Noah analizó las palabras de Georgia, la incertidumbre de lo sucedido esa semana con el abogado. Ale lo miraba atenta y sus pensamientos iban por el mismo lado que los de él. Ella temía que las cosas entre Noah y Charlie se complicaran más de lo ya estaban.—Sabía que el proceso era complicado, pero no pensé que esto afectaría tanto —murmuró Noah, mirando nuevamente a Charlie, que seguía jugando con Scotty, completamente ajeno a la conversación seria que se desarrollaba a su alrededor.Georgia suspiró, claramente incómoda con la situación que enfrentaba Noah, pero también decidida a ayudarlo, aunque fuera con un poco de orientación.—Mira, no quiero meterme en asuntos legales ajenos, pero deberías hablar con tu abogado sobre esto cuanto antes. El tribunal siempre busca lo mejor para el niño, y si la otra parte está alegando inestabilidad, necesitas demostrar que tienes un plan —dijo Georgia con firmeza, aunque en un tono amistoso.Noah asintió, agradecido por su honestidad.—Lo haré. S
Noah sonrió ante la respuesta de Ale, sabiendo que detrás de su broma había algo más serio que ella quería plantear. Con cuidado, colocó a Charlie en el asiento trasero del auto y lo aseguró, mientras Ale observaba la escena con una expresión mezcla de ternura y admiración. Después de asegurarse de que Charlie estaba cómodo, subió al asiento del copiloto, curioso por la "propuesta" que Ale tenía en mente.—Bien, ¿cuál es la primera propuesta? —preguntó Noah, apoyando un codo en el respaldo del asiento y mirándola con una sonrisa.Ale arrancó el auto, pero antes de responder, tomó aire y sus ojos se centraron en el camino. Sabía que este era un tema delicado y que requería cuidado al abordarlo.—Vayamos a dejar a Charlie y ahora hablamos —propuso ella, pues sabía que a Noah no le gustaba hablar de temas delicados delante del pequeño, además esa era una decisión que debía tomar él solo, sin que Charlie se pudiera emocionar antes de tiempo.Él asintió, no quiso insistir, porque si ella p
Noah se despertó, miró la hora en su celular y se sorprendió al ver que no era medianoche. Al parecer, el tiempo junto a Ale les había rendido más de lo imaginado y todavía podía disfrutar de su compañía por algunas horas más.La luna iluminaba a través de la ventana, que no tenía la cortina cerrada, pero tampoco era algo por lo cual preocuparse, pues nadie podía ver hacia el interior, debido a que los edificios cercanos eran más bajos. Efectivamente, ella tenía razón respecto a la vista desde ese apartamento, pero no solo era espectacular la de esa parte de la ciudad, sino que, el cielo se podía apreciar, como en ningún otro lado. Ale se dio la vuelta sobre la cama, la sábana le quedó enredada entre las piernas, dejando su cuerpo descubierto. Noah se deleitó ante la visión de su espalda, glúteos y cabello desordenado; casi fue imposible dejar de mirarla, pero debía ir al baño y también saber cómo se encontraba su hijo.Se levantó con cuidado de no despertarla, agarró el bóxer y cami
Una semana más de trabajo obligó a Alessia a salir de la cama y alistarse, sus piernas todavía le dolían y era el recuerdo inequívoco del satisfactorio y placentero fin de semana que había tenido al lado de Noah. Llevaban poco más de quince horas sin verse, pero ella ya deseaba volver a verlo en la oficina.Ale disfrutó del agua tibia cayendo sobre su cuerpo, era revitalizante y le ayudó con el dolor de sus músculos. Al salir de la ducha, se vistió igual que siempre para la oficina, pero puso especial atención en su maquillaje, para que resaltara sus ojos.Alessia se tomó su tiempo frente al espejo, repasando cada detalle de su maquillaje con cuidado, asegurándose de que sus ojos azules brillaran más de lo habitual. Sabía que Noah notaría esos pequeños detalles, y, aunque no lo admitiría abiertamente, le encantaba la idea de verlo mirarla de esa manera que tanto le gustaba, con admiración discreta pero intensa.Ale tomó su bolso, echó un último vistazo al reflejo y salió de su apartam
