus, quería seguir con los nombres egipcios, pero Verónica s