Estoy que mato a Simón, ¿en dónde quedó su madurez? Llegamos ayer a Blanco, ahora estamos en familia y a mi susodicho novio se le dio por ser un celopata. Desde mis veintidós raños trabajo en la agencia rodeada de muchos hombres, ¿acaso no comprende que solo él era quien ha logrado vencer mis barreras? ¡No!, al señor se le dio por exigirme que deje de trabajar. ¡Qué sueñe!—Me imaginé que estarías en este lugar.Era Roland, lo abracé fuerte, me dio un beso en la frente. ¿Qué tienes Pecosa?—Nada, solo práctico.Estaba en la bodega que mi hermano me había construido al descubrir que me gusta practicar tiro al blanco, ya sea con arma o con arco. Fue un bello regalo de su parte, tiene de todo.—Claro, Luisa, ¿tienes mis permisos? Sabes que no me puedo mover de Blanco sin un salvoconducto de Any.—Si ya los tienes, además ella sabía de la apuesta, tienes permiso hasta para durar una semana en Brasil ni un día más. —Me levantó en voladas y no pude evitar reírme—. ¡Bájame Maluco!—Salimos m
Me puse roja, supongo que esa probada era… cielos imaginar su boca en mí ya húmeda flor. Simón me acostó sobre la mesa de las municiones, con esa mirada llena de lujuria dominó cualquier voluntad en mí.Me quitó la camisa, mi espalda se recostó en la fría madera, sin apartar la mirada me desbotonó y bajó el cierre del jean, de manera tan lenta que parecía una tortura, no tengo ni idea de lo que sentiré, pero ardo en deseo por experimentarlo. El pantalón se deslizó por mis piernas, quedé en ropa interior.—Eres preciosa.Su mano se deslizó suevamente por mis muslos, su dedo rozó mi centro y no puede evitar estremecerme, él se deleitaba con mirarme, uno de sus dedos se introdujo por entre mis pliegues.» Estas mojadita.Luego se llevó el dedo que había acariciado mi sexo a su boca, ese acto hizo estragos en mi mente, no pude evitar soltar un gemido.» Sabes delicioso. —Lo vi acariciarse su pene, se ve el bulto que tiene entre sus piernas—. Luisa, voy a tocarte, besarte y lamerte. No te
—Te amo, señora García. Serás el mejor juego de mi vida.Limpió el par de lágrimas traicioneras que salieron de mis ojos.—Pueden besar cada uno a su esposa.Dijo el tipo disfrazado. Un estremecimiento recorrió mi cuerpo cuando los labios de Miguel se apoderaron de los míos, me encanta su manera tosca y fuerte con la que me toma, aunque, cuando lo hizo suave en la casa de la señora Consuelo, me gustó.Todo lo que me ha dado y mostrado mi marido lo adoro. Me cargó y caminó hasta llegar al lugar donde entregaban los certificados. Los documentos se los llevaría Inés para arreglar el tema legal a nuestro regreso en pocos días.—Hemos hecho muchas cosas juntos.Comentó Miguel cuando Roland y Simón llegaron a nuestro lado con sus esposas de la mano, Luisa estaba radiante.» Pero jamás me imaginé que nos casaríamos el mismo día en el mismo lugar nosotros tres.—Cosas de la vida y buenas anécdotas para que les cuenten a sus hijos.Dijo Roland. Los ojos en blanco de Vero me dieron a entender q
Mi celular sonó muy temprano. Estos dos días de luna de miel ha sido eso, una verdadera luna de miel, conociendo este bello país y su alegre colorido, la piel bronceada me queda muy bien —la mano de mi marido acunaba mi seno, ya es su costumbre.Volvió a sonar el celular y escuché el gruñido de Roland en mi espalda, me hizo reír, no creo que tengamos más de tres horas de habernos dormido, las deliciosas sesiones de sexo impartidas por mi marido nos tienen ocupados la mayor parte del tiempo cuando estamos solos. Contesté antes de que finalizara, era Miguel.—Buenos días. ¿Pasa algo?—Buenos días, Verónica. Hoy es el cumpleaños de mi esposa. Yo le tengo el regalo, se lo compré hace varias semanas en Bogotá. Quiero que sea un día especial, nunca se lo han celebrado, me gustaría regalarle tantas cosas que no tengo idea de que puedo darle primero.—Cálmate, ella querrá algo sencillo, déjame a mí y a Luisa la organización para esta noche. Por ahora, la invitaremos a desayunar, luego a almor
El día lo pasamos en una maratón, Roland aún no me ha dicho nada, solo fui consciente de los cambios realizados que llamaron mi atención. Comenzando por Miguel quien alquiló un vehículo y él era quien lo manejaba, mientras Simón se le dio por rentar una moto.Después del relajante masaje, nos arreglamos para el almuerzo, los encontramos en la recepción, pasamos un agradable momento en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, una vez regresamos al hotel continuaba el famoso plan de cumpleaños.En esta ocasión era pasar la tarde en el salón de belleza, lo que las grandes mentes no captaron era que la persona cumplimentada era una y los servicios incluidos eran dirigidos para las tres. Ninguna mencionó nada, ellos sabrán en lo que están.Entré a la habitación debía arreglarme para ir a bailar, vi un bello vestido negro en la cama con una nota, el resto de la ropa estaba en las maletas, como si nos preparáramos para huir en cualquier momento. La nota era bastante específica.«Has jod
No puedo contener mi felicidad en este momento, así arda Roland en cólera, yo no puedo estar más feliz. Menos mal salió en la mañana en compañía de Miguel y Simón a supervisar la compra del nuevo ganado.Este año a su lado ha sido el mejor regalo otorgado por la vida, han pasado tantas cosas, todo era bendición divina, hace tres meses nacieron las gemelas Moreno, Roland anda loco de felicidad con sus dos sobrinas, eso me da algo de esperanza para lo que se me viene, puede que se enoje un poco nada más.Debo dar gracias y aprovechar la euforia de las bebés, lo cierto era que Milena y Andrea Moreno serán mi escudo, toda la familia estará feliz menos el padre. Dios pon en mí las palabras correctas para decirle a Roland del embarazo —miraba la imagen en el espejo, no se ve nada, sigo con el vientre plano.Tenía la prueba irrefutable de embarazo, Diana ayer que fue al médico, trajo los test, desde hace más de un mes me sentía rara, solo mi asistente tuvo la malicia al considerar la posibil
Estaba a nada de cometer una de sus burradas. No dije nada, lo miré esperando a que hablara.—No te hagas la bru… tonta —dijo entre dientes, si esas son las palabras que salen de su boca, no me imagino las que estarán en su mente—. ¿Quieres que sea específico?—Cuidado con lo que dirás Roland, piensa antes de hablar.—¡¿Cómo pudiste embarazarte?! ¡Lo arruinaste todo! —El corazón se me quebró un poco, recordé a mi hijo, debo ser fuerte—. Ahora mismo nos vamos a que te saquen a ese intruso, porque será un gran estorbo. —hasta ahí llegó mi cordura, su reloj comenzó a sonar—. ¡Eso! ¡Anda! Llama a tus héroes. ¡Me importa una mierda quienes vengan!, ¡vas a solucionar ese problema!Mis ojos se humedecieron, si me igualo a su enojo, puedo afectar a mi bebé. Las lágrimas salieron.—Lo siento, yo tampoco esperaba esto, pero la abominación qué pides que haga nunca lo haré.—¡Verónica!No le aparté la mirada, con el corazón comprimido terminé de decir lo que necesitada aclarar.—Tal vez a ti te s
Verónica esperaba sentada en unas de las sillas del consultorio, la señora me esperaba. Me temblaba hasta la mierda, estoy que me cago del susto. Entré a ese consultorio como si fuera al matadero —¡¿te ahuevaste?! A caso no has hecho cosas peores en tu vida y ahora estás que te meas ante la posibilidad que te confirmen que serás padre. ¡Ahora si me jodí, nunca he sido un cobarde!—Buenas tardes, me llamo Saray Jones, señora Sandoval, me decía que no sabe con exactitud el tiempo de gestación. —No diré nada, creo que calladito he de verme más bonito.—Es correcto doctora, me cuido con la inyección trimestral y la última vez que me la puse fue hace dos meses y medio, de hecho, en diez días tenía la cita para volvérmela a poner.—Ningún anticonceptivo es cien por ciento efectivo, lo único que evita un embarazo es no tener relaciones, cosa imposible en una pareja de casados.—Efectivamente.Dijo Verónica, me di mi primera cachetada por lo idiota. Fui un bruto con la «B» mayúscula de burro.