Las horas pasaron y llegó el momento de abandonar la comodidad de su oficina, para ir hasta el restaurante y encontrarse con Grace. Desde el interior de su oficina podía ver a Noah en su escritorio, trabajando diligentemente. Ella esperó hasta que él colgó la llamada en la que estaba y lo llamó a la oficina. —¿Pasa algo? —preguntó Noah al entrar. —Nada malo… —aclaró ella y mordió su labio—. Saldré a almorzar con Grace, entonces quedas a cargo —dijo y le guiñó un ojo, lo que lo hizo reír—, pero antes de irme, necesito decirte algo urgente. Noah la miró de forma intensa, una sonrisa se marcó en su rostro y con disimulo cerró la persiana de la oficina. Ale sonrió y cuando quedaron ocultos del resto de oficinistas, ella se acercó a él con paso seguro y sin decir nada se besaron. Él la aferró por la cintura, atrayéndola hacia su cuerpo. El beso fue intenso, como si con este rememoraran lo vivido en ese fin de semana juntos. —Tenía muchas ganas de esto —admitió ella. —Te iba a invitar
Alessia dejó escapar un suspiro profundo, sentía el peso de las palabras de Grace. Sabía que su amiga tenía razón, pero admitirlo era otra cosa.—Lo sé... —murmuró, finalmente, levantando la mirada hacia Grace—. Sé que esto puede terminar mal, que estoy arriesgando mucho, pero no sé qué hacer. Siento que, si dejo de intentarlo, estaré renunciando a algo que siempre he querido.Grace la observó con compasión, pero su expresión era firme.—No estoy diciendo que renuncies, Ale. Lo que te estoy diciendo es que lo hables, que seas honesta, sobre todo con Noah. No puedes construir una vida basada en secretos, no así.Alessia apretó los labios, luchaba con la emoción que se acumulaba en su pecho. La imagen de Noah, de su risa, de su compañía, se mezclaba con la de Charlie y lo que podría ser su futuro, pero también veía las sombras de las consecuencias que podría traer su decisión.—Tienes miedo de que él no lo acepte, ¿verdad? —preguntó Grace suavemente, como si hubiera leído sus pensamient
Noah sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. Su abogado, la persona en la que había confiado para manejar el futuro de Charlie, le estaba diciendo que había cometido un error. Un error que podría costarle la custodia de su hijo.—¿Un error? —repitió Noah, su voz temblando de incredulidad—. ¿Qué tipo de error, Daniel? ¿Por qué no me lo dijiste antes?Daniel suspiró al otro lado.—Fallé en responder una citación. La audiencia se programó sin que yo lo notara, y cuando lo hice, ya era demasiado tarde. He estado aquí en Aurora toda la semana intentando llegar a un acuerdo con la otra parte, pero ellos han decidido usar esto en nuestra contra.El corazón de Noah se hundió. Sabía que la abuela de Charlie era implacable cuando se trataba de proteger lo que consideraba su derecho, y ahora tenía una ventaja que no iba a soltar fácilmente.—¿Y ahora qué? —preguntó Noah, tratando de mantener la calma, aunque la ira y el pánico comenzaban a mezclarse dentro de él—. ¿Qué significa esto p
Georgia se preocupó ante la petición de su hermana, pero Alessia intentó quitarle peso, al menos, mientras llegaba la noche y podían hablar sin problemas. Por ahora, Gia estaba por salir de la firma y la hora de la comida junto a su esposo e hijo, eran un tiempo sagrado, por eso la esperaba más tarde en el penthouse.—Nos vemos a la noche, te amo —se despidió Gia.—Te amo. Acá te espero —dijo Ale y colgó, sintiéndose un poco más calmada.Tras guardar el teléfono, se quedó pensativa un momento, no sabía qué le iba a decir a Noah, porque todavía no estaba nada claro, ni siquiera sabía qué era lo que le iba a decir a su hermana. El escritorio de Noah pareció llamarla y caminó con paso firme, pero silencioso, se aseguró de que él no la viera desde el interior de su oficina y revisó el correo que le había mostrado, le tomó una foto y buscó otro correo en el que consiguiera los datos del abogado.Conseguir la información de esa forma no era la mejor, pero era lo que tenía en ese momento. No