La alarma del celular de Noah empezó a sonar en la mesa de noche. Charlie se enroscó más en la cama y cubrió su cabeza con la colcha, como si fuera una barrera contra la alarma, pero esta siguió sonando. El pequeño abrió los ojos con somnolencia y antes de apagar la alarma se percató de que su padre no estaba a su lado.Con el ceño fruncido apagó la alarma y después de frotarse los ojitos salió de la habitación. Se cubrió la boca con diversión al ver a su padre dormido en el sofá con Alessia abrazada sobre su pecho.Charlie se rio nervioso y caminó muy lentamente hacia ellos y con su dedito picó el brazo de su papá. Contuvo la risa cuando vio a Noah hacer una mueca y voltear la cabeza hacia otro lado, entonces volvió a picarlo, pero el cachete.—Papi… —lo llamó en tono bajo—. Papi, tengo que ir a estudiar.Noah y Ale se habían quedado hablando y disfrutando de su compañía hasta la madrugada, la primera en dormirse fue Ale y Noah aprovechó tenerla en sus brazos un rato, hasta que tambi
—¿Por qué lo dices, cariño? —preguntó Ale, con las mejillas totalmente acaloradas.—Porque estaban durmiendo juntos y Andy me dijo que eso hace su mamá con su nuevo novio —explicó el pequeño, mientras mantenía sus miradas fijas en sus acompañantes adultos.—Oh, cariño, anoche nos quedamos dormidos porque estábamos cansados —le aclaró Ale a Charlie y él frunció el ceño.—¿Entonces no son novios?—No, hijo, no lo somos… —dijo Noah y miró a Ale, que mordió su labio.—Charlie, ¿te gustaría que tu papito tuviera novia? —le preguntó ella, lo que provocó que Noah la mirara con más interés.El pequeño pareció pensarlo y levantó los hombros sin dar una respuesta clara.—No lo sé… ¿Si tuvieras una novia nueva, yo tendría una nueva mamá? —le preguntó Charlie a su padre.—No, tu mamá siempre será Andrea, eso no va a cambiar —le aclaró él y el pequeño pareció pensarlo.—Bien…Ale le regaló una sonrisa al pequeño, con la que intentó disimular la incomodidad que sintió en su interior ante la breve c
—Me iré a arreglar con prisa y podemos irnos —dijo Noah al entrar al apartamento de Oscar.Ale asintió y se quedó mirándolo cómo se alejaba hacia la habitación. Estuvo por sentarse en la sala, pero lo que menos deseaba era quedarse quieta y ponerse a pensar de más, en especial, después de la conversación que ya habían tenido. Por eso, se pudo a dar vueltas por el espacio y se detuvo ante cada fotografía que había. No era difícil saber que la bebé y la mujer joven de las fotos, eran la esposa e hija de Oscar; y una sonrisa se le marcó en su rostro.Noah veía a Ale desde el interior de la habitación, mientras tendía la cama y recogía la ropa que había quedado de Charlie.—La bebé de Oscar ¿qué edad tiene? —preguntó Ale desde la sala, pues no sabía qué tanto tiempo tenían las fotos que contemplaba.—Tiene siete meses recién cumplidos —comentó Noah, al tiempo que tomaba su ropa, para llevarla al baño.Alessia lo miró y sonrió.—Es una bebé preciosa. Espero que esté mucho mejor… Tener un h
De vez en cuando el periodo de Ale llegaba cargado de fuertes calambres, dolor de piernas, debilidad, dolor de cabeza e irritabilidad, y esta oportunidad no fue diferente.Pasó una semana desde aquel día en que Ale tuvo que lidiar con su periodo, y, aunque el dolor fue intenso, Noah estuvo a su lado en todo momento. Durante los días siguientes, ambos mantuvieron su dinámica en la oficina, trabajaban juntos y compartían momentos más allá del simple ámbito laboral. Noah no dejaba de preocuparse por ella, mimándola con chocolates, bebidas calientes y pastillas para los cólicos. Ale se sentía cuidada y acompañada como nunca antes.El fin de semana llegó, y Ale tenía una cita importante. Era la celebración del grado de Scotty, que terminaba el Kinder. Toda la familia estaría allí, y, aunque era un evento sencillo, Ale lo esperaba con entusiasmo. Scotty era su debilidad y siempre que podía, aprovechaba para estar cerca de él.Se arregló con un vestido ligero y fresco, ya que el día prometía
