Capitulo 2

(Kolen)

Despierto temprano, había trabajo que hacer. Es domingo, pero no me importa, no tengo nada mejor que hacer más que trabajar. Soy adicto a mi trabajo y mi vida no es muy interesante que digamos. Estrujo mi rosto con mis manos y estiro mis brazos recordando a la pelinegra que tengo a mi lado.

—Romina, despierta. —digo acariciando su cabello. Ella es mi secretaria, ayer estuvimos trabajando hasta tarde, nos pasamos de copas y bueno, despertó en mi cama. No es la primera vez que pasa. Lo importante aquí es que ambos somos solteros y no le debemos explicaciones a nadie.

—Kolen es domingo, no trabajes hoy. —La pelinegra hermosa que me acompaña en mi cama se voltea dejándome sus hermosos pechos cerca de mis labios. Yo que soy muy débil no me aguanto y los tomo en mis manos mordiéndolos como sé que le gusta. La escucho gemir de placer y la monto sobre mi cuerpo. Es una abusadora, se mueve estimulando mi deseo, mi amigo responde a su humedad y esta comienza su cabalgata sobre mí. Mi habitación de llena de nuestros gemidos. La siento correrse cayendo en mi pecho, estuvo bueno, pero no he llegado. La levanto para ponerla debajo de mi cuerpo sin salir de ella. Arremeto contra su centro haciéndola estremecer entre mis brazos nuevamente y es cuando salgo para correrme en sus pechos. Me encanta ver esos voluptuosos pechos empapados en mi esperma caliente y espesa.

— Eres el mejor en la cama. —dice jadeando como la perrita que es. Me gusta el sexo, me gusta complacer a la mujer que me acompaña, pero libre de alguna relación. Mi vida está bien como la tengo.

—Lo sé, ahora mueve ese culo hermoso y caliente que tengo que ir a la oficina para buscar los documentos que mañana debo que entregarle a Smirnofd. —Esta blanquea sus ojos.

—Bien, me baño y me voy para mi casa, no tengo deseos de trabajar hoy. —dice levantándose de la cama para ir a quitarse todo el líquido pegajoso que cubre su cuerpo.

Yo hago lo propio tomándola nuevamente en el baño. Ella es tan caliente que se me hace difícil resistirme. Ventajas de que sea mi secretaria. Ambos tenemos muy claro que esto es solo una aventura. Nada serio, ambos estamos claro que no queremos compromisos, ni nada que no sea placer.

Tanto Romina como yo, no creemos en el amor. Solo nos dejamos llevar por la atracción física. Yo comprobé con Francisca mi exesposa, que el amor solo es apariencia y dolor. Mejor sigo como hasta ahora, no paso penas, ni dolores. Soy uno de los empresarios más distinguido a mi corta edad. No necesito del amor para ser feliz, lo tengo todo, dinero y mujeres por todos lados. Tomo lo que quiero sin compromisos, eso sí con consentimiento. Tampoco es que no lo hable primero, soy de las personas que no le gusta hacer lo que no le gusta que le hagan. Antes de llevar a una mujer a mi cama le explico todo, si acepta perfecto, pero si desea algo más que placer lo dejo todo por la paz.

—Bueno, me voy. —dice en cuanto termina de poner su ropa—. Si deseas pasarla bien estoy en mi casa. —me guiña un ojos y sale recogiendo su cabello. Sonrío satisfecho, creo que ya sacié mi deseo por ella, este fin de semana.

Me dispongo a desayunar para luego comenzar mi rutina diaria. Miro mi reloj ya vas más del medio día. Si que fue intensa mi mañana, muy productiva y relajante. Llego a la cocina encontrando a la mujer que necesitare toda mi vida.

—Esterlina quiero huevos revueltos y tostadas. —digo tomando café de la cafetera. Esterlina es mi ama de llave. La que recoge todos mis regueros porque puedo ser muy empresario exitoso, pero para nada de organizado. No concibo mi vida sin esa mujer. Ella no vive en mi casa, solo esta diario doce horas y luego se va a su casa. Está casada con mi chofer al cual no uso mucho solo para viajes largos o eventos importantes en los que me da pereza conducir. Tiene una hija muy trabajadora y a la única que respeto por considerarla como una hermana menor.

—Señor buenas tardes. Ya le preparo su desayuno. —me siento en la isla de la cocina para verla preparar lo que le pedí. Hoy es uno de esos días en los que estoy contento, no entiendo por qué razón lo estoy, pero siento que hoy será un gran día.

Salgo luego de desayunar. Tengo que ir a mi empresa a buscar los documentos que tiene que firmar Thomas Smirnofd para venderme todas su propiedades. Eso me haría el dueño de la mitad del pueblo. Estoy en uno de mis mejores momentos y tengo que aprovechar para invertir, las vacas flacas no me pueden tomar de sorpresa. Dicen que hombre prevenido valen por dos y me considero uno muy valioso.

Monto en mi auto un mercedes AMG One. Me encanta la velocidad y este se acopla perfectamente a mí. Enciendo el motor, después del sexo ese sonido es lo que más me da placer. Salgo a gran velocidad hasta llegar a mi empresa, veo a lo lejos una hermosa mujer. No es común ver pelirrojas en este pueblo. Decido estacionarme frente, por lo general lo hago en mi estacionamiento privado. La observo desde mi auto y silbo de impresión al ver su perfecto perfil. Que piernas, que caderas. Ese vestido le queda de infarto. Esa mujer nunca la he visto por aquí. Debe ser de las que llegan para el carnaval, pero es muy temprano. Me bajo del auto para ir a conocer a la nueva chica. Esta tan envuelta en sus pensamientos que no se ha dado cuenta que estoy detrás de ella. Da dos pasos hacia atrás y choca conmigo. La tomo entre mis brazos, su aroma a fruta me embriaga. Su cintura de muñeca me enloquece, la siento temblar ante mi toque. Poco a poco se voltea para al fin decidir mirarme a los ojos.

