Miguel Ángel es un huérfano que crece bajo la tutela de religiosas, cuya influencia es muy notable en él y le marcará un antes y un después. Con el paso de los años, Miguel Ángel descubrirá que nada ha sido casual pues es alguien especial, con una gran misión en este mundo y con mucho que aportar al resto de los humanos. Poco a poco encontrará su destino tras enfrentarse a diferentes situaciones de la vida.
Leer másEn cuanto regresé a la tierra junto a Ana María, la puse al tanto de la situación y de las condiciones con las cuales se me había permitido regresar a su lado, tal como era de esperarse tuvo sentimientos encontrados, pero al final, al igual que yo agradeció la oportunidad de despedirnos de esa manera.Hicimos de esos treinta días los mejores, realizamos todas las actividades que las parejas que se aman hacen, llevamos una vida “normal” pero muy divertida, todas las cosas que disfrutábamos hacer juntos las hicimos disfrutándolas al máximo, cenas, cine, teatro, deportes extremos, viajamos, en mi condición humana me era permitido demostrar y expresar mi inconmensurable amor como cualquier mortal, con enormes demostraciones de amor, pasión y sexo, tal como lo mencione, “como una pareja normal” y así los treinta días transcurrieron en un suspiro, la última noch
Durante una semana nos mantuvimos concentrados en el estudio de toda la información, no queríamos dejar pasar por alto ningún aspecto, nos turnábamos para dormir, y consumíamos cantidades descomunales de café, yo de cuando en cuando me recostaba más que por cansancio o por deseos de dormir, por deseo de tener a Ana en mis brazos, disfrutaba abrazarle y observarle mientras dormía placida y tranquilamente, para mí era simplemente un placer, una razón por la cual valía la pena la mortalidad, el simple aroma de su piel y la textura suave y sedosa de la misma era en si, una sensación maravillosa, tal como jamás haber abandonado el cielo, cambiaría la eternidad por unos cuantos años a su lado y por miles de sus besos, era curioso como cada vez era más adicto a ellos el néctar de sus labios hermosos me resultaba simplemente irresistible.Una mañana me encontr
Transcurrieron alrededor de dos años, en los que no tuvimos contacto o noticia alguna de Astaroth, nos era imposible detectarle mediante su presencia demoniaca puesto que parecía como si no estuviera en la tierra, sabíamos que no era así, eso era lo más preocupante, de seguro se estaba fortaleciendo y seguía ejecutando su plan sin que pudiéramos saberlo o intervenir, intentábamos detectar y dar seguimiento a las redes de crimen que se reportaban por los diferentes medios de noticias pero en algún punto se perdía el rastro y quedábamos como al principio, por esa razón Uriel y Gabriel decidieron infiltrarse como agentes en una Agencia antidrogas, de esa manera podríamos tener de primera mano cualquier dato o pista que pudiera llevarnos a descubrir la ubicación y el estado actual de la situación, Gabriel pudo ubicarse en un cargo alto y Uriel como su subalterno, rápidamente l
Transcurrieron varias horas antes de que Ana volviera en sí, lentamente abrió los ojos sin musitar palabra alguna, observaba todo detenidamente, era evidente que se encontraba muy confundida, guardo silencio por un momento, de repente fijó la vista en mí. ─ ¿Hace cuánto llegaste? ─Hace unas horas. ─ ¿Estaba dormida?, ¿Por cuánto tiempo dormí? ─Bastante tiempo ─Tuve un sueño muy extraño, soñé que me secuestraban, ese muchacho raro con el que te has enfrentado, era él pero lucia demoníaco, con alas y me llevaba a una cueva en la que al entrar perdí el sentido. ─ ¿Soñaste algo más? ─No, pero es extraño recuerdo estar desp
El lunes en la mañana abrí los ojos y en cuanto lo hice note que el mundo se percibía diferente tenía una mentalidad distinta y renovada pero a su vez antigua y milenaria, los recuerdos en mi mente eran innumerables, sentía el conocimiento y la fuerza en mí, todo era realmente diferente, gozaba de total claridad sobre la razón por la cual estaba en este mundo y sobre lo que debía hacer, era tal como si conociera las respuestas a todas las preguntas, una sensación indescriptible, comprendí o más bien recordé plenamente quien soy y mentalmente comencé a repasar la “nueva” información que poseía, como si yo mismo me contase la historia de mi existencia y todos los conocimientos que había adquirido con el paso de los siglos. ─Es verdad, soy el arcángel Miguel, el general del ejé
Un año había transcurrido luego de la muerte de mi madre, aunque no había logrado superar del todo tan grande perdida, sí había aprendido a vivir con su ausencia manteniendo viva su memoria en mis pensamientos y en cada una de mis acciones. Mi relación con Ana era perfecta, rara vez discutíamos y jamás dejábamos que las diferencias nos separaran de manera prolongada, se podría decir que el secreto de nuestra relación radicaba precisamente en ello, en no permitir que un mal momento se extienda más de lo necesario, no recuerdo jamás habernos despedido un día estando enojados, nuestras diferencias las hablábamos, las aclarábamos y las solucionábamos en cuanto se presentaban, la relación maduró de manera muy rápida, teníamos mutua confianza en todo aspecto, nos respetábamos profundamente y cada cosa importan
Debo regresar mi relato a la noche en que conocí a Gabriel, no en vano había manifestado que los hechos ocurridos durante esa noche especifica cambiaron mi vida de muchas maneras. Había transcurrido alrededor de una hora desde que se había marchado Gabriel luego del incidente con aquel misterioso joven, las cosas en el bar estaban en total normalidad, me encontraba relajado y calmado pero alerta a cualquier actividad fuera de lo habitual, temía que regresara a buscar nuevamente problema armado o con compañía, total ese tipo de personas no suelen quedarse tranquilos después de eventos como los que habían ocurrido, repentinamente aquella chica se acercó a mí. ─Hola, quería agradecerte. ─ ¿Agradecerme? ─Si, por lo que hiciste por mí.&nb
Transcurrieron dos años en normalidad y calma, había terminado mis estudios secundarios y para entonces había decidido hacer un alto en el camino antes de dar inicio a mis estudios universitarios, esta decisión no fue bien recibida por mi madre, pero era algo que no estaba sujeto a discusión por varias razones: En primer lugar por el evidente deterioro de su salud, su corazón al parecer no era la maquina fuerte y potente de antaño, por el contrario y según las últimas charlas que sostuve con su médico, había padecido varias fallas cardiacas que no se manifestaron con síntomas externos y como consecuencia, trabajaba a un cincuenta por ciento, él fue muy enfático en advertir que por todos los medios debía evitarle el abuso físico, los esfuerzos, las emociones fuertes y sobre todo el agitarse, eran instrucciones
Los cambios se hicieron con el paso del tiempo más evidentes, veía el mundo con otros ojos, con mayor claridad, con más objetividad, había caído el velo de la inocencia infantil, entendía y conocía cuan cruel puede llegar a ser la raza humana, bastaba con ver los noticieros para darme cuenta de esa realidad, observaba y analizaba con claridad cuan básicos pueden llegar a ser los seres humanos y debo confesar que esas reflexiones generaban un fuerte conflicto en mi interior, debatía mis pensamientos entre lo justo y lo injusto, entre más analítico me volvía, más cuestionamientos surgían en mí a cerca de la razón real de la vida. ─ ¿No somos una raza completamente paradójica y tonta? ─ ¿Por qué somos tan básicos y tan salvajes?, nos autoproclam