—Alguien está celoso —murmuró Alessandra con diversión.—Este es Charlie, el hijo de un buen amigo mío —explicó Ale con una sonrisa. Scotty y Charlie se miraron con típica curiosidad infantil, eran casi de la misma edad, solo con unos meses de diferencia y en cuestión de segundos, Scotty ya estaba invitando a Charlie para que jugara con él y salieron corriendo hacia los juegos.—Creo que acaban de hacerse amigos —comentó Noah, observando a los niños con una sonrisa divertida. —Parece que sí —respondió Ale, mirándolos jugar—. Son dos torbellinos. Los hombres volvieron y las mujeres se apartaron, dejando solos a Alessia y Noah.—Espero que se queden con nosotros y hagan parte de la celebración —comentó Gia, que le regaló una mirada analítica a su hermana, pero esta no la notó, por andar mirando a Noah.—Gracias… —contestó Noah, mirando a Ale, como si esperara confirmación de su parte.—Será un gusto tenerlos acá —dijo ella y se mordió el labio suavemente, por lo que giró hacia los ni
Noah analizó las palabras de Georgia, la incertidumbre de lo sucedido esa semana con el abogado. Ale lo miraba atenta y sus pensamientos iban por el mismo lado que los de él. Ella temía que las cosas entre Noah y Charlie se complicaran más de lo ya estaban.—Sabía que el proceso era complicado, pero no pensé que esto afectaría tanto —murmuró Noah, mirando nuevamente a Charlie, que seguía jugando con Scotty, completamente ajeno a la conversación seria que se desarrollaba a su alrededor.Georgia suspiró, claramente incómoda con la situación que enfrentaba Noah, pero también decidida a ayudarlo, aunque fuera con un poco de orientación.—Mira, no quiero meterme en asuntos legales ajenos, pero deberías hablar con tu abogado sobre esto cuanto antes. El tribunal siempre busca lo mejor para el niño, y si la otra parte está alegando inestabilidad, necesitas demostrar que tienes un plan —dijo Georgia con firmeza, aunque en un tono amistoso.Noah asintió, agradecido por su honestidad.—Lo haré. S
Noah sonrió ante la respuesta de Ale, sabiendo que detrás de su broma había algo más serio que ella quería plantear. Con cuidado, colocó a Charlie en el asiento trasero del auto y lo aseguró, mientras Ale observaba la escena con una expresión mezcla de ternura y admiración. Después de asegurarse de que Charlie estaba cómodo, subió al asiento del copiloto, curioso por la "propuesta" que Ale tenía en mente.—Bien, ¿cuál es la primera propuesta? —preguntó Noah, apoyando un codo en el respaldo del asiento y mirándola con una sonrisa.Ale arrancó el auto, pero antes de responder, tomó aire y sus ojos se centraron en el camino. Sabía que este era un tema delicado y que requería cuidado al abordarlo.—Vayamos a dejar a Charlie y ahora hablamos —propuso ella, pues sabía que a Noah no le gustaba hablar de temas delicados delante del pequeño, además esa era una decisión que debía tomar él solo, sin que Charlie se pudiera emocionar antes de tiempo.Él asintió, no quiso insistir, porque si ella p
Noah se despertó, miró la hora en su celular y se sorprendió al ver que no era medianoche. Al parecer, el tiempo junto a Ale les había rendido más de lo imaginado y todavía podía disfrutar de su compañía por algunas horas más.La luna iluminaba a través de la ventana, que no tenía la cortina cerrada, pero tampoco era algo por lo cual preocuparse, pues nadie podía ver hacia el interior, debido a que los edificios cercanos eran más bajos. Efectivamente, ella tenía razón respecto a la vista desde ese apartamento, pero no solo era espectacular la de esa parte de la ciudad, sino que, el cielo se podía apreciar, como en ningún otro lado. Ale se dio la vuelta sobre la cama, la sábana le quedó enredada entre las piernas, dejando su cuerpo descubierto. Noah se deleitó ante la visión de su espalda, glúteos y cabello desordenado; casi fue imposible dejar de mirarla, pero debía ir al baño y también saber cómo se encontraba su hijo.Se levantó con cuidado de no despertarla, agarró el bóxer y cami