— ¿Quién eres? —preguntó dispuesto a todo por una noche de placer con esa hermosa mujer. Sus hermosas lunas azules se abren grande, la veo dudar de decirme su nombre.

Su mirada me atrae como imán. Se ve tan inocente y a la misma vez tan caliente. Siento que mi amigo se antoja de probarla. No quiero soltarla, pero me obligo a hacerlo, no puedo ser tan evidente. Ella abre la boca. pero vuelve a cerrarla, sé que le he causado buena impresión. Sonrío para disimular los deseos que tengo de subirla a mi oficina para escuchar gemir de placer.

—Mi … Min… —arqueo mis cejas. La veo cerrar sus ojos, la tengo nerviosa, eso me gusta—. Mikeila, Mikeila Brumint. —su voz es tan melodiosa que al escuchar su nombre sentí que estaba cantando una melodía para los dioses.

—Kolen, Kolen Jarist. —extiendo mi mano para presentarme formalmente—. Nunca te había visto por aquí. —Y lo sé porque las he tenido a todas en mi cama o al menos a la mayoría de este pueblo porque nunca me metería con mujeres casadas, aunque las conozca por sus esposo, pero bueno, eso es otro cuento. Ahora a enfocarme en Mikeila, hasta su nombre es hermoso.

—Soy nueva, llegue anoche a este hermoso pueblo. —contestó algo más relajada. Sonrío ganándome su confianza. En este momento quisiera ganarme algo más que su confianza, pero todo poco a poco Kolen, poco a poco.

—Que bien, ¿Piensas quedarte o nos abandonas pronto? —pregunto ansioso, de momento se ganó el deseo de emplear un domingo. Si la tengo cerca puedo acercarme mejor.

—Si encuentro trabajo me quedo, si no tengo la suerte, pues iré a otro pueblo a intentarlo. —sonrío satisfecho, claro que no te dejare ir conejita, para que soy el dueño de medio pueblo.

—Estoy de suerte entonces —me mira sorprendida— mi asistente personal tuvo su ultimo día el viernes, quedó embarazada con un embarazo de alto riesgo. Su esposo que también trabaja conmigo me pidió que le diera una licencia por los nueve meses de gestación. —en su mirada vi ilusión. Es tan descifrable que no dudo que pronto este entre mis brazos—. ¿Puedes empezar mañana mismo? —pregunto conociendo la respuesta, pero queria escucharla de esos labios que invitan a pecar.

—Por supuesto que sí, muchas gracias, señor Jarist. —dice llena de emoción, aunque eso de señor, me hace sentir un viejo. Niego al escucharla.

—Mis empleados me dicen Kolen —miento, solo los más allegados me dicen Kolen, pero quiero que ella me llame por mi nombre. Se debe escuchar melodioso salir de sus labios mientras me hundo en su calor. Por Dios, Kolen concéntrate, no puedes estar pensando en sexo todo el día. —me reprende mi conciencia. No es mi culpa, cuando veo a una mujer tan hermosa. Mikeila asiente sonriéndome como un ángel que vino a regalarme placeres. Definitivamente estoy de suerte, sabía que este día sería muy provechoso. Ahora tengo una recepcionista que no existía, pero que me da igual tener o no. Esa mujer tiene que ser mía, aunque fuese una sola noche.

—Ahora, la dejo, voy a recoger algunos documentos. Nos vemos mañana, pase donde Hiram Flory para que firme el contrato con la empresa y explique sus deberes. —tengo que llamar a Hiram para contarle y que se invente la plaza porque estoy dispuesto a todo por llevarla a mi cama.

—Muchas gracias, señor Jar … —se detiene al ver mi gesto de reprobación— Kolen. —trago profundo, no quiero irme, pero tengo que disimular la gran erección que tengo por su culpa. Entro a mi edificio y subo a mi oficina. Miro a la calle, pero ya no la veo. Debo saber más de ella. Acomodo mi pantalón y cierro los ojos. Grave error, su mirada llega a mi recuerdo. Esa mirada que refleja tanto dolor, como miedos y al mismo tiempo me da paz y esperanzas.

—¿Quién eres Mikeila Brumint? —Busco los documentos y salgo de mi oficina, no me hace bien quedarme allí pensando en esa hermosa pelirroja. De camino a mi casa llamo a Hiram y le explico todo lo que deseo que le diga mañana a Mikeila. Este como todos los empleado trabajan todos los días si así se los pido, no soy un jefe malo, les pago por su servicio también ellos exigen sus horas y momentos libres como hizo Romina que anda de perezosa hoy, pero no por eso es menos remunerada.

Llego a mi casa, pero no puedo sacar de mi mente la hermosa mirada de Mikeila de mi cabeza. Esa mujer me ha hechizado sin que me diera cuenta. Me gusta, me gusta más de lo que quiero reconocer. ¿Qué es lo que esconde tu mirada, mujer? Suspiro y decido servirme un vaso de coñac para digerir el recuerdo de los labios de Mikeila, no veo la hora de que llegue el día de mañana para poder volver a verla.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP